Capitulo VI

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~mi salvación~

Estaba sentada en mi cama pensando, me sentía vigilada, la cámara podría no ser la única, me daba miedo, podría hasta haber una en el baño, estaba asustada, tengo miedo.
No sabía lo que hacer.
Cogí mi móvil,tenía un mensaje.
"Lo sé todo, baja a la sala"
Era de mi hermana, sin más pensarlo, fui, baje las escaleras de mi casa hasta la sala. Allí estaba, tenía cara rara, estaba asustada, como yo.
-siéntate por favor- dijo sería.
Yo le hice caso y me senté.
-si vas a...- dije pero ella no me dejó terminar la frase.
-La casa está llena de cámaras, hay en tu habitación, en el baño, en la cocina, en básicamente toda la maldita casa- dijo rabiosa.
-ayer vi una en la vaya de la casa y la rompí- dije rápidamente.
-no sé cuándo las pusieron pero nos vigilan cada momento, cada Segundo, cada minuto, seguramente ahora mismo nos estén escuchando.
-tengo miedo- dije asustada.
-no sé cuánto llevan aquí pero se lo tendremos que comentar a mamá cuando llegue- dijo decidida.
-ella lleva estando muy rara desde todo lo de Alicia, no se que le ha pasado pero está muy rara- dije triste.

Cada vez q se lo decíamos no ignoraba, decidimos no decirlo mas, parecía estar harta.

Mi abuela vivía en otra ciudad, no muy lejos, pero tampoco muy cerca.
Me sentía mal, me estaban vigilando.
Decidí irme a casa de mi abuela. Cogí un bus, no quería ir con mi madre, me da miedo.
Fue un largo camino, junto con mis auriculares, mi música, mi libro favorito y sin duda, mi libreta, en la que escribo mi vida y mis escritos.
Llegué a su casa, ella me recibió con los brazos abiertos y una gran sonrisa, su hermosa sonrisa que me paralizaba, que me encantaba.
La abracé muy fuertemente, lo que daría yo por abrazar a mi abuela el resto de mi vida.
La quiero demasiado.
Le hice un un escrito:

Y ese fue el momento,
El momento en el que me cogiste de la mano y no me soltaste, con tu hermosa sonrisa, con tus mofletes rosas, con lo maravillosa que fuiste.
Me cogiste de la mano y me enseñaste lo real que era la vida, pero también me enseñaste lo bonita que ella podía ser con una sonrisa.
Me cogiste de la mano y me quisiste, te quiero, te querré.

Mi abuela es mi salvación, es literalmente el motivo de mi existencia.

En la ciudad de mi abuela (que no era muy grande) tenía algunos amigos en los que en los veranos hacíamos algunas fiestas.
No tenía muchas ganas de salir por todo lo que me ha pasado, pero me he decidido por ir a dar una vuelta con mis amigos de allí, llamados Rose y Marc.
Quedamos a las cinco y media de la tarde aunque todavía hacía bastante calor.
Yo desde mi extraño ingreso en el hospital estoy haciendo clases online una hora por la mañana, mis demás compañeros si tienen que asistir a las clases. Los profesores vieron que no estoy en una buena etapa y me dejaron hacerlo todo online en mi casa, este caso en la de mi abuela.
Llegué a la plaza donde habíamos quedado a las cinco y treinta y uno de la tarde. Mi amiga Rose ya estaba allí, ellos ya sabían lo que me pasó porque se lo dije un día en videollamada.
Marc no llegaba a si que decidimos ir a su casa.
Yo el pueblo ya lo conocía de ir todos los veranos en las fiestas y ferias, los mejores veranos que he pasado en mi vida.
Yendo para casa de Marc, casualmente nos lo encontramos por el camino, el muy listo se había dejado las llaves en su casa.
Cuando lo vi fui a darle un gran abrazo, como el que le di a Rose, los echaba de menos, simplemente ese pueblo para mi era re conectar, pero en otra vida. Estaba mi abuela, mis queridos amigos, las casas, los bares, las tiendas, las calles, las vistas, sus increíbles y inigualables montañas, su río en el que me bañaba todos los veranos, sus atardeceres, su lago, su cultura, su gente, el pueblo es simplemente maravilloso, no es muy reconocido, pero está bien así, soy feliz aquí, soy feliz con todos, nadie me trata mal, todos saben quien soy y yo sé quienes son todos, es maravilloso, es libertad, es felicidad, es euforia, es de las cosas que han salvado todos mis males y mis malas esperanzas.
Gracias al pueblo, a su gente, a mi abuela y a sus croquetas que son gloria bendita.

Escritos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora