[6] VOLVERE POR ELLA.

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CAPÍTULO 6

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CAPÍTULO 6.

Movía sus pies torpemente, sintiendo como temblaba levemente por su cercanía, sus rostros estaban demasiado cerca, haciendo que la azabache tuviera aquel sonrojo en sus mejillas

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Movía sus pies torpemente, sintiendo como temblaba levemente por su cercanía, sus rostros estaban demasiado cerca, haciendo que la azabache tuviera aquel sonrojo en sus mejillas. Ninguno de los dos hablaba, solo disfrutaban la compañía uno del otro, más el varón sonreía levemente notando los nervios de la bella dama frente a él. Daban vueltas al son de la música, su vestido se meneaba y alzaba por cada vuelta, atrayendo las miradas de los jóvenes.

-Y dime ¿Desde cuándo conoces a Ryoga? Nunca me hablo de ti.

-Nos conocimos en un baile, hablábamos por cartas, pues era difícil en que yo viniera al reino para verlo.

Sus ojos oscuros observaron a lo lejos a aquella pareja que bailaba con lentitud, chocando con los ojos marrones del varón, sonriéndole levemente mientras asentía con su cabeza, dándole la orden de que continuara con el plan.

La azabache miro el reloj, para después ver de reojo su mano derecha, con el cual sujetaba el cuello del joven.

El de trenza la miro levemente, haciendo que esta desviara la mirada con aquel leve sonrojo, sin embargo, se tensó en su lugar al sentir su cálido aliento en su oreja: -Eres una mentirosa- la azabache abrió sus ojos sorprendida- Tus nervios te delatan, preciosa. La ligera fragancia a rosas que desprendes puedo identificarlo fácilmente, pues tu perfume quedo impregnado en mi desde ayer, que, por cierto, es difícil de quitar.

-Por favor, no digas nada.

-¿Por qué lo haría?

La azabache recargo su cabeza en el hombro de este: -Tu sirviente lo ha dicho, no soy más que una bandida del Reino, soy peligrosa. No pertenezco a este lugar, necesito irme y salir de aquí, no debí de interponerme nuevamente en tu camino, debes de casarte con la Princesa y formar una familia.

Trato de alejarse de él, sin embargo, el contrario la atrajo hacia él y la abrazo, sintiendo como ponía su barbilla en la cabeza de esta, inhalando el suave olor a rosas de su cabello: -No quiero que te vayas, no sabes cuantas ganas tenia de volver a verte- sus ojos se cristalizaron, sintiendo como caían las lágrimas por sus mejillas, levantando levemente la mirada para verlo- Y verte esta noche, tan radiante, tan angelical, viendo como tu sonrisa brilla como la más brillante estrella, me tiene realmente cautivado y no sé por qué aquello no te saca de mi mente.

La Mosquetera Roja || ESPECIAL (Volviste a mí)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora