Capitulo XI

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  ~una vela~

Me quedé con las manos temblando después de leer esa carta, podría tratarse de una broma de mal gusto, o una gran casualidad de otra Alicia y otra Summer, pero no, era su letra, era su forma de hablar, y las cartas que yo le escribí, como habrá conseguido leerlas.
Sé que Alicia está en algún lado, sé que me estará viendo.
Quiero respuestas.
Pero mi orgullo y mi rencor hace que no sea capaz de volver a mi ciudad por miedo a mi madre.
De algún modo ella ha conseguido saber donde estoy, sabe que ahora vivo donde vivía mi preciada y hermosa abuela, pudo leer las cartas que le escribí, y esas las tenía muy bien guardadas y escondidas al fondo del cajón, donde también se escondían las lágrimas que me caían al llorar por ella, lo sabe todo.
Se me cayó la carta de tanto que me temblaba y seguidamente comencé a llorar descomunalmente.
Recogí la carta, la puse en la mesa y seguí llorando sin parar.
Rato seguido del llanto, llegó mi hermana a la casa.
Nada más verme en mi situación y en las condiciones en las que estaba, vino corriendo hacia a mi.
Le expliqué todo lo que me pasaba, al principio no lo entendía, no se lo esperaba, pero al cabo de un gran rato me entendió, mi hermana es una persona comprensiva y sabe entenderme.

Después de un rato en mi habitación, de llorar, de gritar desesperadamente, de una larga ducha comiéndome la cabeza como una loca, decidí llamar a Rose, necesito algo de apoyo.
Le expliqué todo y decidió que saliéramos a dar un paseo, para despejarme.

La verdad que Rose me ha ayudado mucho todo este tiempo, pero no me quita el vacío que siento por dentro sin Alicia.


Hoy 22 de mayo, es un día duro, hoy es el cumpleaños de mi querida Alicia, y ella sigue sin estar aquí a mi lado, no está cerca mía, no la puedo oír, no la puedo ver, no la puedo sentir, pero la necesito.
Decidí ir a una vieja casa en un campo del pueblo, llevaba muchos años abandonada, allí vivía una familia italiana y rica,
no se sabe porque la abandonaron pero es un sitio precioso, estaba lleno de estatuas de dioses Griegos, había un piano enorme y precioso, tenía un jardín enorme con pasillos con columnas que sujetaban los porches con esculturas griegas, una piscina enorme con fuentes de piedra con la forma de la diosa Asteria, diosa de la noche y la diosa atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra.
Cogí un candelabro con unas velas y las encendí, recordando a Alicia, recordando todos nuestros momentos, todas nuestras risas, todos nuestros llantos, todas nuestras miradas, todas nuestras sonrisas, todo lo nuestro.
Encendí la primera vela y aunque estaba yo sola, sentí el tiempo como más tenso, encendí las otras dos del candelabro y al sentir el calor del fuego, me despejé, mi único pensamiento era Alicia.

Pasadas 3 horas en la casa, mirando fotos con Alicia, escuchando las canciones que nosotras siempre cantábamos a pleno pulmón, después de tocar el piano de la casa.
Le grabé un vídeo a Alicia, el vídeo solamente era decirle todo lo que pensaba.
Hola Alicia, soy Summer, como estás viendo. Te echo de menos, vi tu carta y sentí que te tenía cerca, no se donde estarás, pero yo te esperaré por siempre a tu lado porque realmente te quiero y quiero estar contigo.
Felicidades Ali, te necesito.

Después de grabar ese vídeo se lo mandé, no creo que lo vaya a ver pero quiero que sepa que la tengo en mente las veinticuatro siete horas del día.
Finalmente soplé las velas pidiendo un deseo de parte de Alicia, que volvamos a estar juntas por siempre, y me fui.

Escritos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora