Conociendo Al Enemigo

Cena, un trago y a dormir.

En esta ocasión, Entrapta tuvo la amabilidad de conseguirnos un lujoso auto deportivo para llegar a la gala de socios. Teníamos todo programado para dentro de una hora que era justo el momento del discurso de Catra, donde subiría al escenario a presentarnos como nuevos socios de la sociedad de Belgrado. Como ya era costumbre, saludamos a todos y de inmediato algunos hombres comenzaron a charlar conmigo sobre lo que se supone, es mi trabajo, sobre la empresa y temas diversos. Para cuando Catra subió a dar el discurso, puse en marcha mi participación en el plan.

-Si me disculpan, es una emergencia –Me excusé.

Compartía mesa con varios socios, entre ellos la pareja del momento en América del norte Glimmer y Bow Brightmoon, su esposo. Junto a ellos también estaba su contra parte, pero de Europa central, Netossa y Spinnerella, una llamativa pareja biracial.

-¿No te quedas al discurso de tu esposa? –Preguntaba Glimmer con algo de sospecha.

-Sí, solo que esto realmente es urgente y debo atender. Confío tanto en ella que le dejo todo lo que tengo en las manos. Ella lo hará muy bien.

Me zafé como pude y fui casi corriendo al baño a colocar los dispositivos y activar el cronometro. Me desplacé rápidamente a la bodega donde estaba el aire acondicionado e hice lo mismo con las siguientes cargas. Rápido terminé el trabajo y regresé a mi asiento en menos de los siete minutos programados.

Llegaba justo a tiempo para los agradecimientos. Tanto Bow como Netossa se giran a verme.

-Qué hermosa e inteligente mujer, hacer negocios así es más fácil –Decía un animado Bow.

-Si no es indiscreción, ¿Cuánto costó? –La pregunta de Netossa me sacó de orbita.

-¿Costó? ¿Costó de qué?

-De tu esposa. ¿Dónde la conociste?

-Bueno, yo la conocí en un...

Antes de poder terminar mi respuesta, me enfocan con una molesta luz blanca y mi supuesta mujer hacía un agradecimiento especial a su esposo que casualmente era yo.

-Recuerdo cuando me conoció este bello hombre que me acompaña. Estábamos en una recepción en la casa de su familia en un castillo antiguo cerca de Glasgow. Nos presentaron y prácticamente fue amor a primera vista. Me pareció sumamente atractivo e inteligente, guapo por demás y con mucha personalidad, más que frente –El público reía – Simplemente se robó mi corazón desde el primer momento. No creía en el amor, pero él me devolvió las esperanzas y no me arrepiento de caminar ahora a su lado. Un año después de conocernos, me propuso matrimonio y así es como llegamos hasta el día de hoy donde ambos manejamos esta gran empresa que está a punto de hacer el trato más grande y beneficioso en su historia.

Terminó y el silencio fue opacado por muchos aplausos.

-Ya, en serio, ¿Cómo crees que todos tienen esposa o similares? –Me susurraba Netossa –Son todos unos cerdos, pero casualmente tienen a alguien. Muchos solo están juntos por estatus o dinero. Yo adoro a mi esposa, es un bollito relleno y dulce, eso nos hace diferentes de toda esta sociedad de fríos y déspotas.

-Yo realmente la amo también –Le confesé.

Quienes escucharon comenzaron a reír.

-El amor hace estúpido hasta al hombre más inteligente –Decía Glimmer entre risas.

-¿Qué es tan gracioso?

-Que tu estas babeando por ella y mira –Me señaló hacia donde estaba Catra muy junta a Sea Hawk y salieron juntos de la escena.

-¿No piensas hacer nada?

-Debe tener algún motivo. Confío plenamente en ella.

-Ya nos dimos cuenta cómo te controla –Reía Spinnerella. –Eres guapo, idiota y millonario.

Al terminar de decirlo, recibo un mensaje de Catra confirmando que ambos objetivos ya estaban liquidados y era hora de avisar para retirarnos.

-¿Qué pasa, amigo? Te cambió el rostro de un momento a otro.

-Asuntos de negocios. Estoy cerrando otro trato fuerte y necesitan unos datos.

Llega Catra, besa mi mejilla y toma asiento a mi lado.

-Simplemente hermosa –Escuché decir a Glimmer.

-Gracias. Amor, ¿sabes qué hora es?

-Claro, es hora de irnos. Nuestro vuelo sale en cosa de nada y llegaremos tarde.

Nos despedimos y al pasar por la última mesa para salir bien librados, escuché cierto comentario que me molestó demasiado "para mí que el tipo es un imbécil pero la chica tiene un cuerpo qué no le haría..."

-Perdón, ¿dijiste algo de mi esposa? –Dije bastante enojada.

-Nada yo solo

-Más te vale.

-Calma, Adam. Vámonos.

-La culpa es tuya, Catra –Le susurré –Todos tienen la idea de que tengo dos neuronas.

Salimos disparadas ante la mirada de los asistentes cercanos.

En lo que esperábamos el coche, Catra sale de mi rango de visión a colocar el resto de las cargas. El chico en el auto y ella llegaron con diferencia de unos segundos siendo Catra, la primera en hacerlo. Arranco el coche a toda velocidad cuando escuchamos una tremenda explosión a la distancia. Revisamos las caparas internas y por dentro era un desastre. Dos de nuestros otros agentes se encargaron de limpiar el desastre, eliminar objetivos secundarios entre la confusión y de hacer creíble la falsa bandera.

Nos llamó Shadow Weaver en el camino para recibir el informe del trabajo final. Al fin podría regresar a casa y cada una por su lado. Yo iría a mi casa vieja en Edimburgo y ella a Chelsea.

-¿Supiste quienes se quedaron a hacer limpieza?

-Noup.

-Te maquillaron en el vuelo. DT fue el del comentario obsceno.

-¿Todo estuvo planeado?

-Hasta el último detalle. Hey, Adora, sabíamos cómo ibas a reaccionar a todo.

-Entonces limpieza en el hotel y vámonos.

-Negativo. Ellos limpian, nosotros directo al aeropuerto. Ya se borraron los datos de la empresa y dejaron unos cadáveres con nuestros rasgos, fallecimos en un accidente de auto.

-Estupendo, ¿planes?

-Tu a tu casa, yo a la mía con Hordak.

La bellísima dama volvería con su pseudonovio. En cambio, yo me quedaría más sola que la una. Se fueron volando los días que convivimos, pero me encantó la confusa travesía. Pensé sobre lo que le dije a aquellos hombres y mujeres, y llegué a la conclusión de que me estaba enamorando de esta mujer. Me enamoré de ella, de sus caprichos, locuras, cambios de humor, sensualidad, forma de ser, la manera en que maneja todo a su antojo de todo.

Antes de tomar el vuelo que la llevaría directo a su casa, nos despedimos. Yo tomaría otro vuelo a Edimburgo.

-Pese a todo, me tomé bastante en serio esto de ser tu esposo y lo disfruté mucho-

-Yo descubrí que me gustas más como Adora que como Adam. Eres extraña y escocesa, pero me encantas. Esos ojos azules y fríos pero dulces, me atraen tanto. También disfruté mucho este papel.

-Espero que algún día volvamos a vernos.

Finalizamos con un fuerte abrazo, un beso dulce y un adiós temporal con cara de definitivo. Eran principios de octubre y hacía un frío inusual al tocar tierra en mi ciudad.