Capítulo 22: Un visitante inesperado

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Selva Amazónica. Un radiante sol iluminaba la selva en la mañana. Muchas bestias diurnas despertaban y cazaban en busca de su desayuno, mientras que los animales nocturnos se ocultaban en sus hogares.

Ren, Leonardo y Alejandro caminaban con cautela en busca de unas antiguas ruinas incas. Misteriosamente, Leonardo tenía un leve conocimiento de la ubicación de las ruinas. Por lo tanto, dirigía el grupo. Ren no tenía alguna oposición, mientras que Alejandro no tenía permitido hablar del tema.

Leonardo: - Supongo que estamos cerca. Deberíamos dar algunas vueltas sobre esta zona para encontrar algo. -

Ren: - Tal vez tengamos suerte y encontremos algunos tesoros. -

Alejandro: - Hablando de tesoros. Los incas usaban el oro como vestimentas. Un símbolo de su status. Además, lo usaban como tributos a los dioses que adoraban. -

Ren: - ¿Dioses? ¿Cómo esos dioses en las películas, quienes tienen asombrosos poderes? -

Alejandro: - Dependiendo de la mitología, podría ser el caso. Los incas adoraban a los elementos naturales tales como el agua, las montañas, los ríos e incluso los animales disponían de consciencia propia y alma. Estos eran en esencia sus dioses. Lo mismo ocurría con los astros del cielo y los fenómenos climáticos. Todos esos fenómenos inexplicables para ellos, les concedían su propia idoneidad y existencia. -

Ren: - --Me cuesta un poco entenderlo. -

Alejandro: - Por ejemplo, los incas tenían un dios para las tormentas, las cuales traían la lluvia. Cuando necesitaban que lloviese, oraban y rendían tributos a este dios con la esperanza que los escuchara. Otro ejemplo es la tierra misma. Ellos veneraban a la tierra, pensando en la existencia de un dios de la tierra. Los incas tenían su propio sistema de agricultura. Una tierra fértil y sana era muy importante para ellos. Tanto el dios de las tormentas y el dios de la tierra eran adorados fielmente. -

Ren: - ¿Adorando a la lluvia y la tierra? ¿Acaso el sol y la luna tenían su propia existencia? -

Alejandro: - Exacto. Los astros tenían su propia existencia. El sol era una deidad sumamente importante. Los incas lo adoraban porque sabían que el sol daba su energía a sus cultivos y tierras. Era una fuente de riqueza y vida para ellos. -

Leonardo: - Lamento interrumpir la lección de historia, pero miren allí. - Señalo hacia adelante.

Ren: - Unos edificios viejos y destruidos. -

Alejandro: - Tengan cuidado de romper algo. Estas ruinas tienen un alto valor histórico. - Lo dijo emocionado.

Alejandro: - Déjenme ir primero. Puede existir alguna trampa en la entrada. -

Ren: - ¿Una trampa? ¿Cómo una bola gigante de piedra o flechas que salen de la pared? - Lo dijo mientras recordaba ciertas películas.

Leonardo: - Eso espero. Esas trampas son las más fáciles para lidiar. -

Alejandro: - Tengan cuidado. Puede existir alguna clase de maldición en estas ruinas. -

Ren: - ¿Existen las maldiciones? -

Alejandro: - Existen de verdad. A pesar de las negaciones de autenticidad, la maldición de Tutankamón de las pirámides de Egipto es un claro ejemplo. Muchos lugares antiguos guardan grandes secretos como raros tesoros, impresionantes verdades o alguna clase de cuerpo. -

Ren: - Ahora estoy más emocionado luego de escucharte. - Lo dijo emocionado.

Ren y sus compañeros entraron al edificio más grande. Ellos quedaron levemente aturdidos por la belleza del interior. Apenas ingresaron, notaron que las paredes estaban decoradas con bellos altorrelieves. En estos se podían observar figuras talladas en las paredes en forma de alguna clase de serpiente y sobre estas figuras se representa a un arcoíris. El paso del tiempo no disminuyó la belleza de estas paredes. Al contrario, parece que le agregaba una especie de misterio y encanto.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2021 ⏰

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