Capítulo 11: Memorias

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Noah suspiró—cansado, y solo pensó en que quería alejarse de la situación en la que se encontraba.

"Tú—maldito." Vociferó una mujer con repudio.

"Señora Choi, debe calmarse." Intervino un hombre, sonando alarmado.

Noah no se inmutó, e ignoró los comentarios hirientes lanzados en su dirección con serenidad. Esto pareció enfurecer aún más a su ofensor, quien continuó gritando con más ímpetu.

"¿Por qué me hiciste esto?" Reclamó entre lágrimas. Todas las personas a su alrededor estaban enfocados en el alboroto. "Lo sedujiste. ¿No es así?"

La chica se tambaleó y uno de los agentes detuvo su caída. Luego la sentaron en una de las sillas y le pasaron un vaso con agua el cual tomó de inmediato. Estaban siendo muy cuidadosos con su bienestar y Noah miró en su dirección con peculiaridad, sus ojos se agudizaron al ver su estómago—estaba embarazada.

Tonta.

Desvió su mirada, mostrándose desinteresado nuevamente. La puerta de la oficina que tenían al frente se abrió, y de allí salió la razón de todo el problema—su profesor de música. El joven Alfa caminó con pasos seguros como si nada hubiese sucedido, mientras sus ojos buscaban algo o a alguien a su alrededor.

Su mirada se posó en Noah, y estaba repleta de una obsesión enfermiza.

"Noah," Suspiró aliviado, y marchó hacia él con propósito. Su Omega sollozó al presenciar su comportamiento. "¿Estás bien? Dime, yo... ¿Estás lastimado?" Continuó con una acaramelada voz y extendió su mano.

Noah lo miró con ojos vacíos, no mostró interés ante su preocupación. El alfa se veía confundido al ver su reacción, y continuó acercándose, pero fue detenido por el mismo policía de hace un rato.

"Señor, su pareja está estresada." Le reclamó. "¿Por qué no la atiende?"

El Beta miró al Alfa con empatía y luego fríamente a Noah. La realidad de la situación era aparente, un Omega adolescente y un Alfa adulto envueltos en una pesada atmósfera, dejaba mucho que pensar.

"Pensé que habíamos sido claros, señor Choi." Noah dirigió la mirada hacia donde procedía la irritada voz de su abuela, quien se acercó con un hombre a su lado. "No te acerques a mi nieto. Todo esto fue un accidente desafortunado, olvidemos que alguna vez pasó."

"Solo estaba asegurándome de que estuviera bien."

"No tiene que hacer eso." Refutó.

"... Recuerde que ya no puede acercarse a él. Evitemos complicaciones," Dijo el uniformado hombre en un tono mordaz, quien parecía tener un alto rango en aquel departamento y se volvió a su oficina. "No dudes en llamarme si sucede algo, Eun-Yeong."

Su abuela asintió.

El profesor se quedó en silencio y miró a Noah con los mismos extraños ojos. El rostro de Eun-Yeong se endureció y se acercó a su nieto con pasos firmes.

El Alfa hizo un leve movimiento para ir en su dirección; sin embargo, fue detenido por su pareja.

"¿Qué estás haciendo? ¡Yo soy tu Omega... yo!" Protestó entre sollozos. "Detente. Vayámonos a casa... por favor." Enfatizó la última palabra con toda su fuerza, sosteniendo su abdomen.

El hombre giró sus ojos como si estuviera hastiado de escucharla, se veía a leguas que el amor no era recíproco.

Su abuela ignoró el escándalo, y tocó el rostro de Noah el cual tenía una pequeña cortada en su frente, y luego se fijó en su cuello donde había un moretón. Eun-Yeong chasqueó su lengua, y arregló el cuello de su camisa para que nadie más pudiera verlo. Su uniforme escolar estaba desaliñado y trató de arreglarlo lo mejor que pudo.

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