CAPITULO 3✓

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— Listo señor —. Hablo él chofer mientras se detenía en una de las mejores discotecas de todo el país

Se bajo del auto y abrió la puerta para Héctor, salio y con una enorme sonrisa me tendió la mano para poder salir, la tome gustosa y salí por completo.

— ¿Quiere que los espere señor? —. Pregunto el chofer

— No, gracias regresaremos de otro modo —. Explico Héctor

Me di la vuelta y observe el lugar, grande, elegante y con la musica a todo volumen y una interminable fila para entrar.

Hice un puchero de decepción del cual se río Héctor.

— ¡Mira mi amor, hay demasiadas personas así nunca vamos a poder entrar a bailar! —. Asegure

— No te preocupes mi amor que todo lo tengo resuelto para entrar —. Se alejo de mi y se acerco al guardia de seguridad hablaron un poco y después de eso él le abrió la puerta para entrar.

Sonreí con orgullo al darme cuenta de que estaba casada con un hombre poderoso.

Me acerque a él y me tomo de la mano, caminamos por un pequeño pasillo y llegamos a lo que al parecer era la pista.

Mucha gente bailaba al ritmo de la musica, la barra estaba llena de personas que pedían tragos y la pista estaba hasta reventar, a lo lejos observe una pequeña mesa vacía.

— ¡Mi amor por allá hay una mesa! ¿Vamos? —. Señale la dirección

Él asintió con la cabeza y comenzamos a caminar rumbo a la mesa, teníamos que pasar a fuerzas por la pista de baile.

Con mucha dificultad, logramos pasar pero no se hicieron esperar los pequeños empujones y pisadas en mis pies.

Rodeé los ojos molesta, pero muy en el fondo sabia que así era por que había demasiada gente.

Llegamos y me senté limpiando mis pies de las pisadas anteriores.

— ¿Que quieres de tomar mi amor? —. Pregunto Héctor alzando la voz para que lo escuchara

— ¡Tequila, hay que tomar caballitos! ¿Si mi amor? —. Sonrió y asintió con la cabeza

— ¡Lo que tu quieras mi amor! —. Sonreí complacida

— ¡En un momento regreso, no te muevas de aquí y que nadie se te acerque! —. Rodeé los ojos con una sonrisa dibujada en mi rostro

— ¡Estoy hablando en serio Lucia! —. Fruncio el ceño molesto

— ¡Lo se, lo se y ya sabes que no tomo en cuenta a nadie mas que a ti mi amor! —. Trate de relajar las cosas

— ¡Esta bien mi amor, ahorita regreso! —. Sonreí y moví la cabeza diciendo que si

Se dio la vuelta y comenzó a caminar rumbo a la barra, mi vista estaba perdida en la multitud de personas que bailaban al compás de la música.

Sonreí al ver a una chica molesta que les reclama a las personas por pisarle los pies.

Un chico paso frente de mi, al principio no lo tome en cuenta pero después sentí que me tocaron el hombro.

Voltee y entonces observe aun chico mas alto que yo, de ojos azules como el mar con un color de cabello marrón y una sonrisa dibujada en su rostro que parecía que traía letras que decían “Soy un mujeriego” o mas bien me las imagine.

— ¿Se te ofrece algo? —. Pregunte con neutralidad

— Si... Este... Mmm ¿Sabes donde se encuentran los baños? —. Pregunto rascándose la nuca

MÍA, SÓLO MÍA (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora