Capitulo X

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             ~despedida~

Llevo dos semanas sin salir, solo con mi abuela, pero no estoy satisfecha, hoy me desperté con ganas de respuestas.
Mi abuela, mi abuela estuvo ese tiempo en el que estuve e el hospital, fue a verme, ella sabrá cosas.
Bajé por las grandes escaleras de la bonita casa de mi abuela, llegué al salón y me encontré a mi abuela tejiendo una manta muy bonita de color marrón y granate, se había quedado dormida, era muy mona.
Era casi la hora de cenar, a si que fui a la cocina y le hice la cena para no despertarla y ahorrarle el trabajo, quité las cosas que estaban encima y le puse su comida sobre una mesa que había en el salón cerca de los sillones donde estaba sentada mi abuela.
Intenté despertar a mi abuela  dándole toques pequeños en sus hombros pero ella no despertaba, empecé a moverla más rápido pero ella seguía sin darme alguna respuesta.
Le miré el pulso, no sentía nada, le vi la respiración, pero no daba respuestas, no respiraba.
Llorando e histérica llamé a emergencias con alguna esperanza de poder ser un solo susto.
Llegaron, ahí me dio un choque en el corazón, un choque en el pecho,
Un infarto, le dio un infarto, un infarto lo que ha provocado la muerte de mi abuela, mi salvación, la persona que me salvó, la persona que me saco de la oscuridad que era la muerte y desaparición, ahora la muerta es ella, la que me curó el alma, la que me curó de aquella pérdida del amor de mi vida.
Estuve toda la noche en el hospital. Llamé a mi hermana y vino al pueblo con mi madre, lo de que mi madre no me hacía mucha gracia, ya que mi abuela era la madre de mi padre, y mi abuela y mi madre no se llevaban del todo bien.

Preparé el mejor entierro que se ha podido planear, mi abuela se lo merece.
Vinieron todos los familiares, las dos mejores amigas de mi abuela, maria y Lola, las mejores risas me las eché con ellas tres, también vinieron mis amigos, le tenían mucho aprecio a mi abuela, los eché mucho de menos.

Su lápida era de piedra con lavandas talladas, sus flores favoritas.
Estuve todo el día en el cementerio.


Han pasado 3 semanas de la desgraciada muerte de mi abuela. Vivo con mi hermana en la casa de mi abuela.
Mis amigos venían a menudo, me están sacando de todo lo malo, le doy las gracias constantemente.




"Hoy ha sido el día"
"Ha pasado"
"Ha pasado por fin"
"Una esperanza"
Me repetía todo el rato eso en la cabeza cuando pasó.

Estaba sola en la casa, mi hermana había salido a un supermercado a comprar la comida, con el dinero que nos ganamos trabajando en el pueblo.
Fui a abrir el buzón, y allí estaba, estaba la esperanza más grande de mi vida, lo más bonito.
Una carta, pero no una carta cualquiera, una carta de Alicia.
Pensé que era una broma, pero al ver su letra y lo que me escribió, supe que era de ella.

  Querida Summer, leí tus cartas aunque nunca me las pudiste dar. Te echo de menos hasta lo más profundo de mi alma, como alma, somos almas gemelas.
Siempre lo fuiste todo para mi, siempre fuimos tú y yo, llegaremos a serlo de nuevo.
Por ahora toca aguantar todas las penas, toca seguir adelante, toca mirar al frente, espero que consigas hacer eso por mi, espero que sepas disfrutas, solo quiero ver tu sonrisa, aunque no pueda tenerla cerca mío,
Summer, summer, summer,
Siempre serás tú y no otra,
Te quiero con todo nuestro alma, te quiero hasta el fondo de mi ser, hasta el fondo de mis entrañas. Te quiero
                           -alicia <3

Escritos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora