Be mine I beg you - G.B-

Sombras de Rebelión

Después de un tiempo mi abuela me dejó juntarme con Anne, no pasó más de una semana para que Anne realizara algo que le agradara a mi abuela, con eso me despido de la desdicha que sentí al alejarme de Anne tanto tiempo.

Era invierno y la brisa fresca golpeaba suavemente mi rostro, la fauna de esta época me encanta, desde que tengo memoria he amado el frío, mi madre decía que era porque lo llevo en la sangre, porque nuestra familia viene de Noruega.

Corríamos al lago de aguas relucientes, Anne quería jugar   a recrear un personaje de su poema favorito.

¿No se te hincha el corazón cuando el aire está tan fresco? -dijo Anne deteniéndose- Con cada aliento me siento viva, es el dia perfecto para un romance trágico

La nieve blanca ayuda con la escenografía, los árboles con sus montones de nieve en la ramas, ¡la escenografía perfecta! -musite emocionada-

La tia Joe lo aprobaría - dijo Diana, reimos y seguimos corriendo hasta llegar a un pequeño bote que estaba a la orilla del lago; luego de un minuto llegaron Jane y Ruby-

Quien represente a Elaine debe recostarse, y flotar a Camelot, donde todos lloran su muerte, muy... afligida mente - dijo Anne señalando el bote- ayuda mucho pensar en algo que las ponga tristes de verdad

Obvio tu debes ser Elaine Anne -dijo Diana-

Si, su personalidad es idéntica - dije alegremente-

Sería ridículo tener a una Elaine pelirroja, debe ser Ruby, ella tiene un hermoso cabello dorado, y a Elaine le fluía cual cascadas de cabello brillante -reímos de nuevo y Ruby empezó a hablar-

No, no puedo, si me acuesto y finjo estar muerta, me moriría de miedo -dijo cruzando las manos-

Valga la redundancia- musite acomodando mi bufanda-

Además, tu tuviste esta idea Anne - dijo Ruby decidida-

Tu estas obsesionada con Elaine -dijo Jane, apoyando a Ruby-

Ay, es cierto; siempre que leo el poema me devoró una tristeza secreta por no haber nacido en camelot, esa época era mucho más romántica que el presente. Entonces yo seré Elaine -dijo feliz; reímos y empezamos la actuación-

Ruby, tú serás el rey Arturo, Diana Ginebra, Jane Margarita y ___ tienes que ser Lancelot - sonreí y me acomode el pelo como lo tenía Lancelot- necesito una flor - tomó una que estaba cerca y se acomodo en el bote-

Anne parece muerta de verdad - dijo Ruby - mi madre dice que la actuación es abominablemente perversa 

Ruby, no menciones a tu madre, arruinas el efecto, esto paso hace cientos de años antes de que ella naciera -la regaño Anne -

Hay que besar sus cejas inmóviles- dijo Jane agachándose a besar a Anne, luego lo hizo Diana y después yo-

Hermana, adiós para siempre -dije lo más seria que pude con un toque de melancolía y acaricie la frente de Anne, me levante conservando el calor que me quedaba después de tanto movimiento-

Ya está lista -musito Jane- hasta pronto Elaine la adorable - nos disponíamos a empujar la barca cuando llegó la madre de Diana interrumpiendo todo-

¡Diana! - gritó la señora Barry-

¡Madre!

Sal de ese bote ahora mismo -le ordenó- te estaba llamando, tenían que practicar sus lecciones, y vengo a encontrarte en este insensata y peligrosa sea lo que sea -dijo señalando el lugar en que estábamos paradas-

Ni siquiera estaba bote -murmure rodando los ojos-

Estábamos practicando las lecciones -dijo Anne calmando a la madre de Diana-

Estudiamos el poema de Lancelot e Elaine -dijo pero su madre la interrumpió-

Diana, vuelve a casa, las demas tambien antes de que les de un catarro -ordeno-

Pero ellas acaban de llegar y... -se detuvo en seco gracias al grito de su madre-

¡Ahora!, tu no me ignores. Anne vete a casa por favor, vengan niñas - dijo y me fui con las demás, dejando a Anne sola-

La señora Barry nos dio un sermón del cómo nos podía dar un catarro estando afuera y de los múltiples accidentes que nos podían haber ocurrido, incluyendo la malaria.

Admiraba el paisaje del invierno, amo la nieve es tan blanca y hermosa y romántica, desde que leí un libro en donde la mayoría de los acontecimientos románticos ocurrían en la nieve, me enamore aun mas de la época.

Es un paisaje perfecto para el romance más grande de la historia -dije feliz-

A mi no me parece nada romántico, se me congelan los dedos -me interrumpió una voz conocida-

¡Jerry!, la nieve es blanca y contrasta perfectamente con el color rojo, el color de amor-dije imaginando mil y un cosas-

Hmm -contesto cortante-

Además Francia es la capital del amor, y tu eres francés

Bueno, pero para mi no es el paisaje ideal para ser romántico prefiero la primavera

Al menos no rechazas el romance 

Es un tema interesante del cual hablar

Ya lo creo 

Mmm, ¿te acompaño a casa? - me pregunto-

Claro - respondí y empezamos a caminar-

Se...que no me importa, pero... ¿tu extrañas a Gilbert? -tartamudeo-

Claro, era mi mejor amigo, hace un largo tiempo que no pensaba en lo mucho que lo extraño -dije mirando el cielo nublado-

¿Te gusta Gilbert? 

No, es mi amigo solamente -dije obvia, lo voltee a ver y vi que una diminuta sonrisa se formaba en su rostro- y ¿porque te alegra?

No, emm solamente lo pensaba pero si dices que no entonces no -murmuró nervioso-

Bueno, llegamos, gracias Jerry - le di un beso en la mejilla y entré a casa- ten un bonito dia 

Entre a la casa y me quite todas las prendas para el frio que portaba.

¡Ya llegue! - grite desde el umbral de la puerta-

Tus abuelos están en el comedor -dijo Martha sacudiendo mi abrigo-

Esta bien, gracias -respondí y me dirigí al cuarto mencionado-

Hola querida -dijo mi abuelo tomando un sorbo de vino-

Llegaste justo a tiempo para comer, ven siéntate -musito mi abuela-

Yum, ¿que hay de comer? -pregunté sentandome-

Adovo de borrego y pasta, ____, que te parece ir a caminar después de comer, no parece que valla a nevar demasiado - dijo mi abuelo limpiandose la boca con una servilleta de lino-

Me encantaría, sería maravilloso -respondí sonriente-

Muy bien, come y cuando terminemos nos vamos a caminar - ordenó mi abuela-

Terminamos de comer y salimos a caminar. No era un día con muchas cosas que hacer así que no teníamos que regresar temprano o ir a ningún lugar.

La paz abundaba a nuestro rededor, la brisa fresca golpeaba suavemente los árboles y la nieve yacía en el piso.

Era el día más tranquilo desde que llegue a Avonlea, el día perfecto.