Kim JunMyeon» EXO

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Dedicado a Eliza_Raeken

Es el mismo juego de siempre al cual ya le han agarrado el gusto.

Compartieron un par de miradas silenciosas dentro de un cuarto lleno de personas que desconocían todos sus secretos y que, en su mayoría, deseaban saberlos. Antes de que la velada, que te pareció de lo más monótona y aburrida, diera por finalizada, ambos abandonaron el sitio por rumbos diferentes, pero en dirección al mismo lugar.

El sonido de la puerta al cerrarse a sus espaldas fue el disparo de partida que te impulsó a romper la distancia entre ustedes. Tus labios, teñidos de un suave tono carmín, atraparon los suyos en un beso voraz que recogió el dulce sabor que dejó el licor en su boca minutos antes. Suspiraste con satisfacción al sentir como sus manos, ansiosas, recorrían tu cuerpo como si se tratara de la primera vez, queriendo palpar y delinear cada parte de tu figura mejor de lo que lo hacia el vestido que calzabas por primera vez en tu vida.

Tu espalda golpeó contra la pared más cercana y sus expertos labios jugueteando con la piel de tu cuello, clavículas y mandíbula, fueron suficiente para sacarte otro par de suspiros que eran un reflejo innato de todas las cosas que JunMyeon podía hacerte sentir. Permitiste que separara tus piernas utilizando la suya y lo viste alejar su rostro de ti para poder observarte. Su pesada respiración se entre mezcló con la tuya y sonreíste al percibir por sobre su camisa lo rápido que latía su corazón, el cual iba igual o más rápido que el tuyo.

Tantos días separados conseguían hacer que la expectación y la ansiedad se apoderada de los dos.

Su mirada hechizante en conjunto a la forma en que te sonrió al ver tu expresión cuando fregó con sutileza su muslo contra tu zona sensible, dándote un rose, a lo menos, satisfactorio, fue suficiente para que la humedad entre tus piernas aumentara y que tus caderas respondieran queriendo imitar nuevamente la acción.

— Me gusta tu vestido, y estoy seguro de que no he sido el único que ha quedado encantado durante la fiesta.

Sonreíste, complacida con sus palabras.

— Lo he comprado solo para que me lo quites... — susurraste contra su oído, mordiendo y tirando del lóbulo de su oreja, consiguiendo que un gemido ahogado resonara dentro de su garganta.

— No sabes cuánto me encantas...

Separaste la parte superior de tu espalda de la pared para que los dedos de JunMyeon se encontraran con el cierre del vestido. Bajar las tiras de este por tus brazos fue un trabajo un poco complicado, debido a que te encontrabas muy ocupada en deshacerte de su camisa para dejar a la vista su formado torso que parecía hacerte una tentadora invitación a deslizar tu lengua por él.

Haciéndole caso a tus deseos más básicos te inclinas y, tomándolo por sorpresa, lamiste y mordiste suavemente uno de sus rosados pezones, arrancándole un gemido.

Tu vestido al final cayó al piso y la boca de Kim, sedienta de ti, no se demoró en recorrer toda la piel que quedó al descubierto. Sus manos amasaron tus pechos, los cuales quedaron al aire gracias a que no llevabas brasier, y observaste, embriagada, como los besos del castaño iban descendiendo hasta que sus labios besaron tu intimidad por encima de la ropa interior negra.

Tu cuerpo fue víctima de una deliciosa ola de excitación, y tu respiración se trabó en medio de tu garganta en el instante en que percibiste su caliente aliento acariciar tu intimidad tras deshacerse del estorboso trozo de tela que limitaba ligeramente el contacto.

— ¡Oh, Dios!... — gemiste, con una de tus manos acariciando las suaves hebras de su cabello cuando su lengua recorrió de una lamida tus pliegues.

Su miembro vocal sumado a sus dedos, continuaron trabajándote, humedeciéndote cada vez más con cada interacción y elevando la temperatura de tu cuerpo hasta puntos inexplicables. Tus piernas temblaron y sin poder contenerte más, le pediste que te tomara de una vez por todas de la misma forma que tanto anhelaste y soñaste durante tantas noches lejos de aquella ciudad.

Y ahí, sobre la cama y dentro de esas cuatro paredes que los protegían de todas esas miradas curiosas y juzgadoras que siempre los perseguían donde quiera que fueran, se convirtieron en uno solo. Compartieron otro momento efímero y crearon recuerdos eternos que los ayudarían a sobrellevar los días separados que se les venían por delante. 

Espero que sea lo que esperabas, linda. Muchas gracias por el apoyo y la espera 💚

DRABBLES » KPOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora