La rubia que viajó 400 millas con una excusa tonta.

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A principios de diciembre me salió un viaje rápido a Londres. Estaba indecisa sobre si buscarla o no. A fin de cuentas aún tenía su tarjeta y estaba frente a la vitrina de la tienda. Llevaba el libro conmigo, pero había olvidado terminarlo. Solo podía tocarlo, aunque abrirlo de nuevo era algo que no había considerado hasta el momento. Lo guardé en mi maletín y quedó olvidado. En un instante recordé lo que me había dicho el día que me obligó a comprarlo así que abrí la página que me indicó. Un lindo recado con tinta roja: Tarde o temprano el cazador busca a la presa o la presa regresa al cazador. ¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo?. Su caligrafía era preciosa tanto como ella. Tendía entendido que a esta mujer le gustaban las claves, aunque era más que obvio. Entré a la tienda, no había nadie por ningún lado hasta que me percaté de un ruido y algo de movimiento a mi derecha. De la nada, ya estaba en el suelo con ella sobre mi llenándome de besos.

-Hey Catra, también me da gusto verte, pero pareces un perro cuando llega su dueño.

-¡Wow! No pensé que volvería a verte. Si regresaste es por algo, ¿me extrañaste?

Se estaba comportando muy extraño. Estaba muy hiperactiva para mi gusto.

-Calma, una cosa a la vez. Si, te extrañé –Decía mientras me levantaba del suelo –Y claro está que deseaba venir, es solo que las distancias y esas cosas. Ya sabes.

-Siento mucho haberte arrojado al suelo –Cambió su mirada cálida de cachorra por la habitual de gata al asecho. –No vaya a ser que venga Hordak y nos encuentre. Ven, te invito a comer algo. ¿Vamos?

-¿No te ha llamado la agencia?

-Vamos a comer y te platico.

Terminamos en un pequeño restaurante. Ella pidió ensalada y yo una hamburguesa.

-Te decía, esos malditos no se han aparecido ni para darme las gracias por apoyar en una división que no es la mía. Hordak está teniendo problemas con el contacto y por el momento detuvieron todos los trabajos y asignaciones.

-¿Te pagaron lo último?

-Hasta el último céntimo. ¿Podrías dejar tus modales bárbaros de Escocia?

Tenía hambre y masticaba mientras hablaba. El viaje había sido largo.

-Es la mejor manera de darte las gracias y más tomando en cuenta que tu trabajabas aparte. ¿Cómo funciona?

-Es lo mismo. Son órdenes de las mismas personas que están arriba de Shadow Weaver para ti, en la cadena. Luego están Micah y Angella pero encima de ellos está Prime, solo así se le conoce. Es una larga historia.

-Eso lo tengo claro.

-Por cierto, pese a que se levantó el último trabajo como falsa bandera, hay un reporte de cacería para la pareja Moss por atentados. Un país más que no puedo pisar, gracias. Descubrieron que los cadáveres no son nuestros.

-¿Dejamos testigos?

-Los únicos objetivos eran Mermista y Sea Hawk pero más gente en torno a ellos estuvieron al tanto de cómo pasó. Aun así, nadie tenía que haber hablado. Tendré que hacer uso de uno de mis contactos para encontrar al chiflado soplón.

-¿Tienes alguna idea? –Ya me limpiaba las manos con una servilleta.

-Los Brightmoon seguramente –Se había quedado pensativa. –Algunos de los que estaban en la mesa nos echó de cabeza y los dos idiotas de limpieza no hicieron su trabajo correctamente.

-Tendríamos que buscarlos, ¿no? –Me quede observándola -¿Juntas?

Suspiró-

-La Agencia se encargará como siempre. Los va a localizar y nosotros ejecutaremos. Como siempre. Solo intentaré que el proceso sea un poco más ágil. ¿Nos veremos de nuevo?

Conociendo Al EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora