Capítulo 6.

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Sábado por la mañana. Hace ya unas semanas que paso más tiempo en este salón que en mi propia casa. Tampoco me importa, este barrio es mucho más silencioso que el mío y se estudia mejor. Esta vez Ainhoa también está haciendo sus deberes a mi lado.

Sonrío tiernamente al ver sus deberes. Lo que me gustaría a mi volver a su edad, sin preocuparme en tener que aprenderme tantos temas para un solo día, simplemente siguiendo los puntitos con el lápiz para formar un dibujo.

- Eva, ¿Cuándo viene Hugo? - tan hundida estaba en mis pensamientos que ni siquiera me había percatado de quien había pronunciado esa pregunta.

- Tiene que estar al... - espera, giro mi cabeza con la boca abierta - ¡Ainhoa! ¡Has hablado! - le digo emocionada mientras me mira con vergüenza sonriendo y asiente con la cabeza - No, no me hagas gestos, sigue hablando - le digo sin para de sonreír.

- Sí - me contesta esta vez con su vocecita tan dulce y frágil.

La cojo y la pongo en mis piernas abrazándola.

- Pero, ¿Cómo es que has hablado? - le digo más tranquila para que se suelte más y le acaricio su pelo largo y rubio.

- No se - dice mientras eleva los brazos

- Hugo tiene que estar al llegar, ahora se lo contamos que le va a hacer mucha ilusión. - pero esta vez su rostro se vuelve serio y niega con la cabeza - ¿no porque, pequeña?

- Por que no quiero que te vayas - me dice triste mientras con sus manitas juega con mi colgante.

- No me voy a ir a ningún lado, yo no estoy aquí para que hables, sino para cuidar de ti - le consuelo dándole besitos por su cabecita.

- ¿Seguro? - me mira abriendo sus ojos verdes hipnotizantes.

- Claro que si mi amor. - sonríe y se levanta de mis piernas agarrándome la mano para levantarme.

- Vamos a jugar. - tira de mi hasta subir a su habitación.

No me creo todavía que esté hablando, y lo que más me impresiona es que lo haya hecho conmigo después de un año entero sin hacerlo. Cada vez que la veo hablar, no paro de imaginarme la cara de Hugo cuando la escuche. Si ayer cuando simplemente dijo mi nombre por miedo a la pesadilla ya se emociono, no me quiero imaginar con esto.

El tiempo pasa volando mientras juego con ella en su habitación hasta que escuchamos el sonido de la llave en la puerta. Ainhoa sube la mirada sonriendo y se levanta rápido subiendo los brazos para que la coja.

Bajo con Ainhoa en brazos viendo la estampa de Hugo dejando sus llaves en el recibidor y mirándonos bajar con una sonrisa de oreja a oreja.

- Tenemos algo que contarte, ¿verdad, Ainhoa? - digo una vez estamos abajo enfrente de Hugo y Ainhoa asiente orgullosa.

- Bueno bueno, que tramáis vosotras dos - pone sus brazos en jarra y espera a que le contemos.

Miro Ainhoa para darle paso a que hable ella.

- Hola, Hugo - dice de nuevo con su pequeña vocecita sonriendo.

Hugo quita su sonrisa que tenia antes y se lleva las manos a la boca, mientras Ainhoa ríe nerviosa esperando las palabras de su hermano. Pero a este solo le sale abrir sus brazos apara cogerla de los míos y abrazarla fuerte. Me siento un poco fuera de lugar ante esa imagen de hermanos, pero los miro con ternura mordiéndome el labio conteniéndome las lágrimas que amenazan con salir.

- ¿Ahora que hablo, vas a jugar más conmigo? - le pregunta Ainhoa sin parar de jugar con el pelo rubio de su hermano.

- Cariño, yo no jugaba contigo porque no hablases, sino porque no tengo tiempo - Ainhoa baja la mirada triste - pero te prometo buscar un hueco y jugar contigo, ¿vale? - Ainhoa sonríe dándole un sonoro beso en la mejilla a su hermano y se baja de sus brazos para subir corriendo a su habitación  dejándonos solos.

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