Es alucinante lo realizada que me siento con este trabajo. No es mucho, a penas tengo que cuidar de una niña de cinco años que aparentemente sabe cuidarse sola. Pero el hecho de que mis padres me lo hayan dado todo lo que quería desde pequeña, hace que estos detalles de ganarme la vida yo sola, me sienta mejor conmigo misma.
Como todos los días desde que empecé a trabajar, estoy en el salón de los Cobo, mientras espero a que llegue Ana o Hugo, para poder marcharme a casa. Ainhoa hace un rato que se durmió en mis piernas viendo la tele y la subí a su habitación. Aprovecho estos momentos, cuando Ainhoa esta dormida y no necesita mucha atención para poder estudiar algo del examen que tengo la semana que viene.
Unas risas de fuera y el sonido de las llaves en la puerta captan mi atención sacándome del tema de literatura. Subo la mirada para encontrarme con Hugo, y a su lado una chica rubia, con el pelo corto y un cuerpo, considerablemente en la sociedad de modelo.
- Hola Eva, creía que había llegado ya mi madre - me dice separándose de la chica y viniendo hacía mi.
- Hola, no, no ha llegado todavía. - sonrío y miro la hora dándome cuenta de que son casi las once de la noche. - mierda - digo al observar el montón de llamadas de Olga. - me tengo que ir - digo rápidamente recogiendo todos mis libros.
- Perdón por llegar tan tarde, voy a llamar a mi madre - se va hacia la cocina dejándome sola con la chica rubia que me mira de arriba abajo intentando escanearme.
- ¿Quieres algo? - le digo cuando me empiezo a sentir algo intimidada.
- ¿Quién eres? - me dice seca elevando una ceja.
- Eva, un placer, pero tengo prisa - digo mandándole una sonrisa irónica.
No me responde y se dedica a seguir recorriendo mi cuerpo con su mirada. Intento recoger mis cosas lo más rápido posible y cuando ya está todo salgo del salón pasando por su lado para despedirme de Hugo que está en la cocina con el teléfono en la mano.
- Dice que le perdones por no avisarte, tuvo problemas en el trabajo pero que le queda poco para terminar - me dice Hugo nada más cuelga la llamada sonriéndome.
- No te preocupes, pero yo...
- ¡Eva, Eva! - unos gritos hacen que deje de hablar y que Hugo y yo nos miremos blancos como si fuésemos fantasmas.
Nos quedamos un rato mirándonos con los ojos abiertos como platos, hasta que escuchamos de nuevo su grito, y es cuando reaccionamos, saliendo corriendo escaleras arriba. Dejando abajo a la chica esa la cual ni se su nombre, y que probablemente no estará entendiendo nada de lo que esta pasando. O al menos eso es lo que creo, porque es lo menos que me preocupa.
Hugo es quien entra primero a la habitación seguida de mi. Nos encontramos a Ainhoa llorando abrazada a la almohada.
Hugo va rápidamente a abrazarla y yo me siento a su lado esperando a que se tranquilice. Cuando lleva un rato entre los brazos de su hermano, se despega de él y me mira a mi aun con los ojos algo encharcados. Se lanza a mis brazos, hundiendo su cabecita en mi cuello y pasando sus manos por al rededor de este.
- Eh pequeña, ¿Has tenido una pesadilla? - noto como asiente, pero en realidad lo que quería era que volviese a hablar. - No pasa nada cariño, estamos Hugo y yo aquí, ¿vale?
Se separa de mi y me mira sonriente con esos ojos verdes, se vuelve a acostar aferrándose de nuevo a la almohada pero cuando Hugo va a hacer un gesto para levantarse, la pequeña le coge del brazo negando con la cabeza. Su manera, sin hablar, de decirle que se quede hasta que se duerma.
- Venga, nos quedamos Eva y yo aquí hasta que te duermas - le dice el rubio mientras le da un beso en la cabeza y le acaricia su pelo rubio y largo.
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Yuanfen
FanfictionYuanfen: Es un concepto chino que define esos amores que nacieron predestinados. En el uso común del término se puede definir como "personas con un amor predestinado". ¿Crees en el destino? Eva, una chica independiente y segura, al menos aparenta s...