Do KyungSoo » EXO

610 30 26
                                    

Jadeante, continuaste arrastrando tus pies por la nieve, avanzando sin mirar atrás mientras dejabas un camino de huellas a tus espaldas que pronto serían borradas gracias a las corrientes de aire que azotaban la zona. En otro contexto, eso tal vez te hubiera hecho sentir aliviada, feliz, pero no en estos momentos, en los que caminabas con la mirada perdida y sin un rumbo fijo; con tu cabeza y corazón agobiados por un montón de sentimientos que todavía no eras capaz de procesar y que te habían dejado en un estado de ausencia que te hacía lucir como un muerto viviente.

« Es su culpa... »

Tus vías respiratorias quemaban con cada bocanada de aire que tomabas, sin embargo, no le diste la más mínima importancia. Ni a eso, ni al hecho de que ya no sentías tu pies y que las gélidas corrientes de aire se encargaron de entumecer gran parte de tu cuerpo.

Era un frío invierno, el más frío y sangriento que hubieras vivido jamás.

Y todo se debía a él.

Adentrada en el bosque y cada vez más alejada de la aldea que te vio crecer, observaste de reojo, y con expresión vacía, como la espesa sangre que pertenecía a tu familia y que aún bañaba tus manos, goteaba, decorando la blanquecina capa de hielo bajo de ti con pequeños lunares rojos.

« Yo misma me lo busqué... »

La luz de la luna se encargaba de iluminar tu camino y, para cuando te diste cuenta, ya te encontrabas ahí. En donde ocurrió su primer encuentro.

Admiraste tú alrededor con lentitud, deteniéndote un poco más de tiempo en la laguna que ahora se encontraba congelada, antes de girarte y verlo ahí, de pie detrás de ti con la misma expresión seria de siempre.

Tu mirada se encontró con la suya y el brillo de diversión en sus ojos, te aclararon lo que ya, inconscientemente, sabías.

— Eres un yōkai.

Ladeó la cabeza ligeramente y sonrió, confirmando tus palabras sin la necesidad de decir algo.

— Tú me hiciste hacer esto... — acusaste, con los ojos llorosos por la repentina culpa y arrepentimiento.

— No, no te confundas ahora. — Negó con suavidad, sin perder la elegancia que lo caracterizaba en ningún momento. — Tú querías estar conmigo para siempre y para eso, existía un precio que pagar.

« Una ofrenda... »

Y has cumplido. — Sonrió con orgullo, aproximándose hacia ti y acariciando tu mejilla, haciéndote olvidar con ese simple gesto, la pena de antes. — Has sacrificado tu más grande tesoro por mí y yo lo he aceptado.

— ¿Ahora estaremos juntos para siempre, KyungSoo? — interrogaste en un murmullo ahogado, cerrando los ojos y disfrutando su tacto, cayendo en la cuenta de que aquello, era lo único que te tenías tras haber recuperado la poca cordura que te quedaba desde que conociste a Do KyungSoo.

Mentirías si dijeras que fuiste orillada a terminar con la vida de tu propia familia, porque él jamás te obligó a hacerlo. Fue una decisión propia, una ejecutada en el nombre del amor que nació hacia él con el pasar de sus encuentros que comenzaron como algo fortuito para terminar creciendo en algo más.

— Por el resto de la eternidad — Aseguró, inclinándose para besarte y así, cerrar el pacto que habían hecho.

Tu cuerpo dio una sacudida brutal cuando una oleada de dolor te azotó sin piedad. Intentaste alejarte de sus labios, pero él, sumado al hecho de que tus energías parecían estar escurriéndose de entre tus dedos, no te lo permitieron.

Ahogaste un grito en su boca, percibiendo como la realidad a tu alrededor comenzaba a distorsionarse gracias al agobiante dolor que te dejó, a los pocos segundos, inconsciente.

Para cuando volviste abrir los ojos, KyungSoo estaba a tu lado, mirándote con una sonrisa y tu cuerpo, ese que te acompañó desde tu nacimiento hasta tu muerte, yacía a tus pies, inerte e inútil.

— ¿Qu- qué ha pasado?

— Nada que no quisieras. — Sus ojos brillaban de gusto, de regocijo, mientras te ayudaba a colocarte de pie. — Ahora estamos cómo querías, unidos para la eternidad.

El hilo, atado en tu muñeca y que conectaba con la suya, te hizo querer gritar del horror al comprender su palabras.

Ahora ambos estaban atados el uno al otro para siempre.

Espero que te haya gustado,  linda. Lamento mucho la espera y ojalá haya válido la pena 😭♡

DRABBLES » KPOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora