Capitulo 5- El sueño.

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Eran las 5:00 y no tenia nada mas que hacer así que me puse mis audífonos y puse musica y sin darme cuenta me quede dormida.

∞ ∞  ∞

Abrí los ojos y estaba en un árbol, no sabia por que, tenía un vestido negro que me pasaba por encima de la rodilla, una maya cafe, botas y cinturón de cuero y tenia mi cabello suelto, algo que no era muy comun em mi.

Baje del árbol, estaba a unos tres o cuatro metros de alto así que baje de un salto y caí sobre las hojas secas en el suelo, por lo que veía estaba en un bosque en temporada de otoño, había una suave brisa tibia y húmeda la cual quería decir que cerca había un rio, por la posición del sol se podía notar que era medio día. Volví a sentir la brisa y corrí hacia la dirección de donde venia. Corrí rápidamente mientras la brisa golpeaba mi cara, una rama de un árbol callo en frente de mi camino y me detube, al parecer alguien había hecho un corte en ella para que se callese y tenia en la rama una señal tallada, era una flecha que apuntaba al este, a mi izquierda, así que corrí en esa dirección y mas adelante había una gran roca con otra señal, pero esta no estaba tallada, esta estaba pintada con sangre apuntando al sureste lo cual me puso a pensar y a dudar mucho en seguir ''es solo un sueño'' dijo mi mente así que decidí seguir, un canto dulce hizo que me detubiera después de correr unos 500 metros frente a un rio, una pequeña voz cantando mi nombre la cual se fue haciendo mas fuerte y ya no era una voz, eran cientos de voces, causaron que diera vueltas y me mareara hasta que desmayé calledo en el río. No era tan profundo pero en agua estaba helada, oía como las voces desaparecían poco a poco, cuando al fin se callaron escuche unos pasos sobre las hojas secas al lado del rio, no podía abrir mis ojos, unos brazos me tomaron para levantarme del agua, cargándome unos cuantos kilómetros, sentí como me dejaba en el suelo recargando mi cabeza sobre una mochila, oía como chocaba dos piedras, trataba de encender una fogata, me di cuenta por el humo, la persona me cubrió con una manta de algodón, con su mano coloco un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, pude sentir su cálido aliento en mis mejillas.

—¿Estas bien?— preguntó el, pude abrir mis ojos, no veía muy bien, cuando pude enfocar mi vista, me encontré con unos ojos acaramelados, cabello castaño y algo despeinado, con una mirada cautivadora, ahora si estaba segura de que era un sueño, era una mirada tan maravillosa que hizo que me sonrojara —¿te encuentras bien?

—Eh... si, estoy bien, eso creo— dije sonrojada y tartamudeando.

—¿Segura? Te caíste duro, acercate al fuego o te enfermaras— dijo muy dulcemente y yo obedecí, el solo me miraba dulcemente mientras yo solo miraba el fuego. Aun no era de noche, ni siquiera estaba la puesta de sol.

—Y... tu— dije algo pensativa

—¿si?

—¿Tu pusiste las señales?

—¿señales, que señales?

—Habia primero una flecha tallada en una rama señalando al este y después en una roca una mancha de sangre señalando al sureste.

—Em, no, yo solo vengo al bosque cuando necesitó pensar o necesito respuestas sobre algo, tal vez me creas loco pero aveces siento como si todo el bosque tuviera vida, claro que la tiene pero tiene como un toque de magia— dijo enfocando su mirada en el fuego y yo Sonreí mientras el hablaba.

—La verdad, es que yo también lo creo, a veces busco lugares donde pueda estar sola— en eso el me miro y sonrió.

—Ven— dijo mientras se levantaba y me extendía su mano, yo la tome, apagamos el fuego, el recojio la manta y nos fuimos.

—¿A donde vamos?

—Ya veras— saco una ligera risa.

Subimos una pequeña colina hasta un acantilado donde se podía mirar la puesta de sol, dejó su mochila a un lado de un árbol y trepo en el.

—vamos, sube— me dijo sonriendo y extendiendome su mano, yo sonrei y la tome, el me ayudo a subir hasta llegar a una rama gruesa donde dijo que me sentara y luego el se sentó a mi lado y miramos la puesta de sol.

Nos quedamos sentados en un cómodo silencio esperando la puesta de sol, cuando el sol se estaba poniendo me acerque un poco mas a el, el estaba mas cerca del tronco, me acerque un poco y el sonrió, el sol estaba a punto de ponerce por completo y comenzaba a hacer un poco de frío y el pasó un brazo por mis hombros y me acercó mas a el y yo recargue mi cabeza en su hombro.

Cerré lentamente mis ojos y desperté.

Abrí mis ojos levantandome de la cama, me quite los audífonos, apague mi música y vi que era media noche, no me había dado cuenta de todo el tiempo que había pasado, mi corazon latía rápido pero dulcemente, no podía dejar de pensar en aquel joven.

—Olvidate de eso Him, es solo un sueño, un lindo y dulce sueño— dije susurrándome.

Después de eso solo me acosté mirando el oscuro techo pensando en su mirada.

—Ojala existieras— susurré para mi misma. Cerré mis ojos.

Desde 0. La historia de una Venista (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora