Capítulo III: La frecuencia

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La tensión del ambiente se hacia notar, porque de un momento a otro me encontraba siendo apuntado con un arma por un completo desconocido.

— Gracias rubio, la verdad no esperaba que hubiera más de los tuyos por la zona.

La figura misteriosa mostró la cara, era un hombre de edad avanzada, con arrugas muy notorias en su cara, y cabellos casi completamente blancos. Apuntaba con un arma de fuego pequeña hacia mi dirección con un rostro asqueroso y lleno de una sombría felicidad, como si con el hecho de encontrarme hubiera ganado un premio.

El hombre avanzó despacio a Darnell, para posicionarse detrás de él. Mi compañero se notó asustado e incómodo cuando el viejo hombre empezó a acariciarle el cabello con tierna y extraña delicadeza.

Mientras tanto, yo quería gritarle que lo dejara, pero él seguía apuntándome con la pistola, y sentí que no era lo más sensato.

— Qué bonitos rubios tienes, "Dante" — dijo sarcásticamente el viejo hombre - no quiero que teman, solo, por favor, y sin pedir muchas explicaciones ambos me acompañaran —dijo mientras me hacia un gesto para que me acercara- es difícil encontrar jóvenes como ustedes, así que síganme por favor.

Darnell titubeó y se volteó a ver al viejo

 — Usted solo dijo que me ayudaría a... encontrarlos— tartamudeó Darnell. Se notaba el miedo en su voz

— Vaya, te diré la verdad... bueno, en realidad, no quiero contarte, solo venga o ¿a caso alguien se quiere llevar una bala?.

No tuve otra opción que acercarme al sitio donde estaba parado él, que además me hacia sentir realmente impotente por el temor que nos estaba infundiendo con su actitud pasiva-agresiva. Al estar cerca de aquel hombre pude sentir un ambiente pesado, acompañado de un olor repulsivo a vomito y alcohol.

Él por fin dejó de tocar los cabellos de Darnell para comenzar a tocar mis brazos, y después mi espalda, y mis partes íntimas mientras con otra mano sostenía la pistola en mi frente. La cara de este tipo era una mezcla de concentración y aprobación a la vez, pero cuando subió las manos hasta mi cuello, y lo empezó a analizar con detenimiento, recordé que ahí fue donde la criatura me inyectó su aguijón, solo que ya lo había olvidado por que ya no sentía dolor alguno. Él se detuvo ahí, dejo de tocarme y puso una cara de asco que más bien parecía como si yo fuera un pedazo de mierda.

— Tú no sirves, estas contaminado —dijo mientras quitaba el seguro de la pistola. Iba a disparar.

Darnell instantáneamente al escuchar el seguro empujó al hombre, que disparó el arma sin titubeos y su bala fue a parar a otra parte. Actúe rápido y me desplacé para guardar distancia del tipo y luego tratar de arrebatarle la pistola. Tomé sus manos velozmente en un intento de arrebatarle el arma al piso, pero era demasiado fuerte, y con su rodilla recibí un golpe en mis testículos que me hizo soltar sus manos y caer al piso gimiendo de dolor. Dolía de verdad.

Darnell por su parte uso sus puños para golpearlo en la cara, pero ni su fuerza ni la mía se comparaba a la de él, que lo golpeó de vuelta con la culata de su arma y retrocedió riéndose a carcajadas. Mientras se reía sacaba una pequeña botella de licor, y tomo un gran trago con el que se la acabó.

— Debó admitir, me dolió, así que no mataré a tu amigo, pero solo porque me dio lastima golpearte tan fuerte — se burló — aun así, tú vendrás conmigo "Dante", y a ti te tendré que dejar porque igual morirás por esa herida en tu cuello.

— ¿Qué dices? — dije apretando los dientes y retorciéndome de dolor en el suelo —, déjanos solos, no tenemos nada para darte.

— No puedo, los encontré y necesito urgentemente a tu amigo. Nos estamos quedando sin reservas. En cuanto a ti, solo prolongaste más tu sufrimiento.

Atrox [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora