Capítulo 4.

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Es cierto lo que me dijo Ana al hacerme la entrevista en cuanto a la independencia de Ainhoa. Esta semana que he estado aquí cuidando de ella, he podido estar estudiando mientras, obviamente estaba pendiente de ella. Pero el buen comportamiento de la pequeña se agradece bastante, pues aunque necesite el dinero, también necesito sacarme bachillerato, y eso conlleva su tiempo.

Ese día por la noche era la celebración del cumple de Samantha. En una casa que tiene en su pueblo. No esta muy lejos de aquí, con coger un autobús llego de sobra. La idea principal era irme con todos, que iban a irse horas antes. Pero me acordé de que tenía trabajo, Ana estaba de viaje y Hugo tiene que trabajar, por lo tanto, no me quedaba otra que coger el autobús por la noche cuando Hugo llegue de trabajar.

Solo pedía que Hugo no se retrasara. Tenia todo pensado para ir a mi casa, cambiarme y coger el autobús de las 22.15.

Pero claro. Ilusa de mí, que piensa que Hugo iba a llegar a la hora acordada.

También me culpo, no le dije nada de que ese día tenía prisa. Igual si se lo hubiese dicho, hubiese llegado a la hora. No lo se. Lo único que se es que son las 22.00 y ya no me da tiempo a llegar.

Suspiro, dando vueltas alrededor del salón, llenándole el móvil de mensajes a Hugo, que obviamente ninguno tiene respuesta. Ainhoa me mira divertida jugando con sus juguetes en el suelo. Es raro que todavía no muestre síntomas de que se muere de sueño.

¿Pero como se puede retrasar tanto siempre? ¿No es más fácil decirme que va a llegar tarde?

Entre tantos pensamientos y agobios, las llaves de Hugo suenan en la puerta y me acerco a ella a paso decidido y con los brazos cruzados.

- Te voy a matar - le digo nada más su pelo rubio asoma por la puerta.

- ¿Qué pasa? - dice como si no se hubiese retrasado media hora, ¡Media hora!

- ¿Cómo que que pasa? ¿No ves la hora acaso? - le digo enfadada.

- Pero si siempre llego a esta hora y nunca te pones así. - me dice sin entender nada.

Resoplo alejándome de él y voy a por mi bolso, parándome primero en Ainhoa que mira la escena intrigada y me despido de ella.

- Me voy. - digo decidida pasando por delante de Hugo, pero este me frena agarrándome del brazo acercándome a él.

- ¿Me vas a decir el por que de estas prisas? - me dice calmado buscando encontrarse con mis ojos.

- Tengo el cumple de mi mejor amiga, y tengo que ir a mi casa, cambiarme y coger el autobús de as 22.15 - miro el reloj - bueno, por tu culpa, será el de las 23.30, porque ese autobús tarda mucho en pasar por ahí. - me cruzo de brazos y Hugo suspira.

- Perdón, no sabía que tenías prisa - se disculpa y yo ruedo los ojos - Venga Ainhoa coge el abrigo, que vamos a llevar a Eva. - se dirige hacia la pequeña, que no tarda en salir corriendo ilusionada.

- No, no hace falta. Tiene que estar cansada, no importa. - le digo sonriendo. Bipolaridad total, muy bien Eva.

- Pues que duerma en el coche, venga tira - me empuja hacia la puerta obligándome  a salir mientras agarra a su hermana de la mano.

Ainhoa pasa delante nuestra, como no, con su muñeca pegada a su pecho y dando saltitos hasta llegar a la valla blanca, donde nos espera a que atravesemos el jardín. Mientras, Hugo y yo, vamos en un silencio sepulcral. Él va unos pasos más adelante que yo, pero en cuanto llega al valla se espera sujetándola para dejarme pasar a mi primero. Sonrío por el gesto y nos encaminamos hacia el coche de Hugo.

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