Capítulo 2.

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Si ayer ya tenía ganas de que se acabaran las seis horas de clase, hoy eran el triple. Tengo muchísimos nervios por la entrevista que me harán hoy. Tengo 17 años y nunca he trabajado en nada, siento una responsabilidad enorme de hacerlo perfecto y estar a la altura.

- Mucha suerte Evi, ya me cuentas cuando salgas de la entrevista.

Sam me da un beso para despedirnos en la esquina y volver cada una a nuestras casas.

Ayer cuando colgué con Ana, me mando la ubicación, que al mirarla vi que estaba cerca, podía ir andando y en a penas diez minutos estaría allí fijo. Sigo dándole vueltas a la cabeza hasta llegar a casa, donde ya Olga me espera con la puerta abierta y Vega a su lado, como todos los días después de venir de clase.

- ¿Qué tal? ¿nerviosa? - me pregunta poniéndome el plato de comida delante.

- Bastante, ¿crees que me considerará lo bastante responsable?

- No lo creo, estoy segura Eva. - me sonríe y yo corro a abrazarla.

No sabría que hacer sin ella, confía tanto en mi que me da hasta miedo defraudarla.

Unos toques suenan en la puerta acompañados de un " toc toc", que lo hace con su voz. No hace falta girarme para saber de quien se trata. Una sonrisa enorme se plasma en mi cara.

- ¿Qué tal las clases pequeñina? - Juan me ha llamado así siempre, aunque ya no sea tan pequeña me sigue llamando así, pero no me molesta en absoluto. Me gusta, me hace sentirme querida.

- Bien, con ganas de que acabaran para ir a la entrevista.

- Seguro que te cogen, estoy seguro.

Sonrío y después de algunos ánimos más, subo a mi habitación para hacer los deberes de matemáticas antes de irme. No creo que vaya a tardar mucho, pero por si acaso prefiero tenerlos hechos ya.

Dejo el móvil para concentrarme más hasta que me suena la alarma que puse a las 17.00. Media hora, lo justo para vestirme y llegar allí. Un mensaje deseándome suerte de Samantha me sacan una sonrisa. Corro al armario para decidir que ponerme. ¿Debería ir muy arreglada? No lo creo, tampoco es un trabajo muy formal, más bien no es nada formal.

Al final después de 10 minutos y la cama hasta arriba de ropa decido ponerme unos pantalones moon fit con un top negro y una chaqueta vaquera blanca. Me miro al espejo sonriendo, estoy lista. Miro la hora: 17.18.

Mierda. Voy a tener que ir más deprisa de lo que quería. Me despido de Olga y Juan rápido escuchando como me dan suerte a lo lejos.

Mirando la ubicación en el móvil llego en poco tiempo, menos de lo que creía. 17.27.

Miro hacia el frente donde pone el número de la casa que me dijo Ana. Un jardín enorme se ve desde fuera antes de llegar a la puerta de la casa. Visualizo un poco todo antes de entrar. Una valla blanca separa el jardín de la calle. Dentro de este, una pequeña caseta de perro lo decora en una esquina y al otro lado un columpio.

Abro la valla segura y cuando voy a adentrarme una niña sale de detrás de la valla haciendo que pegue un grito.

- Ay dios, que susto - me llevo la mano al pecho viendo como la pequeña se ríe abrazando su muñeca. - hola guapa - me agacho para estar a su altura.

Es una niña pequeñita con el pelo largo y rubio y unos ojos enormes verdes. Por lo que supongo que es la niña a la que, si me cogen, tengo que cuidar.

No me contesta y simplemente me saluda con la mano.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunto, pero en vez de decírmelo, se acerca a mi sacando un colgante de dentro de su camiseta, plateado en forma circular y con unas letras grabadas en él.

YuanfenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora