Capítulo 1

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El mar esconde maravillas.

Debajo de las poderosas olas, se localiza un mundo misterioso lleno de encantos.

El reino de Fantasía es uno de los muchos reinos submarinos; éste se encuentra cerca de Busan, Corea del Sur.

Se trata de un espléndido lugar lleno de vida; sin embargo, en los últimos meses, ha tenido un problema alarmante: la sobrepesca que reduce enormemente los espécimes de la zona.

El rey, Hyunwoo I, recibe casi a diario noticias del mensajero donde le informa cuánto están pescando los humanos. Kihyun, el rey consorte, consciente del problema que agobia a su marido, se ha propuesto hacer lo que esté en sus manos para encontrar una solución.

Aunque, hay un detalle que complica la situación.

Los humanos no deben saber de la existencia de los sirenos.

Lo ideal sería alejar a los peces de la costa y acercarlos a la ciudad donde se encuentra el palacio, pero aquello obligaría a los humanos a adentrarse al mar y las sirenas correrían el riesgo de ser descubiertas.

En las afueras de palacio, se encuentran Minhyuk y Hyungwon, un par de sirenos muy amigos que se dedican al mantenimiento de los jardines reales. Están limpiando corales junto a Pacífico, el fiel pez pargo rojo mascota de Hyungwon, quien está visco y ha acompañado al sireno desde que ambos eran niños.

— Oye, ¿qué dices si nos tomamos unos días de vacaciones y vamos a Japón? — sugiere Minhyuk, casi a punto de terminar la labor. Hyungwon se detiene para pensar.

— No lo sé, la última vez que salimos Pacífico se enfermó porque lo dejé con un cuidador. Él me necesita.

— Podemos llevarlo esta vez. Es un pez resistente, seguro aguanta nadando; y si no, podemos llevarlo en brazos.

— Mejor terminemos esto y luego lo decidimos.

¿Ir a Japón? En el fondo, Hyungwon sí quiere. La ventaja de ser un sireno es que el agua le permite viajar hacia donde ella estuviese presente. Solo tenía que cuidarse de no ser visto por los humanos. La última vez que salieron, hacía tres años, fue a Hawái y se la pasaron bien; las sirenas de aquellas tierras fueron muy hospitalarias.

— Así es, majestad. Los corales están quedando preciosos — escuchan de pronto al custodio del jardín real. — Minhyuk y Hyungwon hacen un gran trabajo — añade.

Los nombrados detienen su actividad para saludar al rey, llevándose la sorpresa de encontrarse con Kihyun en lugar de Hyunwoo.

— Es bueno tenerlo aquí, majestad — saluda Minhyuk haciendo una reverencia. Hyungwon imita el gesto.

— Hacen un buen trabajo — reconoce el rey consorte, obligándose a formar una sonrisa.

— ¿Se encuentra bien? — pregunta Minhyuk, quien es el más abierto y alegre.

— No es algo que deba preocuparlos — asegura Kihyun con aparente serenidad.

— Espero que no sea algo grave — comenta Hyungwon para evitar que se forme un silencio.

El rey consorte repara en Hyungwon. A pesar de haberlo visto un par de veces entre los corales, no se había fijado en la gallarda belleza del sireno. Incluso sacude su cabeza un par de veces.

— Pueden volver a su labor — indica Kihyun después de un momento. Minhyuk y Hyungwon hacen una reverencia y obedecen.

— ¿Puedo ayudarlo en algo, Majestad? — pregunta el encargado de los corales, mientras acompaña al rey consorte de regreso a la entrada de palacio.

Sirenito (2won)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora