Capítulo 6

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— ¿Te gusta mucho el mar? — pregunta Hoseok mientras caminan hacia la casa. Ninguno suelta el agarre en las manos.

— Como no tienes idea — responde Hyungwon con un brillo particular en sus ojos.

— Podemos ir a nadar mañana — propone Hoseok.

— No, claro que no.

— Pero si acabas de decir...

— Es que... no sé nadar — se apresura Hyungwon, golpeándose internamente por mentiroso. — Además de que el agua salada me hace daño, no puedo ni tocarla — añade para evitar que lo lleven a entrar al mar.

— Oh, entiendo, debe ser difícil si amas el mar — comenta Hoseok, a lo que Hyungwon sólo levanta los hombros.

Llegan a la casa, encontrándose con la puerta abierta.

— Por cierto, deberías ser más discreto cuando quieras salir a caminar en la playa, me despertaste cuando intentaste abrir la puerta.

— Lo lamento, yo...

— No te preocupes, nadie más se despertó. De hecho...

— ¿Qué sucede?

— ¿Realmente quieres dormir ahora? Podemos ir a la plaza nocturna.

Si lo acompaño, ganaré su confianza y querrá ayudarme, piensa Hyungwon.

— Vamos a donde tú dices.

— Estupendo, iré por mis llaves y por dinero.

Hoseok va hacia su habitación y regresa a los cinco minutos, incluso se ha cambiado de ropa.

— Sígueme — indica haciendo una seña con la cabeza, minimizando el hecho de que Hyungwon sigue en las mismas prendas.

Hyungwon obedece sin reproche. Vuelven a salir de la casa y caminan hacia una valla, junto a ésta hay un objeto extraño para Hyungwon, pero Hoseok se sube como si fuese lo más normal del mundo.

— ¿Qué es eso?

— Esto, Hyungwon, es una motocicleta; pero no una cualquiera, estamos hablando de una de las mejores — explica, para después encender el vehículo. — Póntelo porque si no me multan — espeta pasando un objeto desconocido para Hyungwon.

A pesar de su ignorancia, el sireno oculto es listo, por lo que, al observar cómo Hoseok se coloca un objeto igual en la cabeza y se lo abrocha, decide hacer lo mismo. Sube a la motocicleta con relativa confianza.

— Puedes abrazarme por la cintura si quieres. No me incomoda.

— ¿Así? — cuestiona Hyungwon rodeándolo.

— Sí — responde Hoseok con una sonrisa, agradeciendo internamente que el contrario no pudiese verlo.

La motocicleta arranca y se va alejando de la casa y por ende, del mar. Hyungwon siente cómo el viento golpea bruscamente su rostro, así como la adrenalina corriendo por sus venas mientras avanza a alta velocidad entre los coches y las calles de la gran ciudad, iluminada por sus faroles.

El ambiente es diferente al que está acostumbrado Hyungwon. Puede ver cómo hay gente que pasea a pesar de la avanzada hora, la ciudad brilla de noche y él está contento de presenciarla.

Poco a poco la velocidad desciende hasta volverse nula. Hyungwon nota que han llegado a un sitio donde hay más motocicletas, pero sin sus humanos.

— Puedes bajar — escucha a Hoseok, así que se retira del vehículo y después se quita el casco, que le ha empezado a pesar.

Sirenito (2won)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora