Introduzco la llave en la cerradura mientras me reprendo mentalmente por haber elegido usar una corbata tan llamativa para mi primera entrevista, soy un pendejo. Giro la manija, deslizo la puerta para encontrarme con cuatro escolares sentados sobre la alfombra peluche de mi madre, con materiales escolares esparcidos por todos lados. Ares es el primero en mirarme, obvio su vista y me concentro en Candace quien se sienta sobre sus muslos, reclinándose hacia un lado y tiene que retirarse el cabello por completo para poder sostenerme la mirada.
— Tenemos que hablar, prima —digo, mientras me deslizo con dirección a la cocina, ella me sigue.
Me cruzo de brazos tras la isla, Candace mantiene la distancia e inclina sus pelirrojas cejas. Estoy intentando de todos los modos posibles que Ares no me afecte, pero esto no va a funcionar si sigue metiéndose en mi vida de estas formas... no puede estar en mi sala, sabe que está mal hacerlo sin avisarme, no debe, es absurdo.
— ¿Pasa algo, primo?
— Claro, no sabía que teníamos visitas —me subo de hombros, arrugo cada parte de mi rostro —, ¿qué hace toda esa gente aquí?
— Relájate, son compañeros de clases y hemos quedado en un grupo de trabajo—se reacomoda el pelo —. Como Ares vive aquí y al parecer tenían planeado reunirse, les dije que sería genial si empezábamos el trabajo ya mismo.
Entrecierro los ojos intentando entender cómo es que mi prima ha quedado en un grupo de clases con ese trío, sé que es pocos años mayor que ellos. Quizás dos o uno, pero vamos, que podía irse directamente al piso de Ares, él debió sugerirlo por dignidad y orgullo. Le he bloqueado, me molestó bastante lo que Candace dijo que se besaba con chicos en el instituto sin ninguna discreción, luego me dice que le gusto y que le dé una oportunidad. No, eso no va a pasar, Ares puede jugar con todo, menos conmigo.
De inmediato Paola llega a mi cabeza, vale, que soy un poco estúpido al darle esperanzas y que quizás sea más capullo porque tengo a su noviecito en mi sala jugando con hojas de papel. La cosa es que no ha pasado nada con Pao, nos vimos hace una semana, estuvimos un rato recostados en mi cama sin siquiera tocarnos, me hablaba todo el tiempo de cosas del pasado y mi corazón latía demasiado rápido por imaginarme volviendo a todo eso... intenté besarla y terminamos chocando nuestras caras, nos reímos y ambos entendimos que era una señal de que las cosas no debían ir tan rápido. Desde entonces pasamos demasiado tiempo juntos, me ha ayudado a buscar empleo, perfeccionar los detalles para mi entrada a la universidad y... no lo sé, es Paola, nunca la quieres lejos del todo, pero tampoco deseas volver.
— Vale, pero que la reunión se termine pronto —digo finalmente, saliendo de mi cabeza —. Trata de que las futuras reuniones no sean en mi casa.
El rostro pálido de mi prima presenta sorpresas por todos lados: boca entreabierta, cejas arqueadas, ojos agrandados... quizás me comporto como un capullo haciéndola sentir que no tiene derecho a traer a sus amigos a casa, pero es la única forma en la que lo puedo decir sin que ella sepa que es directamente por Ares. Sabe que me importa poco a quien traiga o no, su nueva amiga Amabel ha venido al departamento en contadas ocasiones y nunca he puesto pegas, es él, quién me descontrola y vuelve a meterse en mi cabeza. Ares me confunde, hace que mis sentidos se difuminen y que mi cerebro procese cosas que de ninguna otra forma hubieran podido pasar. No soy gay, sigo firme en mi postura, aunque he de admitir que me atrae ese chico... pero vamos, la orientación sexual es tan fluida que encasillarme como un chico que solo le gustan los chicos es algo absurdo. No sé qué soy en estos momentos, pero estoy bastante seguro de que mi corazón se agita cuando ve a Ares y de que mis pantalones se humedecen cuando pienso en chicas.
— Oye, sé que todo esto tiene que ver con ese chico Ares —se cruza de brazos, mis piernas me fallan y me recuesto de la isla —, pero eso no es motivo para que te comportes como un capullo de mierda... vale, que estas rayado por todo lo de tu accidente, pero eso fue hace un año, sigues aquí y sigues siendo igual de guapo que siempre, aunque duela decir que también te mantienes como un estúpido... deja de vivir en el pasado, vale, si quieres ir a comerle los morros a ese guapito de allí, hazlo, pero si no, no nos jodas la vida a todos con tus indecisiones. No me importan tus enredos, quiero que ellos estén aquí y no me importa nada de lo que haya pasado entre ustedes dos en Mundo Virtual.
— ¿Él habló contigo?
— No vayas por ahí, no me ha dicho nada —su tono se vuelve pausado y capto el mensaje, me advierte para que no arme ningún follón —, hablo con su mejor amiga o algo así, sé más de lo que piensan todos, Eron... pero eso no me da el derecho de meterme en la vida de nadie.
Asiento sin saber que más decir, Candace se recompone y sale de la cocina con su característico andar. Me golpeo en la frente con la palma de la mano, no me creo que Candace sepa de Ares y yo... o sea, ¿Qué tanto sabe? Quisiera cuestionarla, pero es mejor dejar las cosas estar. Me escabullo por el pasillo tratando de que no me vea nadie, pero como es de esperarlo, Ares me mira y articula un lo siento. Me subo de hombros, no sé porque no lo ignoro.
Ciertamente no me siento listo para estar en una relación y quizás me esté acostumbrando a hacerme la víctima con todo lo del accidente. Pero no puedo recomponerme como que nada ha pasado, veo a Paola y a veces pienso que debería ser como ella: conocer a otras personas, seguir con todos los planes que tenía antes o volver a pretender que no ha pasado nado.
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Mundo Virtual
Teen FictionDos chicos que viven en el mismo edificio, nunca se han visto y una compañía estadounidense famosa por crear videojuegos lanza un nuevo juego de realidad virtual que se conecta directamente a tu cuerpo, este de manera inmediata te crea un personaj...