Capitulo VII

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~atardeceres~

Dimos una larga vuelta.
Fuimos al lago mirar el paisaje, era precioso, estaba muy asombrada, no recuerdo haber visto alguna cosa tan bonita como lo que estoy viendo ahora mismo. Vi que Marc tenía un brillo en los ojos un tanto diferente, como si mil cosas o maravillas pasaran por su cabeza en ese momento.
Estábamos tumbados en el césped, mirando el atardecer, Rose y yo sabíamos tocar la guitarra y Rose trajo una, estuvimos mucho rato cantando y riendo mucho mientras veíamos el maravilloso atardecer.
Riendo a carcajadas, llorando de la risa, viendo como las estrellas aparecían y me iluminaban la cara, los ojos de Marc brillaban aún más de la cuenta, yo solamente pose mis ojos en los suyos mientras él miraba el cielo y escuchaba a Rose cantar.
El atardecer era rosa, rojo y naranja, era precioso, este pueblo, está gente, me tienen enamorada, este estilo de vida, viviría aquí el resto de mis días. Ya se veía como las estrellas aparecían, dejando ver el cielo rojo como la sangría.
Mis dos amigos mirándome y yo que me reía, una alegría, se estaba acercando la noche fría. Las estrellas de su cara, y sus hilos rosas rodeando su pequeña rojiza boca.
Estas estrellas me recuerdan a alicia, le encantaban las estrellas y los bellos atardeceres.
Ella es mi ángel, mi ángel de la guarda.
Mil ángeles y demonios, emociones revueltas y malos augurios, ella es la que me completa y de emociones un columpio.
Me viene a la cabeza su reluciente hilo curvado como boca, su agradable sonrisa que no muestra sus dientes peto atrae mil maravillas.
Nuestros rostros se iluminaban a La Luz de la luna y las estrellas.
Se podía apreciar nuestra sonrisa bella.
En nuestros ojos se reflejaba la luna llena.
Noté como una lagrima caía por mi rostro estrellada.
Era una lágrima llena de admiración y alegría, pero también de nostalgia y dolor llena.
Seguían cayendo lagrimas por mi cara, pero no me importaba hasta donde llegaran.

Mis lagrimas al césped caían, y por un momento me alegraba que una planta yo regaría.
Las bellas sonrisas de mis amigos me trasmitían mucha alegría.
Era bonito verlos como sonreían,
Me hacía feliz que una sonrisa en ellos yo provocaría.
Era muy bonito lo que yo hacía por ellos y ellos por mi hacían.
Mi felicidad al verlos crecía, mi sonrisa se estiraría mientras ellos reían y mi vida sonreía.

         ~Simple poesía~

Muchos piensan que mi vida es simple poesía,
La verdad, yo también lo creería, si mi vida fuese poesía yo encantada viviría, simple poesía, pero estando feliz, mi vida sería una oda a la alegría, pero también de amor, dolor y nostalgia mi égloga y elegía.
Simple poesía que ayuda a la psicología, a si que muy triste estaría si mi vida no fuera poesía, la poesía en mi vida elegiría, es algo que me encantaría, mi felicidad aumentaría y sería una oda a la alegría.

Lo que daría por ahora ver sus sonrisas, por volver a abrazarlos de nuevo, por sentir su tacto en mis mejillas, por escuchar sus risas y crear mis sonrisas.

Ya se hacía tarde, entonces nos fuimos. Andando, charlamos y reímos, Marc llegó a su casa primero porque estaba más cerca de donde estábamos y se quedó hablando por el camino con unos amigos suyos que se encontró por el camino. Rose y yo vivíamos bastante cerca a si que fuimos todo el camino juntas, me sentí muy segura con ella a mi lado. Ella llegó a su casa y yo seguí andando hasta que un minuto después llegué a la que estaba conviviendo en esos momentos.
Saludé a mi abuela y me fui a mi habitación de allí, cerré la puerta y seguidamente, me apoyé en ella, hoy ha sido prácticamente el mejor día de mi vida, me siento bien, me siento libre, estoy feliz, pero...
Ese será mi final aquí?

Escritos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora