La feliz pareja entre las apariencias.

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Ahora resulta que compartirá el vuelo privado con la causa y motivo de mis fantasías alocadas durante estos últimos tres meses. Dejando claro que pasara por ella puntal, colgó junto con Entrapta.

-¡A las ocho! –Gritó antes de colgar.

Me quedaba solo matar el tiempo del resto de la tarde. Pedí comida a domicilio y me puse a hojear un poco el libro que compré por obligación en la tienda de Catra y Hordak. Me quedé dormida después de beber una botella completa de vino tinto junto a un buen plato de comida de asiática con el libro a medio leer. Desperté con el tono de llamada de mi teléfono. Al verificar la pantalla y ver Levanta tu culo perezoso supuse que era Entrapta aunque ella no hacía ese tipo de cosas.

-¿Qué pasa? Me quedé dormida, lo siento –Me dolía un poco la cabeza.

-¿Dónde te encuentras? Ya son las ocho y solo estamos esperándote –Era Catra.

-¡¿Qué?! Dame diez minutos y llego.

Se carcajea muy fuerte.

-Una pequeña broma de la nerd y yo. Son las 6:45. Llamo para que no se te haga tarde.

-Qué te jodan, Applesauce.

-Hazlo tu eso me vendría mejor.

Cuelgo mientras continúo escuchando su risa al otro lado de la línea. Moría de sueño y pensaba recuperarme un poco durmiendo durante el vuelo. A las 7:45 ya estaba afuera de su tienda-departamento esperándola.

-No estaba enterada sobre tu reciente puntualidad

-Mentiras, suelo ser bastante puntual pese a lo que te pudieron haber contado. ¿Nos vamos?

-Toma el auto y conduce por donde te diga. La ubicación solo yo la sé.

Terminamos en un pequeño hangar privado de la agencia. Despegamos a las diez y yo estaba a nada de quedarme dormida, pero no tardó mucho en convertirme en su aeromoza privada.

-Oye, ¿puedes traerme un poco de té?

-Claro, ¿qué más quiere? Hoy tenemos masaje con final feliz.

-Me limito al té, gracias –Dijo de manera déspota.

Me levanté por obligación y le llevé un té negro.

-Ahora, si no se te ofrece nada más, iré a dormir y me despiertas cuando aterricemos.

Dejó su té de lado y aprisionó mi mano.

-Hey Adora, tenemos cosas importantes que hacer.

-¿Cómo qué?

-Como esto.

Se sienta en mi regazo y me besa de una manera suave y sutil. Pasa sus brazos detrás de mi cabeza y convierte el frio beso en algo sumamente pasional y sexual; lento y profundo acompañado de un poco de movimiento de cadera. Siguió comiéndome la boca por un buen rato jugando con su lengua de un lado a otro, mordiendo mis labios suavemente y gimiendo quedo hasta que la cosa se calentó, pero no quería caer en su juego. En este punto, era algo bastante complicado. Tomó mi mano y la metió en sus pantalones dejándome paso libre a su intimidad.

-Tócame como solo tú sabes.

-Pero no te gustan las mujeres, ¿verdad?

-Cállate. En efecto, no me gustan. Solo me gustas tú.

Cubrió mi boca con su mano para después meter tres dedos y jalar fuertemente mi mandíbula. Sus caderas se movías frenéticamente con mis dedos dentro de ella. Los jadeos no se hicieron esperar.

Conociendo Al EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora