CAPITULO 2✓

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— Entonces mi amor ¿Si quieres ir a bailar? —. Acaricio mi rostro

Me despegue de él rápidamente y me di la vuelta dándole la espalda, mire el ventanal y me di cuenta de que estaba a punto de meterse el sol y así salir la luna.

— ¿Que sucede? ¿No quieres ir? —. Pregunto tomando mis hombros

— No es que no quiera ir Héctor, pero siempre que salimos discutimos por cualquier cosa —. Aclare

— Sino es por la ropa, son las miradas y sino son las miradas son tus celos —. Me di la vuelta y lo observe

— ¡Es que me enferma saber que otros hombres te desean como yo, que no se cuantas cosas te hagan en sus pensamientos! —. Su voz se escuchaba irritada sabia que en muy poco nos pelearíamos

— Pero yo solo te amo a ti —. Cruce mis brazos por su cuello y me aferre a él

— Lo se mi amor, pero los demás no comprenden que eres mía, solo mía —. Tomo mi cintura entre sus manos

— Pero siempre te he demostrado que yo solo soy tuya —. Plante un beso fugaz en sus labios

— Sabes que te creo, vamos a hacer una cosa... Te puedes vestir como quieras y no te diré nada —. Sonrió

Sonreí complacida al ver que por un momento estaba dejando sus celos aun lado.

— Lo vez mi amor, ¿Para que nos complicamos la vida si tu y yo nos amamos? —.

— Tienes razón mi amor, tratare de controlar mis celos para que estemos bien —.

Sonreí triunfadora, por fin estaba logrando que Héctor se controlara.

— Bueno dejare que te arregles y en un rato pasare por ti mi amor —. Habló despegándose de mi cuerpo

— Si esta bien —. Solté el agarre de su cuello

Se dio la vuelta, pero antes de dar un solo paso planto un beso fugaz en mis labios, después de eso camino y antes de salir sonrió y salio por completo.

Hoy me sentía extraña, es como si todas sus caricias me gustaran.

Toque mi pecho con brusquedad, y sentí como mi corazón latía con fuerza al estar cerca de él.

Arrugue la frente pensativa, mirando un punto fijo de la habitación, imaginándome a Andrés en su lugar, pero los borre por completo al darme cuenta de que su amor ya lo había perdido.

(...)

Después de un largo tiempo termine de arreglarme, esta vez me había puesto un vestido negro con brillos mas arriba de la rodilla y ceñido al cuerpo.

Tome una cartera de cadena y me coloque unas zapatillas de color negro con un hermoso moño adelante.

Termine de arreglarme y pinte mis labios de color rojo tentación, mire la hora y me di cuenta de que eran exactamente las ocho.

Camine a la puerta, la abrí y salí de la habitación caminando por el pasillo observando todas las fotografías que tenía con Héctor.

En varias aparecíamos casados y en otras solo estaba yo, sonreí recordando mi boda.

                      FLASHBACK 

— ¿Acepta usted como esposa a Lucia Arellano? —. La mirada de Héctor se lleno de alegría

— Acepto —. Contesto con una enorme sonrisa dibujada en su rostro

— Usted Lucía Arellano ¿Acepta como esposo a Héctor de la Barrera? —. Mi corazón se estrujó por dentro

Por un momento me imagine a Andrés en su lugar, me quede callada por un par de segundos, empecé a escuchar como murmuraba la gente y esa hermosa mirada de alegría de Héctor se desvaneció por una de temor.

— Acepto —. Retomé cordura, volví a sonreír y conteste

— Puede besar a la novia —. Héctor no dudo ni un segundo y se abalanzó sobre mi

Su beso era tierno y posesivo, las personas reían y aplaudían de felicidad al vernos juntos.

Me separe de él y sentí como mi corazón se había roto en mil pedazos y sabia que nadie lo iba a poder reconstruir.

¡No te perdí por nada Andrés! —. Pensé con una enorme sonrisa en mi rostro

             FIN DEL FLASHBACK

Una lágrima traicionera bajo por mi mejilla, pero la limpie rápidamente para no arruinar el maquillaje.

Continúe con mi camino y observe a Héctor esperándome debajo de las escaleras.

Me acerque a ellas y comencé a bajar, su mirada no tardo mucho para mirarme, se lleno de deseo y de alegría al verme.

— ¡Te vez bellísima, hermosisima mi amor! —. Me sonrió con cariño

— ¡Ay ya! Si siempre estoy vestida así —. Golpeé un par de veces su fornido y duro pecho

— Lo se, tu siempre te vez hermosa —. Río conmigo

— ¡Tu tampoco te quedas atrás! —. Llevaba un pantalón de vestir, unos zapatos negros brillantes y una camisa blanca.

— Me voy a poner celosa — Sonreí con burla

— Él que debería de estar celoso seria yo, si mira nada mas ese vestido tan provocativo —. Su voz empezaba a cambiar

— ¿Nos vamos? —. Trate de cambiar de tema rápidamente

— Si, si mi amor —.

Baje por completo las escaleras y él me tomo de la cintura, me rodeó y caminamos a la puerta.

La abrió para mi y el aire choco rápidamente con mi rostro, cerré los ojos disfrutando de el momento, pero algo me hizo abrirlos inmediatamente.

Y es que sentía la mirada pesada de Héctor observándome, me tope con una mirada tierna y eso me hizo sonreír.

— ¿Por que me miras así? —. Pregunte confundida

— Por que eres hermosa y me siento orgulloso de que seas mi esposa, solo mía —. Mi sonrisa se desvaneció y voltee rápidamente mi rostro a otra dirección

— ¿Sucede algo? —. Pregunto confundido

Lo mire de nuevo y volví a fingir una sonrisa.

— No nada, nada —. Lo tome del brazo y caminamos a la limusina

Él chofer me abrió y entre inmediatamente queriendo olvidar aquellas dolorosas palabras.

Él le indico la dirección y yo baje la ventanilla disfrutando de el aire fresco, tratando de olvidar sus palabras que me recordaban a él...

MÍA, SÓLO MÍA (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora