-El gran día de Prissy-

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Recuerdo que todo estaba borroso.

Tranquila ___ estoy aquí...estoy aquí - me susurraba Gilbert al oido-

No veía nada, mis ojos estaban cubiertos por una tela.

¿Que paso? -pregunte con la voz entre cortada-

Que bueno que puedes hablar - Gilbert quito una manta de mi cara- El doctor dijo que no te la quitara hasta que bajara el sol, dijo que tal vez te podía lastimar la vista, que bueno que estas bien -recargo su frente en la mia- no fue grave, pero aun así me preocupe 

Sonreí con las pocas fuerzas que tenia.

Puse en su lugar a Billy ¿verdad? 

Valla que lo hiciste -me sonrió- no lo vuelvas a hacer, casi me da un infarto al verte desmayada 

No prometo nada - me conocía lo suficiente como para saber que muy probablemente me metería en problemas de nuevo-

Entonces inténtalo -tomo mi mano y le dio un suave beso- casi me matas del susto querida  

¿Desde cuando soy ¨querida¨? -cuestione divertida-

Desde hoy -recargo su cabeza en mis piernas y de un momento a otro se quedo dormido-

Descansa -musite-

Acariciaba sus rizos mientras me enorgullecía lo que había hecho. No sabia que pensarían de mi en la escuela, después de todo yo comencé la pelea.

Me fastidie de pensar en cosas negativas, me acomode para dormir de nuevo, estaba cansada.

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Cariño ¿estas lista? - Tata que como ahora me había acostumbrado a llamar a Martha, entraba a mi habitación para revisar que estuviera lista para la escuela-

Me miraba al espejo, no quería ir, perdí el control de misma ese día, mis pómulos morados revelaban mi poca tolerancia y temperamento suspicaz que hacia que todo fuera complicado, rompí las reglas de convivencia y había decepcionado a mis abuelos, enviaron una carta desde Inglaterra diciéndome que no estaban contentos conmigo y que había desonrado el apellido Hamilton, una carta bastante larga en la que explicaban que una ¨señorita¨jamas debe explotar de tal modo y que era un pecado pensar si quiera en golpear a alguien; no quería ir a la escuela no quería ver sus caras de disgusto, sus cara de odio, a mi parecer todos me odiarían por tal acto de violencia, no podía. Me miraba fijamente veía los moretones de los golpes, mi nariz estaba roja aun, mi labio partido, todo seguía allí.

No, por favor Tata no me obligues a ir -le dije sin despegar la vista del espejo-

No te preocupes, todo saldrá bien -camino a mi lado-

Todavía tengo los moretones, eso no es bueno, todos me odian -intente retener un par de lagrimas rebeldes-

No te preocupes todo saldrá bien, podemos ocultar eso -  acaricio mi pómulo morado- con un poco de maquillaje se puede arreglar

Fuimos al cuarto de mi abuela, en su tocador hallamos varios cosméticos, incluyendo maquillaje, lo aplicaba suavemente sobre los moretones, no estaban cubiertos por completos pero servia.

Gracias - le sonreí triste-


Valla que me sentía sola, Diana y Anne intentaron hablarme, pero ¿que clase de persona seria si dejo que mi reputación manche la de mis amigas? una terrible sin duda, así que intente alejarlas lo mas que pude. Solo hable con Gilbert en todo el día, me hacia la compañía que necesitaba, aunque extrañaba a mis amigas.

Be mine I beg you - G.B-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora