Capítulo 1: Inicios

2.1K 174 19
                                    

Era una noche estrellada, donde la Luna Nueva estaba a la vista— pero nadie se detenía a admirarla.

La atención de todos estaba puesta en un grupo de personas que se encontraban alrededor de un ataúd, sus posturas emitían una inaguantable tristeza. Sin embargo, algunos de ellos aparentában no tener las mejores intensiones, ya que las expresiones en sus caras se veían actuadas y falsas.

Los llantos desconsolados de algunos se escuchaban en el aire, principalmente aquellos que provenían de una esbelta y hermosa mujer de largo y sedoso cabello negro—quien era sostenida por un Alfa mientras sollozaba.

El hombre tenía una expresión estoica en su rostro, la cuál parecía que se deslizaría en cualquier momento—como si estuviera reprimiendo algún sentimiento.

Algunos trataban de no mostrar el dolor en sus rostros, pero era evidente que la situación les afectaba. Una señora de mediana edad miraba el cajón con ojos húmedos y resentidos, mientras sostenía de la mano a un bonito niño—quien estaba de pie a su lado.

El niño solo observaba el hueco en el suelo—bastante confundido. No comprendía lo que estaba sucediendo, no sabía por qué su madre se encontraba allí—inmóvil. Pensó que quizás su cama era muy bonita y cómoda, debido a que estaba rodeada de hermosas rosas y cláveles—y que esa era la razón por la que no quería despertarse. 

"¿Por qué mami no se levanta?" Preguntó el niño con dificultad, mientras halaba del pantalón a su padre. "Ella prometió que iría a mi práctica."

Los llantos se intensificaron a su alrededor—los cuales provenían de la misma hermosa chica. Su padre la sostuvo con fuerza, pero nunca removió la dura expresión de su rostro. Sin embargo, se podían escuchar sus dientes rechinar al tratar de contenerse.

Miró a su hijo a los ojos y se inclinó hacía él.

"Noah, escúchame." Enunció en coreano con un tono autoritario, y acarició su mejilla. "Mamá no podrá ir a la práctica contigo."

"¿Por qué?" Preguntó el pequeño, con labios temblorosos y ojos repletos de lágrimas. "¡Ella lo prometió!"

Su padre suspiró con tristeza y cargó a su hijo con cuidado. La mujer a su lado miró al niño con pena, y acarició su cabello, sus llantos se habían calmado—pero las lágrimas continuaron.

"No podrá despertar más," Miró a la hermosa mujer, quien parecía solo estar dormida. "Eli... ya no estará con nosotros."

"¿Pero por qué?" Preguntó Noah frustrado, llorando desconsolado. "Dile que despierte. ¿Es porque me porté mal?"

"No, cariño. No hiciste nada malo—es solo que no puede hacerlo." Intervino la bella mujer, su expresión en ruinas. "No puede—" Y así sus fuertes sollozos iniciaron de nuevo.

Su padre lo abrazó con fuerza al momento de Noah empezar a llorar con intensidad.

"Esto no se quedará así. Nos la pagarán muy caro." Amenazó la señora de mediana edad, sus palabras repletas de ira. "Nadie se mete con nuestra familia sin enfrentar las consecuencias."

Noah miró a su abuela con ojos llorosos, no sabía lo que sucedía, pero estaba empezando a entender que su madre no regresaría.

"Quiero ir a casa." Lloriqueó, mientras miraba a su madre rodeada de hermosas flores—acurrucado contra el pecho de su padre.

Solo era un inocente niño que desconocía los grandes cambios que tendría su vida, después de aquel fatídico día.

Jaula de RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora