Lucharé por Tí

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Pov's Kiara

—Reto— digo, Mia piensa unos segundos y habla

—Te reto a que vayas la habitación de Jae Jae y lo provoques— su mirada detona muy bien la picardía

—¿Estás loca? No haré eso—

—Ya sabes las reglas, si no lo haces te tocará un reto— ¿Qué puede ser peor que esto?

—Bien, lo haré— ellas sueltan chillidos de emoción —Con dos condiciones— Emili rueda los ojos

—¿Cuáles?— sonrío

—Uno, nada de esto se comentará con alguien más— ambas asienten —Dos, se quedarán aquí, no irán a espiar—

—¿Y cómo sabremos si lo hiciste de verdad?— pregunta Emili

—En mi rostro se darán cuenta si lo hice o no—

—Bien— Mia abre la puerta de la habitación con cuidado y salgo caminando en puntillas, alzo mi pulgar indicándoles que estoy frente a la puerta Emili asiente y le dice algo a Mia en susurros, ambas entran a la habitación de nuevo y cierran la puerta sin hacer ruido alguno

Los nervios me están carcomiendo, mi manos sudan y mi cuero cabelludo pica; sin previo aviso abro la puerta y ahí estaba, recostado en su cama mirando su celular. Todo bien hasta que caigo en cuenta ¡Está en boxers! Mierda, mierda y más mierda

—Kiara— se tapa con la sábana lo más rápido que puede —¿Qué haces aquí? Se suponía que no podías entrar a mi habitación—

—En realidad no puedo entrar, pero tengo que cumplir un reto— me acerco hasta la cama y me siento en el borde

—¿Un reto?—

—Estoy jugando verdad o reto con las chicas y bueno, me mandaron a ponerte tu sabes— levanta una ceja y ríe —Ya sabes, despertar a tu amiguito— lo señalo haciendo círculos en el aire con el dedo índice

—Entonces, debes provocarme ¿No?— asiento —Soy todo tuyo preciosa— coloca sus manos por detrás de su cabeza

—¿Disculpa? ¿Me estás dando camino libre?— lentamente subo a su regazo —Eso será muy divertido pero recuerda, solo debo hacer que se despierte, no que se libere—

—Ya veremos si puedes controlarte o controlarme— coloca sus manos firmes en mi cintura, se sienta y nos une en un beso

—¿No se suponía que yo debía excitarte?— digo entre besos; él sube la intensidad haciendo que nuestra lenguas bailen un melodía imaginaria

—Creeme, ya lo estoy preciosa— toma mi mano y la posiciona encima de la delicada y suave tela del bóxer —¿Lo sientes? Tú provocas eso princesa— muerdo mi labio por inercia —¿Acabas de morder tu labio?— su mirada grita picardía y pasión

—Sí, lo acabo de hacer— mi voz sale ronca

—Segunda base— en un abrir y cerrar de ojos ya estaba debajo de él; lentamente en forma de tortura deja besos húmedos en mi cuello, suelto un gemido y al segundo tapó mi boca con la palma de mi mano, él instantáneamente toma mi mano y la aleja —Quiero escucharte, ese magnífico sonido que sale de tu garganta me vuelve loco— siento como mi cuerpo reacciona sin mi consentimiento, levanto levemente las caderas y siento su gran erección contra mí —Oh no preciosa, haces eso de nuevo y te juro que te cogeré ahora mismo sin importarme nada, ni siquiera mis hermanas— vuelve a darme vuelta y ahora yo estoy encima de él —Vamos, soy todo tuyo— me acerco y beso con lentitud sus labios, es un beso lleno de cariño, afecto y sentimientos