Capitulo 10- Dudas.

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—Señorita Grimmie— era el profesor hablandome molesto— señorita Grimmie ¿esta en la clase? —estaba perdida en mis pensamientos, hoy había sido un día alterado, saludos, despedidas y explicaciones, no recordaba que estaba en clase —señorita, pase al pizarron a explicar el problema por favor.

El problema era fácil aunque con muchos números. Me levante de mi lugar y tome el marcador que estaba al frente del pizarron.

—en la siguiente regla se tienes las tres cantidades y se necesita sacar la cuarta...— continúe con mi explicación, ya había estudiado este tema, así que con solo verlo era fácil.

Mientras estaba al frente podia sentir la mirada de cada uno de los presentes, era claro, tenían que estar mirándome, pero Arturo mantenía su mirada fija así que decidi acortar la explicación y sentarme.

—Muy bien, señorita, le pedí que lo explicara y lo resolvio— menciono el profesor con poca satisfacción.

La clase pasó rápido y salí con prisa del salón y espere a mis confiables. La siguiente clase era geografia, ¡que alguien me ayude! No quería entrar a esa clase, no que no me agradara, es solo... NO ME AGRADA.

—¿en verdad tengo que entrar?— pregunte con pucheros a mis amigas.

—Por desgracia si— dijo Diara

Entramos y para nuestra sorpresa la maestra no estaba, genial, sarcasmo, no me agrada la clase pero si un profesor faltaba era un quicio para mi. Tener que controlarlos a todos, esta gran desesperación es frustrante.

Pasó la clase, al igual que ingles y educación física. Y era el ultimo modulo.

Estábamos en clase de educación física,  no salimos, solo escribimos y escribimos, había una pequeña prueba la cual termine rápido pero no la entregue, siempre esperamos hasta terminar las tres pero no entregamos al mismo tiempo.

tengo sueño— dijo Dasp es código. En una hoja escribe un acróstico para expresar algo.

ya somos dos— le respondí
—¿quien era el que te llevo el manual?
se llama Esteban, es del grupo E— le susurré, ya que estaba en frente de mi.

—¿me lo presentaras?

—apenas y lo conozco yo.

—ya callence las dos— nos regañó Diara. Y Dasp y yo nos reímos bajo.

Sonó el timbre de salida, recogí mis cosas y las tres salimos.

Saliendo del salón pude sentir la mirada de Arturo, pareciera que se acercaría a mi, sentía que estaba a unos cinco metros detrás de mi, pero al parece se le adelantaron.

—hey Him— volteo para encontrar mi mirada con Esteban, el era unos 10 o 15 centímetros mas alto que yo así que tube que alzar un poco mi mirada.

—Hola, ¿que pasa?

—queria preguntarte...—se lleva una mano a la nuca, parecía algo nervioso, pero muy dulce— ...no, no te lo preguntare, lo confirmare, quiero invitarte una nieve— Dasp y Diara aun estaban ahí y no sabia que decir.

—bueno... no lo se...—siento un pequeño empujoncito de Dasp con su codo incitandome que acepte— claro, ¿porque no?

—si, nosotras ya nos tenemos que ir, así que... hablamos luego, adios— dijo Diara y se fue apresurada jalando el brazo de Dasp.

—bueno, somos tu y yo.— mencionó

—si— se que el vio mi sonrojo.

—no hay problema en que te llame Him, verdad.

— no, no hay problema.

— vamos por tu nieve— dijo mientras me rodeaba los hombros con su brazo derecho— perdon— dijo mientras apartaba su brazo.

—no no no, no pasa nada,

—¿en verdad?

—en verdad.

Nuevamente me abrazó y nos dirijimos hacia la salida.

—¿de que sabor la quieres?

— Mm, de chocolate— maniática del chocolate

—Bien. Me da dos de chocolate por favor— pidió Esteban.

— y... ¿porque decidiste invitarme?

— a pesar de nuestra corta platica me caíste bien, y pensé en que podría conocerte mas, claro, si no hay problema.

—aqui tiene— le dice el nevero mientras le entrega las nieves a Esteban y el las paga.

—Gracias— dice Esteban y me entrega uno.

—Gracias— le respondí con una sonrisa— y no, no hay problema, la verdad a mi también me agradó mucho conocerte— nos fuimos caminando hacia una esquina en la cual llegaban por mi.

—Genial, ya que a los dos nos reciben en la misma esquina nos podemos ir los dos— me sonrió muy dulce.

—Claro.

Llegamos a la esquina, aun no llegaban por ninguno al parecer. El me dio su numero y yo el mio. No llevo ni un día conociéndolo y ya tengo su numero, vamos bien Him... eso creo.

—Se que no llevo mucho tiempo conociéndote pero me pareces agradable, no se si yo para ti igual pero desde que te mire ahí sentada sabia que tenia que hablarte, sentía como si ya tr conociera, es algo raro, lose, la verdad no soy de mucha importancia, algunos apenas y me notan, pero tu eres reconocida aquí, te he visto hablar con casi todos y siempre sonríes, bueno, solo la vez en la que te hable estabas seria.— esas palabras eran similares a las que me había dicho en el sueño, dijo que sentía que ya me conocía. ¿que esta pasando?

—No te preocupes, la verdad no soy de gran importancia, les hablo a todos por igual pero solo eso, y te entiendo, la verdad...— lo mire fijamente a los ojos y el hizo lo mismo— ...yo también sentía que ya te conocía, por eso no sabia mucho que decir.

—¿En verdad?— mereguntó inclinandoce un poco hacia al frente y yo acentí.

Sonó la bocina de un auto y los dos reaccionamos y volvimos al mundo, habían llegado ya por el, y por mi llegaron unos segundos después.

—Bueno, gusto en conocerte Esteban.

—Ya nos habíamos conocido y el placer es el mio— dijo mientras se iba.

El admitió que ya nos conocíamos, ¿habra soñado también conmigo? No estoy entendiendo nada este día, ¿porque hoy? ¿porque esta semana que es en la que mas dudas tengo?...

Tengo una duda mas...

¿tenia tareas por hacer?

Desde 0. La historia de una Venista (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora