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Pov's Kiara

Estamos llegando a un restaurante bastante hermoso, Lexis apaga el motor del auto indicándonos que bajemos, abro la puerta y salgo

—¿Les gusta?— pregunta Lexis con una sonrisa

—Hijo, es muy hermoso— mi madre deja un beso en su mejilla

—Entremos— Lexis camina delante de nosotros indicándonos la entrada, mamá va detrás y de últimos Izan y yo. Lexis le dice su nombre a una hermosa chica, supongo que es la recepcionista; esta le dice algo que no logro escuchar y le sonríe

—Bueno, vamos a la terraza— en ningún momento deja su sonrisa, se le ve tan feliz y sereno. Llegamos a la terraza del restaurante e instantáneamente el frío viento de la noche impacta sobre mi cabello y rostro, hay un pequeño jardín de tulipanes y rosas en medio, las sillas y mesas son de madera oscura, a la derecha hay una barra, parece un pequeño bar y todo está alumbrado por la luz de pequeños y hermosos focos que cuelgan al estilo banderín

Lexis entrega un pequeño ticket a un hombre y este le dice el número de nuestra mesa

—Esto es muy hermoso hermanito— digo mientras tomo asiento. Un chico de aproximadamente veinticinco años se acerca a nosotros, tomo el menú y hay muchas opciones para pedir, esto debe ser carisimo

—Pidan lo que quieran— Lexis es el primero en pedir, luego Izan, mamá y por último yo

—Lex lo que nos quieras decir es muy importante para haber planeado esta cena familiar— dice Izan, realmente no acostumbramos a comer en lugares costosos, nuestra pequeña familia tiene dinero pero no tanto como para decir que somos ricos y poder darnos lujos todos los días

—Tienes toda la razón Izan, hoy los traje aquí porque la noticia que les tengo lo vale—

—Hijo, no me digas que voy a ser abuela—

—¡No mamá! Por Dios— Izan y yo reímos a carcajadas

—¿Entonces? Nos mata la curiosidad— dice mamá riendo

—Bueno, hoy en el trabajo el señor Black fue a mi oficina y me dije que fue inaugurada una nueva sede de la empresa y me dijo que me daría el puesto como jefe general y su mano derecha—

—¡Lex! Que gran noticia— Izan se levanta y abraza a Lexis

—Oh cariño, estoy tan orgullosa de tí— mamá deja un beso en su mejilla

—Hermano, estoy tan felíz por tí, por fin podrás cumplir uno de tus sueños más grandes— me levanto y lo abrazo, no sé en qué momento las lágrimas recorren por mis mejillas. Estoy tan felíz

—Muchas gracias a los tres, por nunca abandonarme en mis metas, los amo tanto— los cuatro nos reunimos en un abrazo —Así que, es momento de celebrar— el mesero llega cinco minutos después y la cena transcurre entre risas y más risas. No cambiaría esto por nada del mundo

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Mi alarma del teléfono suena avisando que tengo que despertar, me levanto y voy al baño para hacer mis necesidades. Salgo y busco mi ropa interior, saco del closet una falda azul oscuro con pequeños plizes que le dan movimiento, una franela manga corta de color negro y mis adidas; ato mi cabello en una coleta alta, un poco de brillo en mis labios y listo. Tomo mi bolso, celular y bajo a la cocina

No veo a Izan por ninguna parte, supongo que está vistiéndose, tomo un bol con leche y cereal y desayuno. Pasan quince minutos y mi hermano aún no aparece; subo las escaleras, entro en su habitación y no está en su cama, en dos segundos Izan sale corriendo del baño

Lucharé por TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora