3. Protegido

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Gulf se paró en medio de la habitación, que parecía ser que el comedor y la cocina estaban combinadas, mirando a su alrededor, su departamento era pequeño pero no se quejaba, era mejor que dormir afuera, tratando de esconderse del sol y rezando para que nadie lo encontrara. 
Mew le había ayudado más de lo que esperaba, todo lo que quería era alimentarse y al final, tener un lugar en donde pudiera quedarse o Mew era un hombre muy bueno o una persona retorcida por tener en casa a un vampiro. Esperaba que fuera lo primero.

Gulf echó una mirada rápida al hombre que lo estaba ayudando, tenía que admitir que era guapo como el infierno, tenía el pelo negro, unos lindos ojos café y una arrogante autoconfianza que Gulf deseaba tener. El hombre tenía músculos esculpidos que le hicieron querer morderlos... y otros sitios también.

Maldita sea, no importaba si el hombre era un loco o no, se había ganado el premio gordo, ahora si sólo pudiera tenerlo para follar con él, estaría en el cielo.
El pensamiento de dejar que un desconocido lo follara le hizo encogerse, pero había descubierto que no sólo anhelaba la sangre, sino también el sexo, no estaba seguro de por qué funcionaba de esta manera, pero era así.

Ahora que se había ocupado de su hambre, Gulf estaba caliente como el infierno.

-Ponte cómodo, solo iré a hacerme un sándwich, te puedo ofrecer uno, pero no se si puedas comer, puedes?- Mew fue hasta la pequeña nevera y abrió la puerta, inclinándose hacia dentro

Maldita sea, el hombre tenía buen culo, tenía unas curvas en los lugares adecuados, con sus pantalones vaqueros apretados abrazando todos esos músculos deliciosos, esos eran otros lugares en el que le gustaría hundir sus colmillos. Se estaba poniendo duro sólo de pensarlo.
Se aclaró la garganta mientras suspiraba, volviendo a la realidad, donde no tenía una oportunidad con Mew.

-No, traté de comer como antes pero lo vomité todo de nuevo- Gulf se sentó en el sofá

No quitaba los ojos de los músculos de Mew, verlos flexionándose en sus brazos y el pecho mientras hacía lo que parecía un sándwich de jamón. Gulf perdió el poder comer su comida favorita, que era costillas con ensalada, pero ahora era O negativo.

-Bonita imagen- dijo Gulf mirando al más alto

Mew rio mientras llevaba las cosas a la nevera, luego agarró el sándwich ya preparado y le dio una mordida, a Gulf se le hizo agua la boca de sólo de pensar en ese sándwich, aún no se había acostumbrado a la dieta de comer solo sangre, se preguntaba si se acostumbraría a beber de una vena, se pasó la lengua inferior por el labio, mirando a Mew. Pues no se molestaría si fuese la vena de ese hombre, Gulf podría acostumbrarse con el hecho de tener que beber sangre.
Mew le miró y entonces paró de masticar, con una media sonrisa en su cara cuando trago la comida.

-Disculpa, te incomoda?- señaló su sándwich

-Sí pero es algo a lo que me tengo que acostumbrar, no te detengas ademas tienes que sustituir lo que te chupé, tendrías que tomar algunas vitaminas o algo parecido- dijo de manera tranquilo

No quería que Mew sufriera por ayudarle, ademas Gulf sabía que necesitaba alimentarse diariamente, pero no tanto como lo había hecho con Mew en el carro, eso había sido por no haberse alimentado la noche anterior.

-Pensando en tomar más?- Mew le preguntó y después dio otro bocado a su comida, mirándolo de cerca

Gulf podía decir que Mew no albergaba ningún rencor hacia él, aquel hombre tenía una leve sonrisa en sus labios, como si no estuviera intentando detenerlo; Gulf había sentido el orgasmo más alucinante hace unas pocas horas atrás y sabía que Mew había experimentado lo mismo, era la primera vez que le había pasado desde que se había convertido en vampiro, normalmente sólo tomaba lo que necesitaba y lo hacía rápido, chuparle la sangre a un extraño para tener sus nutrientes no era un fetiche de Gulf, pero succionarle la vena a Mew lo tenía deseando por más.

Un vampiro no tan vampiro - MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora