Na JaeMin» NCT

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Dedicado a: bemycorean

Luego de un par de años llenos de arduo trabajo y sacrificios, al fin sentías que todos tus esfuerzos estaban dando los frutos que tanto deseabas. Ahora, de pie en medio de la sala de estar de tu nuevo departamento, por fin sentías que todas esas lágrimas que derramaste durante el camino y ese agotamiento tanto físico como psicológico que adquiriste de forma gratuita, se te eran retribuidos. Que valió la pena todo lo vívido para llegar a ese punto de tu vida.

Aquello no era una gigantesca casa en medio de un barrio privado en el centro de Seúl, pero ese departamento de tamaño medio con un precio de venta razonable, era suficiente para ti. Ese era tu nuevo hogar y eso te hacía inmensamente feliz, porque tú lo habías conseguido con tus propios medios y el solo recordar ese pequeño pero significante detalle, lograba que tu pecho se hinchara con puro orgullo.

Mudarte fue agotador. Aunque no lo suficiente como para aguar tus ganas de celebrar tu nueva adquisición y, de paso, tu cumpleaños que se encontraba a la vuelta de la esquina. Invitaste a todo tu círculo cercano de amigos y familiares para que asistieran al evento, deseando compartir tu felicidad con ellos. Te esmeraste en preparar los bocadillos para esa noche y en decorar el lugar para que todo se viera esplendido. La felicidad que irradiabas por cada poro era hasta contagiosa por la sola idea de poder compartir con los tuyos. Hasta que la hora llegó y la puerta no sonó.

Intentaste no preocuparte, pero conforme el minutero avanzaba más y más en el reloj de la pared, eso se te fue imposible. Tú sonrisa fue reemplazada por lágrimas en tus ojos y la felicidad que te embargaba se transformó en un horrible nudo de decepción en tu garganta que apenas y si, te dejaba respirar.

Cuando dejaste que la primera lágrima se deslizara sin pena alguna por tu tersa mejilla mientras destrozabas un cupcake, el timbre resonó por todo el lugar, sorprendiéndote. Te limpiaste las manos con una servilleta y, antes de ir a atender, te aseguraste de verte lo más presentable que se te era posible con esa enorme nube negra sobre tu cabeza. Repitiéndote a ti misma que no debías llorar, abriste la puerta para encontrarte con los sonrientes hermanos Na. JaeKyung, una divertida chica que conociste en tu primer año de universidad y que rápidamente se convirtió en una buena amiga, se encontraba de pie en la entrada junto a JaeMin, su hermano mayor y tu flechazo secreto.

Los dos te observaron unos segundos y JaeKyung, luciendo repentinamente tímida, extendió sus manos para entregarte una linda maceta decorada con una cinta que contenía hermosos claves de color blanco.

— No sé cuál es tu flor favorita y como preguntarte sería muy obvio... Terminé investigando en internet. Leí que el blanco trae paz y armonía al hogar, por eso el color, y decidí elegir claveles porque son mi flor favorita y creí que también te gustarían... — dijo, muriéndose el labio inferior al ver cómo no decías nada ni lo recibías tampoco. — Si no te gusta, traje como regalo de emergencia chocolate.

— Yo te traje confort — Se metió JaeMin enseñando, con una preciosa sonrisa de orgullo, el pack de confort que compró. — Me pareció un buen regalo porque... Todos cagan, ¿no?

Ambos se te quedaron mirando a la espera de una reacción que les quitara la incómoda sensación que los estaba invadiendo. Se dieron una mirada silenciosa entre ellos ante tu mutismo y, cuando volvieron a tu rostro decididos a preguntarte qué andaba mal como para ni siquiera sonreír, las muecas de ambos se convirtieron en una de estupefacción pura al verte llorando de la nada.

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Dijimos algo malo?!

— ¡¿Tú no cagas?! ¡Debí haber comprado el ambientador!

DRABBLES » KPOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora