Conociendo Al Enemigo

Parece que te divierte la mentira.

Cinco minutos después de llegar a la librería, seguía viendo la puerta sin animarme a entrar. Observaba la tarjeta como tonta, como si el dichoso papel tuviera las respuestas a todas esas preguntas existenciales que rondaban mi cabeza y no me dejaban disfrutar de mi vida. Entro al fin y la mujer de mi vida (probablemente), no se veía por ninguna parte. La bendita puerta hace el característico ruido de campana al cerrarse, eso no lo había notado y me hizo sentir desnuda. No se observaba a nadie ni había ruido alguno. Caminé hasta el mostrador para encontrarme con una hermosa mujer dándome la espalda. Pensé muchas cosas al verla en esa pose. Sus pantalones se veían ajustados y dejaban poco a la imaginación mientras enmarcaban sus definidas curvas, haciendo juego con unos tacones increíbles que me hacían pensar písame hasta destrozarme la espalda aunque tampoco me incomodaría si quisiera destrozarme algo más.

-Perdón, busco a Elizabeth Apple...

La mujer gira y me dirige una mirada de escalofrío. Era tan voraz que me hizo sentir pequeña e insignificante en este vasto universo.

-Ya te esperaba –Sonrió. –Dime Catra, mejor. No suelo usar mi segundo nombre, ¿sabes?

-Genial, Entrapta me dijo

Un tipo enorme, con el cabello blanco y músculos en los músculos apareció intempestivamente para besarla apasionadamente en los labios a penas y se cruzó en su camino. De ser posible, mi mandíbula habría caído hasta el suelo en forma caricaturesca al ver semejante escena. Así como llegó, se fue ignorándome completamente gracias a mi don de pasar desapercibida.

-¿Creíste que era soltera? –Reía como una hiena.

-Has logrado que mi habilidad de sorpresa se vaya por el desagüe. Me confundes mucho.

-Algún día sabrás realmente lo que pasa.

-¿Por qué no me lo dices ahora?

Suspiró.

-Todo a su tiempo.

Permanecimos en un silencio incómodo pero reconfortante. Me gustaba el silencio estando junto a ella.

-Entonces, ¿ustedes qué son?

Levantó una ceja y sonrió con picardía.

-¿Celos? –Ahora sonreía mas abiertamente. –Huelo a celos, estás sudando celos.

-Es mi novio. También trabaja con nosotros, pero es jefe de división, ¿entiendes?

-Eso creo.

-Qué cómica. Pasa y espérame en la habitación de allá.

LA AGENCIA.

La maldita o bendita agencia dependiendo del lado donde te encuentres; es una organización altamente secreta disfrazada de otras muy pequeñas empresas de servicios privados como investigación personal e inversión en la bolsa. Es manejada por la pareja más enigmática del mundo gracias a la colaboración de 40 países con sus respectivas policías y servicios secretos. Prestábamos en realidad todo tipo de servicios, desde la defensa de intereses varios, protección de personal importante mediante custodios, desvío de fondos, hacking en todas sus variantes, tráfico de información, espionaje tanto corporativo como político, usurpación de identidad y todas aquellas cosas en las que nadie quiere meter mano directamente para obtener beneficios. Debajo de los directores, se encuentran los gestores que son diez personas más en sedes principales, veinte capitanes y 40 supervisores hasta donde tenía entendido. Yo trabajo con la supervisora Shadow Weaver, su verdadero nombre nunca me ha sido revelado pero su alias es un poco intrigante. A este peculiar personaje solo he tenido la dicha de verle cuatro veces en mi vida: cuando fui reclutada, dos incidentes con fallos y un cambio de planes tras fallar en una misión.