▪25▪

4.7K 444 91
                                    

Aquella muchacha de cabellera rubia quedó inconsciente sobre el césped del jardín del Esmeralda, mientras las señoritas que se mantenían junto a Jenneth la veían horrorizadas tras ver la sangre, unas pocas mostraron su preocupación para tratar de acercarse a ver si podían ayudar.

Hanna entró en pánico, era la primera vez en años que sucedía eso, y la última vez si princesa estuvo cerca de la muerte. Félix cargó el frágil cuerpo de Athanasia hasta el palacio Ruby, Jenneth no le permitía el acceso al Esmeralda por lo que era inútil perder el tiempo tratando de convencerla. Poco después llegó Lilly, con nitable preocupación y los ojos cristalizados conteniendo lágrimas de miedo.

- Debemos llamar a un doctor ¡Pronto! -ordenó el caballero de cabello escarlata-

- No -la castaña no tardó en responder-

- Pero, Lady Lillian la prince- fue interrumpido -

- Seth, ve la torre y avisa a los magos del estado de la princesa, pregunta por el regreso del joven mago y asegúrate de que no tarden en venir -

- En seguida -

- Hanna, mantén vigilado a Blackie y no dejes que se acerque a la habitación-

Dicho eso Hanna y Seth cumplieron con las órdenes asignadas y salieron inmediatamente de la habitación, dónde ahora solo quedaban Félix y Lillian.

- Si no es molestia me gustaría preguntar. ¿Por qué llama a los magos en lugar de llamar a un médico? ¿Cómo es que tiene acceso libre a la torre? Sé que no es de mi incumbencia pero los magos son bastante reservados y no es la primera vez que oigo que la princesa está familiarizada con ellos -

- La torre no suele recibir visitas de personas que no contienen maná debido a que les resulta peligroso, esa niña tiene demasiado así que dudo de sea un problema visitarla una pocas veces, lo que me sorprende es que vaya con tanta confianza que hasta sus sirvientes van en su nombre - interrumpió Claude -

El emperador que estuvo un rato luchando contra las voces en su cabeza, que se contradecían entre si, al fin terminó de asegurarse de que ninguna de las señoritas que presenció lo sucedido hablara. Pues podrían surgir rumores equivocados sobre envenenamiento al no saber la causa exacta de lo sucedido.

Al ver que entraba en la habitación Lilly hizo una reverencia, sin esperar el permiso para levantarse o hablar se apresuró a explicar.

- Majestad, la princesa tuvo una complicación con su maná hace aproximadamente 8 años. Ninguna de las sirvientes del palacio Ruby podíamos ayudarla y el médico se limitó a decir que no había nada que el pudiera hacer, al ver que la princesa agonizaba queríamos avisarle. Aún sabiendo que si majestad nos ordenó que ella jamás se mostrará ante el, nosotras seguíamos preocupadas por ella. En el camino apareció el joven mago, como un rayo de esperanza diciendo que el podría curarla. No quisimos molestarlo y aceptamos su ayuda, desde entonces el regula y purifica su maná -terminó de explicar Lilly-

- ¿Joven mago? -cuestionó Félix con curiosidad-

- En ese entonces el joven mago tenía la edad de la princesa, no obstante en pocas horas la curó y al pasar de los días se veían seguido durante una hora dónde regulaba su maná para que no volviera a ponerla en peligro. Desde entonces crecieron juntos como amigos -

- Le debemos mucho al joven mago -añadió Hanna-

- Interesante... -murmuró para si mismo el emperador-

- ¿Eso quiere decir que el joven mago trabaja en la torre? -Félix volvió a preguntar-

- Oh, por lo que tengo entendido el se unió a la torre un par de años luego de conocerlo -respondió Seth-

Otra Oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora