Beso

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Aquellas palabras  Daniel no le habían sentado para nada bien pues pude ver como su color de piel cambió al instante a uno mucho más pálido, y la expresión de su rostro no era la mejor.

— Enhorabuena belle dame -Escuche decir a Antoine justo al lado mío y cuando le iba a contestar Daniel se anticipó.

— Bueno nosotros ya nos vamos a descansar, que la mamá debe estar cansada -dijo Daniel para seguidamente halarme hacia la habitación en un abrir y cerrar de ojos. — ¿Pero tú estás loca? -dijo llevándose las manos a la cabeza.

— Puede que un poco si -dije con desinterés.

Sentí sus manos en mis mejillas y pude ver como su mirada intimidante se posó en mis ojos, la había cagado pero se lo merecía por haberse acostado con Darían, aún no entendía porque me daba tanto coraje eso.

— ¿Ahora que hago yo para no quedar de mentirosos? Dime Mía -dijo soltando un suspiro para luego sorprenderme al ver cómo le pego un puñetazo a la pared.

— Hazme un hijo Daniel, házmelo -dije con cierta ilusión, necesitaba volver a sentir esa sensación de llevar un bebé en el vientre.

Por su expresión pude notar que se había sorprendido, me analizó durante unos segundos con la mirada y luego se llevó las manos a la nuca, al parecer estaba pensando en mi respuesta.

Una lágrima se deslizó por mi rostro al recordar cundo tenía 16 años y apenas era una adolescente que no entendía muchas cosas, el recuerdo de cuando no me vino la regla a tiempo, el de cuando fui a comprar la prueba de embarazo a la farmacia, la sensación de cuando vi que la prueba fue positiva y finalmente cuando perdí a mi hijo.

— ¿Porque lloras Mia? -dijo Daniel preocupado y al momento sentí sus brazos rodear mi cuerpo.

Y si, sin percatarme estaba echa un mar de lágrimas, tenia el pecho agitado, esos recuerdos me habían chocado como un balde de agua fría. Sentí las manos de Daniel acariciar mi espalda y luego sus labios en mi frente, sentí como rozo estos en mi nariz y dejo un beso sobre esta.

Daniel cuando quería era un amor.

— ¿Que te pasa preciosa? -Susurró en mi oído y deje de tocar el suelo pues me había cargado, ya por suerte mi tobillo había dejado de doler pero extrañaba estar sobre sus brazos.

— Recuerdos solamente -dije en un hilo de voz, el frunció el ceño.

— ¿Que tipo de recuerdos? -Preguntó curioso a lo que yo solo negué, aún no debía contarle nada.

— Sabes, odio verte mal -susurró Daniel sin quitarme la mirada de encima.

Y por impulso entreabrí mis labios a unos centímetros de los suyos, sentí su aliento sobre estos y cerré los ojos, deseaba besarlo; necesitaba sentirlo. Y sin pensarlo uni mis labios con los suyos de manera lenta, el me Continuo el beso de la misma forma. Un beso delicado y lento, demasiado bonito, aunque dejo de ser delicado cuando sentí sus manos bajar a mis muslos y apretarlos con algo de fuerza.

— Ey relaja fiero -susurre bajito por la cercanía, pero el volvió a besarme y de un momento a otro me dejo tendida en la cama. — ¿Pero qué haces? -pregunte extrañada.

— ¿No que querías un hijo? -susurró esté agarrando las manos sobre mi cabeza.

MERAKI ©  || @skydivessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora