Capítulo 11

83 14 9
                                    

Minhyuk ha nadado tan rápido como pudo hasta el palacio, donde es recibido por Serim, quien tiene a Pacífico en sus manos.

— ¡Serim! ¡Pacífico!

— El pez llegó exhausto y escandalizado, ¿qué sucedió?

— Es Hyungwon, volvió a ser sireno, pero unas morenas que a saber de dónde salieron se lo llevaron y no sé a dónde, Pacífico intentó seguirlas.

— El maldito alquimista.

— ¿Qué dices?

— Estoy seguro de que el maldito alquimista está detrás de esto — escupe molesto. — Lo detesto, sólo hace averías y ni siquiera se disculpa; pero no lo pueden sacar de su puesto porque el difunto rey pidió que no lo hicieran.

— ¿Y qué hacemos? ¿Ir a su cueva?

— Ir solos sería muy peligroso. Mira, en este momento los reyes están ocupados con sus invitados, pero yo estaré al pendiente. En cuanto estén libres, pediré ayuda para ir por tu amigo.

— Mientras tanto ¿qué?

— Ve a tu casa y cuida de él — indica entregándole a Pacífico.

No tiene más opción que acatar. Toma al pez de la aleta y se va nadando a su hogar: una roca esculpida a unos cuantos minutos de palacio.

➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹ ➷➹➷➹

Yongsun abre los ojos y se soba la cabeza debido al golpe que recibió. Se da cuenta de dónde está: la casa donde vivía con Hyungwon.

El lugar está abandonado y desgastado.

Procura no distraerse con los recuerdos que le llegan de repente y se dirige a buscar al sireno que sabe que podrá ayudarla a rescatar a Hyungwon: Minhyuk.

➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹ ➷➹➷➹

Hoseok se hace bolita y comienza a llorar, sintiéndose débil.

— Volveremos a casa — anuncia su padre.

— Pero Hyungwon... — comenta Jooheon.

— Dije que iremos a casa. Hyungwon se ahogó, ¿entienden? — impone ligeramente brusco.

El regreso al muelle es incómodo, trágico.

Tan sólo pisar tierra firme, Hoseok se adelanta hasta la casa, se encierra en su habitación y comienza a llorar.

Pasa un buen tiempo hasta que logra calmarse. Se seca las lágrimas con la manga de su playera y después se asoma por la ventana para observar el mar.

El verdadero hogar de Hyungwon.

De repente, escucha que alguien toca su puerta.

— No entren, quiero estar solo — dice mirando a la puerta.

— Perdón, ¿dijiste "pase"? — habla su madre, entrando descaradamente, pero con una gran sonrisa.

— Siempre haces lo que quieres — comenta regresando su vista a las aguas.

— Oye, eso no fue muy amable de tu parte — reprocha Sanmi, cerrando la puerta tras sí y acercándose al joven.

— Mamá, por favor, déjame solo.

— Ya estuviste solo mucho tiempo, necesito hablar contigo — declara mientras lo abraza por la espalda.

— ¿Para qué? — cuestiona Hoseok, separándose de su madre para luego mirarla directo a los ojos.

Sirenito (2won)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora