Mamá había insistido desde el inicio del trayecto hasta llegar a la zona de embarcación que debía mandar una de esas ''feas aves'' a penas llegase. Odiaba las lechuzas y para su suerte, le aseguré que en Rumanía tendrían teléfonos con los cuales podría llamar directamente a casa para que se enterara de mi aterrizaje.
—¿Volverás pronto? —preguntó papá, dándome mi bolsa expandible.
—Ya hablamos de eso .—Él asintió. No muy conforme con mi respuesta.
Aún cuando había prometido visitarles, también intenté hacerles entender que el futuro era demasiado incierto. Un día podría tomar la decisión acudir para navidad y al siguiente estar atendiendo una urgencia. Así era la vida de los sanadores. Impredecible e inevitable.
—¡Rose! ¡Rose! —escuché que gritaban mi nombre—. Disculpe, lo siento, excuse moi!
La platina cabellera de Elle DeLacour saltaba mientras intentaba pasar entre el gentío. Cuando se encontró completamente libre de obstáculos abrió sus brazos y se abalanzó directamente hacia mí.
—Elle, tranquila, respira...
—Je pensais que je serais en retard—se quejó—. Suerte que el profesor estaba igual de nervioso que yo y apretó el acelerador.
En ese momento mis ojos se fueron hacia el punto donde mi antiguo profesor de especialidad mágica se encontraba de pie, con una tierna sonrisa en su rostro, observándonos. Se acercó a pasos lentos mientras Elle me soltaba y saludaba a mis padres.
—Prof...—me interrumpí enseguida, corrigiéndome—...William, no esperaba verte aquí.
—La última vez que nos vimos no pude decir ni una palabra más luego de confesar tu destino.
Y con razón.
Había gritado debido a la emoción acaparando toda la atención de los muggles en la cafetería, y luego de escuchar a William decir que simplemente bastaba con enviar una carta de aviso y tomar un vuelo e ir a Rumanía, tomé los papeles, me acerqué a él, acuné su rostro y sin vergüenza alguna besé su mejilla. Luego de eso había volado a casa y no había sabido de él hasta aquel día.
—Yo...lo lamento mucho, fui descortés e impulsiva, yo...
—Tranquila, era más que entendible que reaccionaras de esa manera. Aunque de haberte quedado, solo me hubieses visto ido por un par de minutos luego de aquel beso tan inocente .—Encontré algo que decir, pero no había nada en mi cabeza. Solo vergüenza, de aquella que te logra poner las mejillas rojizas—. En fin, por cosas del destino nos topamos con Elle y pues, aquí me tienes. Solo quería decir...suerte.
Quise reír muy audiblemente por aquello.
—Pues, gracias —contesté de forma divertida.
—Quiero decir —interrumpió él, sonriendo abiertamente, igual de entretenido que yo—, no todos los días pierdes a alguien tan valioso. —Me sorprendí por ello, y por su mirada, pareció que él también—. Profesionalmente, por supuesto —aclaró —. Siempre lo dije, Rose y sigo manteniéndolo. Eres probablemente la mejor estudiante que he tenido. Fue un agrado ser parte de tu formación y estoy seguro de que serás indispensable allí. El santuario de Rumanía y todos aquellos entrenadores tendrán mucha suerte de contar contigo desde mañana.
—Gracias, William.
—Si las cosas no funcionan...—añadió finalmente, tomando suavemente mi brazo—, o si alguna vez estas en problemas, puedes contar conmigo. Espero lo tengas siempre presente.
—Lo tendré.
Asintió complacido con mi respuesta. Elle se acercó luego.
—¿Sabes que realmente se veía nervioso mientras manejaba? —preguntó en un volumen que solo las dos pudiésemos escuchar—. No dejaba apretar el volante, los nudillos se le ponían blancos.
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Rose Grey y el domador de dragones [#3]
FanfictionRose había decidido olvidar su amor imposible. La vida tenía otros planes para ella. [CHARLIE WEASLEY X OC] 1º Rose Grey y la historia perdida en el tiempo. 2º Rose Grey y los días en el mundo mágico. 3º Rose Grey y el domador de dragones. SI NO HA...