Otra Oportunidad

▪28▪

Sin duda, estar reunido con un montón de niños era estresante. Cada pareja a sus lados y nadie sabía que decir, era molesto perder el tiempo allí en lugar de terminar su trabajo pendiente, era su culpa, se dejó llevar en el momento en que escuchó que ella estaría ahí.
La desesperación aumentaba y las ganas de echarlos eran cada vez más grandes.

En un momento esa inútil de cabello castaño se levantó hacia él,  olvidando por completo sus modales, al contrario de Athanasia que mantenía una expresión serena y se demostraba tranquilidad.

Le replicó a la castaña sobre su comportamiento, sería innecesario que siguiera pagándole a su maestra si no aprendía nada en su clase. Por otro lado, fue sorprendente que ese mocoso comenzara la conversación, y con nada más ni menos que con una solicitud; tener a Athanasia como aprendiz.

Al llegar se presentó como uno de los líderes de la torre, lo que más me sorprendió fue que no se molestó en ocultar que era el quien bailó con ella en su debut.

Es un niño arrogante.

Verlos pelearse de algún modo resultaba interesante para el emperador, un pequeño espectáculo de niños burlándose entre sí.

Hasta que recordó el momento en que entró al palacio Ruby por primera vez en mucho tiempo, el lugar sin duda decayó bastante. Las paredes que antes eran de fino mármol blanco estaban agrietadas en las esquinas y llenas de polvo, el suelo comenzaba a levantarse en ciertas áreas y las alfombras ,antes de terciopelo fino y suave, ahora estaban desgastadas y sucias. Las decoraciones eran lamentables y los estantes polvorientos estaban casi vacíos, no era difícil adivinar que estuvieron robando artículos del palacio.

Alguien se atrevía a robar las cosas de su palacio y eso no lo seguiría permitiendo. Pero mientras arreglara los asuntos del ruby Athanasia no podría permanecer ahí.

•
•
•

___________________________________________

Lo recuerdo, el dia que pisé su cabello.

Iba corriendo en lo mas alejado del palacio ruby, tropecé con un mechon de cabello negro, tan oscuro como el manto de la noche y brillante como la luz del amanecer, claro que, al principio creí que era Blackie. Pero recibí un regaño que me congeló el corazón, no por su tono de voz cortante, no por su altura o apariencia intimidante, simplemente fueron sus ojos. Un rojo carmesí intenso, pude verlo en ellos, como ver tu reflejo en dos hermosos rubíes, pude percibir su hostilidad, quizas no era solo por que fuera yo, si no por que yo estaba ahí.
Denotaba emociones negativas, se notaba a la defensiva y, con vada segundo que pasara viéndome asi, sentí que podria morir con un parpadeo suyo.

Así es, no fue la mejor impresión. Pero quizas no necesitaba un principe que me conquistara y rescatara, no necesitaba un caballero que me hiciera sentir como una dama, solo era él, un mago cínico y egocéntrico, alguien que se regocijaba en la cúspide de la magia como si fuera un juego de niños.

Fue perfecto.

Un principe no me haría reir como él.

Un caballero no me enseñaría mi valor como él.

Alguien mas no podría igualarlo a él.

El dia que pisé aquel mechón me cambió la vida, la miseria, el dolor, la impotencia y el sufrimiento desaparecieron. Se desvanecieron en sus burlas, en su comentarios sarcásticos e insultos groseros, las lagrimas fueron reemplazadas por discusiones, las mañanas oscuras por noches radiantes, y el dolor en mi corazón dejó de deberse al rechazo de Claude, solo existe por el miedo a perderlo...

Oye Lucas, ¿que será de mi el dia que me dejes?

Sin duda no tardé en averiguarlo.

•••