Kim NamJoon» BTS

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Tenías un pésimo gusto para los chicos, y eso era algo que NamJoon sabía. No le tomo mucho tiempo darse cuenta de aquello, ya que mientras que tú solo poseías ojos para HyunBin, líder del equipo de basquetbol y miembro honorario de los chicos populares e idiotas, él solo tenías ojos para ti.

A diferencia de los demás, él no te observaba por morbo para bromear con sus amigos acerca de cuál era la talla de tu pantalón o lo grande que era la camisa que cubría todo eso que la sociedad te enseño a odiar. NamJoon no era así y sus ojos, que siempre terminaban encontrándote entre la multitud sin que él mismo se diera cuenta de que te estuvo buscando en primer lugar, te seguían con admiración. En su cabeza jamás se cuestionó cuánto pesabas como otras personas cuando te veían avanzar por los pasillos, sino que se preguntaba a sí mismo cómo podías lucir siempre tan tierna y cómo es que lograbas que tu cabellera todo el tiempo se viera como un oscuro y brillante manto de seda cayendo con cuidado sobre tu espalda.

Antes de segundo grado de preparatoria NamJoon ni siquiera sabía tu nombre a pesar de compartir un par de clases contigo, pero tras ser espectador de la dulce forma en que te acercaste a consolar a una completa desconocida en medio de la calle en tu camino de vuelta a casa, Kim comenzó a ponerte más atención de la necesaria cayendo en cuenta de que tu hermoso corazón era algo que pocos se tomaban tiempo de conocer.

Eras preciosa, y tus acciones desinteresadas te volvían mucho más hermosa ante sus oscuros y rasgados ojos.

Jamás intentó acercarse a ti, ya que se sentía satisfecho viéndote en silencio desde la distancia. Hasta ese día.

Era viernes y como siempre, los planes de NamJoon constaban en juntarse con sus amigos en casa de SeokJin para pasar lo que restaba de la tarde. El invierno estaba comenzando y todos los alumnos, contando al rubio, abandonaron el aula tras abrigarse un poco para combatir las bajas temperaturas que solo irían en descenso con el pasar de los días.

Escuchaba con una ligera sonrisa como TaeHyung, HoSeok y Jimin bromeaban sin parar mientras caminaban hacia la salida de la escuela cuando una escena en particular lo hizo detenerse, a él, a su grupo de amigos y otros estudiantes que no fueron capaces de pasar por alto la escena que se estaba desarrollando.

— Por favor, acéptalo. El invierno se acerca y solo quería darte esta bufan...

— ¡No quiero tus estupideces! — te interrumpió HyunBin con desdén, tomando la bolsa de regalo color pastel y lanzándola al piso de forma innecesaria. Solo para hacer más grande y humillante el momento para ti.

— ¿Por qué te molestas tanto? — preguntaste, percibiendo como tu nariz comenzaba a picar y tus ojos se aguaban. Te agachaste a recoger la bolsa que contenía aquella bufanda que pasaste horas tejiendo con la esperanza de que fuera del agrado de HyunBin, esforzándote por mantener las lágrimas a raya y que le nudo en tu garganta no continuara creciendo.

— ¿Has visto lo gorda que estas? Lo único que provocas en mí es asco y risa. Es culpa de ti y tu panzota el que nunca consigas novio. — No alzaste la cabeza, porque no querías que él y sus amigos presenciaran como amargas lágrimas comenzaban a resbalar por tus mejillas sin tu permiso. — ¿Qué pasa, cerdita? ¿Estás llorando? — se burló, haciendo que dolor del rechazo solo aumentara. HyunBin quiso empujar tu cabeza como parte de su desagradable espectáculo, pero en el momento en que su dedo estuvo a punto de hacer impacto con tu cabeza, la firme mano de NamJoon atrapó su muñeca y sus dedos se enterraron en la piel del muchacho que dejó escapar una exclamación de asombro al no esperar la intervención del moreno.

— Ya, basta. Te has pasado de la raya.

— ¿Qué? ¿La vas a defender? ¿No has visto lo gorda que está? Tal vez y con esto baje algu... ¡Ah, duele! — Se quejó cuando la presión en su muñeca aumento.

Sentiste cómo unas grandes manos se posaban en tus hombros y tiraban de ti con suavidad hacia atrás, alejándote de la escena. Giraste tu cabeza para encontrar al dueño de aquellas extremidades y te encontraste con la sonrisa cuadrada de TaeHyung, quien se tomó el atrevimiento de pasar su dedo pulgar por uno de tus pómulos para susurrarte un tierno "no le hagas caso a descerebrados como él, eres hermosa".

— Ser respetuoso no te haría ningún mal, HyunBin. Rechazarla es una cosa e insultarla otra. Tú no eres nadie para decidir quién necesita o no bajar de peso, y buscar dañar la autoestima de otros por mera diversión es algo completamente patético — gruñó, soltando la extremidad del opuesto con brusquedad. — No te veas tan bien a ti mismo, que una buena persona y un verdadero hombre no insulta a los demás de esta forma.

Sin decir más y tomando tu muñeca con suavidad, NamJoon se alejó del lugar con sus amigos siguiéndolo de cerca, dejando a HyunBin con las palabras en la boca.

Avanzaron en silencio, liderando tú y NamJoon la marcha, mientras escuchabas a tus espaldas como los amigos de Kim comenzaban a hablar nuevamente entre ellos. Querías parar de llorar, pero se te era imposible detener todos esos sollozos que salían de tu boca y expresaban lo herido que estaba tu corazón.

— Mírame a mí.

Frunciste el ceño sin entender y te giraste para ver al rubio a tu lado, quien te devolvió la mirada con una gran seriedad y sinceridad.

— ¿Qu-qué?

— Desde ahora, comienza a mirarme a mí en vez de HyunBin y el tiempo que invertiste en un idiota como él, gástalo en mí. Yo no te haré llorar — prometió, sonriéndote y dándose el permiso para abrazarte por los hombros, haciendo que encontraras refugió en su calidez.

Espero que te haya gustado. Agregué lo que me pediste de la mirada,  pero igual estoy insegura de si esto era lo que querías 😅

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