Capitulo 34

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Capítulo treinta y cuatro.

Ron asintió sin soltar a su hermana, a pesar de que no le caía muy bien el castaño, sabía que a su hermana le hacía bien. 
- __________ – todos escucharon la quebrada voz de Ashley mientras se acercaba con Zayn detrás. 
La morena soltó a su hermano y corrió al encuentro de su amiga. Volvió a llorar en brazos de la rubia. Ashley dejó que las lágrimas también salieran de ella.
- Ella esta en un lugar mejor, cariño – le dijo sin soltarla.
- Lo se – susurró ________. 
Zayn se acercó y las abrazó a ambas. Ashley levantó la vista y miró a Justin. Le sonrió dulcemente. Sabía que iba a venir a estar con _______, sabía perfectamente que debajo de ese nuevo e idiota Justin, estaba el Justin dulce y cariñoso de hacia unos meses.
- ________, ¿Por qué no vas a casa? – le preguntó Ronald – Yo me encargaré de los trámites que hay que hacer…
- No, no – dijo ella alejándose de su amiga y secando su rostro – No quiero irme a casa. 
Justin se acercó a ella y tomó su mano.
- Va a ser lo mejor, luego iremos todos juntos al entierro – le dijo él. 
Ella lo miró fijo a los ojos, y no supo que decir. Estaba confundida, pero sobre todo asombrada por lo que había pasado.
- Él tiene razón – habló Zayn. Justin lo miró – Ashley y yo ayudaremos a Ronald, tú puedes ir a casa con Justin. 
Después de volver a llorar y renegar un poco la morena acepto irse a casa, para intentar dormir o tranquilizarse un poco. Todo era muy reciente
Y había pasado de la noche a la mañana.
Su madre estaba bien el día anterior, por eso ella había aceptado ir a la fiesta de Hallowen. 
¡Vaya fiesta, el peor día de su vida!
Justin la cubrió con su campera, pues ella estaba desabrigada. Cuando salieron sintieron unas cuantas gotas sobre sus rostros. 
___________a miró su auto y volvió la vista a Justin.
- ¿Podemos ir caminando? – le preguntó.
- Está lloviendo, vas a enfermarte…
- Por favor, necesito caminar – le pidió ella.
Él miró fijo sus ojos color chocolate, y esas ganas de besarla otra vez lo invadieron. Asintió y comenzaron a caminar. 
Caminaban abrazados. Justin la sostenía con fuerza cerca de él, y le hizo ponerse la capucha de la campera cuando la lluvia se hizo más intensa. 
________ se apoyó un poco contra él, mientras sentía que otra vez ese vacío en su corazón iba a consumirla. 
Caminaron despacio y sin hablar. ________ lloraba en silencio, la perdida de su madre, pero sus lágrimas no se notaban, pues la lluvia las camuflaba.
Justin estaba empapado. Pero no sentía molestia alguna. Nada parecía estar a su alrededor más que ________. 
- ¿Quieres venir a casa? – le preguntó él. Ella levantó su rostro para mirarlo – Tal vez no te haga bien que nos quedemos aquí. 
Ella miró la puerta de su casa y levantó la vista al cielo. Llovía a cantaros, el cielo de noche estaba más oscuro y denso por las nubes. 
No había estrellas, ni luna. Solo oscuridad, oscuridad en la que su madre se encontraba ahora. 
Sintió como un nuevo nudo se formaba en su garganta. Una presión en medio de su pecho le impedía pronunciar palabra alguna. 
La sensación de impotencia, llenaba sus ojos de lágrimas. 
Justin se acercó a ella y tomó su rostro con ambas manos para que ella lo mirara. 
- Abrázame por favor – musitó ella mientras rompía en llanto una vez más.
Él la estrechó contra su pecho. Manteniéndola entre sus fuertes brazos. La lluvia caía pesada sobre ellos. Un rayo pareció partir el cielo. 
- Vamos ________, vamos a casa – le dijo sin soltarla – No quiero que te enfermes.
Ella asintió y cruzaron la callé, para entrar a la casa del castaño. Todas las luces estaban apagadas. Justin encendió una para mirar a su alrededor. Parecía que no había nadie. Se acercó a la mesa y encontró una nota.
Hijo: Sabemos lo que pasó con la mamá de _______, estamos junto a Ronald, pues tu padre se ofreció a ayudarlo en todo. Tu hermano está en lo de un amigo. Cuida a _________… mamá.
Guardó la nota y se giró a ver a _________. Vio como ella temblaba levemente. Se acercó y tomó su mano para comenzar a caminar hacia la cocina. Prendió el horno para que se calentara aquella parte de la casa. La sentó en una silla y fue en busca de una toalla para envolverla en la misma. 
- No puedes estar con toda esa ropa mojada – le dijo él. 
Ella levantó su roja mirada del piso. Justin sintió como su corazón se partía. Quería que ella estuviera bien, pero sabía que eso era muy difícil de pedir – ¿Por qué no te das una ducha? Te doy un poco de ropa mía, aunque va a quedarte enorme – logró sacarle una leve sonrisa. Eso lo hizo sentirse mucho mejor. De verdad la había extraño – ¿Quieres?
- Aja – dijo ella por lo bajo. 
- Ven – le dijo y tendió su mano para que ella lo tomara.
________ tomó su mano y subieron las escaleras hacia la habitación de Justin. El castaño sacó de su placard el pantalón de dormir más pequeño que encontró y una remera de Nike que él utilizaba cuando tenía 14 años. Esa ropa ni siquiera le entraba a él, pero a pesar de eso estaba seguro de que a ella le iba a seguir quedando enorme. Le dio una toalla seca y la dejó sola en su baño. 
Él tomó un poco de ropa seca y fue a ducharse al baño de sus padres. Salió y entró a su habitación. Se acercó a la puerta del baño, y estaba por tocar, pero escuchó un pequeño sollozo. 
Ella estaba llorando. Sintió otro golpe en su pecho. Él no quería escucharla llorar más, lo desesperaba no saber que hacer para calmar su angustia. Tocó la puerta con tres golpes suaves.
- Ya salgo – escuchó su voz temblorosa. 
Entonces abrió con cuidado la puerta y entró. Ella estaba sentada en el suelo contra la pared, levantó su vista y lo miró, ya se había bañado y estaba vestida con la ropa que él le había dado. 
El castaño entró del todo y se acercó despacio a ella, para sentarse al frente.
________ no lo miraba fijo a los ojos, sino que miraba fijo el punto en donde estaban apoyadas sus manos, justo sobre sus rodillas. 
Justin estiró la mano y levantó su mentón para que lo mirara. Una lágrima rodó suave por su mejilla. Con su pulgar, Justin la secó. 
- Ya no llores – murmuró. 
- Aun no caigo, ¿sabes? – habló ella con la voz quebrada – Ella se fue…
- No ________, ella no se fue. Ella está en tu corazón – le dijo suave. Ella lo miró fijo a los ojos por unos cuantos segundos. Tenía una pregunta rondando en su cabeza, desde que él había llegado al hospital. 
- ¿Por qué fuiste al hospital? – le preguntó ella.
Él la miró fijo a los ojos por unos cuantos segundos, sin decir nada. El porque había ido a buscarla era simple y claro. Él necesitaba de ella…
- Porque, porque cuando fui a mi casa vi la ambulancia en la puerta de la tuya, al instante supe de que se trataba. Fui a buscarte a la fiesta, pero no estabas. Luego fui al bar, y ya te habías ido. Hasta que me llamó Ashley y me dijo donde estabas…
- Pero, ¿Por qué? – le preguntó ella. Necesitaba porque él se había preocupado, que era lo que le había hecho entender que se había comportado como un completo idiota.
- Yo… necesitaba verte y saber como estabas. Necesitaba… cuidarte – contestó él – Porque me he dado cuenta, creo que tarde, que… que he sido un imbécil. Perdóname por favor.
Ella se acercó más a él y se metió entre sus brazos para abrazarlo. Escondió su rostro justo debajo de su masculino mentón. Y dejó que algunas lágrimas cayeran de sus ojos. 
Aunque las cosas que él le había dicho le dolieron y la hicieron sentir mal, ella no podía seguir alejada de él. Era algo que no podía hacer. Y mucho menos en este momento.
Justin colocó sus brazos alrededor de ella y la mantuvo cerca. Con de sus manos acaricio sus cabellos húmedos y su espalda. 

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El Primer Amor Siempre Duele |Justin Bieber| T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora