Capitulo III

58 6 2
                                    

             ~Dulce olor~

Sentía un olor agradable, un perfume, me recordaba a mi infancia, me recordaba a viejos momentos con mis amigos.
Llegando a su tema, desde que estoy aquí, no me han visitado, no se que ha pasado, necesito explicaciones.

-hola Summer- dijo sam, el chico de ayer.
-hola- dije con tono secante.
-preparada para la primera prueba?- dijo animado pero con un todo de maldad en su boca y en su cara.
-que prueba?- dije asustada.
El sin responderme, me puso algo en la nariz que hacía que cada vez estuviese más cansada, no recuerdo más de eso.

Desperté en una sala, era todo blanco, vi una silueta a lo lejos, cuánto más me acercaba, más se alejaba, empecé a correr,
Después de dos minutos corriendo, me cansé y paré.
La silueta desapareció.
Me quede ahí, me senté en el blanco suelo, sin hacer nada, no veía a nadie.
De repente vi otra vez la silueta negra, esta vez cada vez más cerca, se acercaba mas y más, hasta el punto de estar a escasos centímetros, era una chica de cabellos rizados, rubios y largos, unos preciosos ojos azules y una hermosa sonrisa de oreja a oreja.  Miré a la chica, me recordaba a alguien, a mi querida Alicia, era la tercera vez que la veía de esta manera desde que desapareció, era muy raro.
-es un secreto- dijo "Alicia"
-no te he preguntado nada-dije.
-es un secreto- dijo más alto.
-el que?- dije.
-es un secreto- siguió. -es un secreto- -es un secreto- -es un secreto- dijo finalmente gritando.  De la nada, desapareció.  Empecé a ver todo aún más blanco, la habitación deslumbraba y me hacía daño en los ojos.

Desperté, desperté en la camilla, estaba sola, bueno, sola no, con mi angel de la guarda, Alicia, no era visible pero en mi cabeza sé que está.
No se que pasó antes de yo despertarme, mi libreta estaba en una mesa, fui a la mesa a cogerla, se me hizo raro que estuviera ahí, yo no la dejé en esa mesa.
Llevaba la ropa que llevaba antes de estar en este sitio.
Vi la puerta entornada, salí por la puerta a buscar a alguien, más bien, a buscar respuestas.
Estaba en un hospital, en el pasillo no había nadie, era un largo pasillo, así que exploré, no sin mi libreta en la mano.
Baje por las escaleras y llegue a una planta llena de gente, le pregunté a una recepcionista que andaba por ahí.
-donde estoy- dije confundida
-en la planta de traumatología- dijo ella amable.
-mira, llevo varios días aquí, no sé ni porque estoy aquí, estaba en la planta de arriba, no me quieren explicar lo que me pasa, estaba con un médico llamado Sam- dije explicativa.
-lo siento señorita, pero no hay ninguna planta de arriba, ni ningún médico llamado Sam- dijo ella con cara extrañada.
-claro que hay, ven conmigo- dije.
-vale señora- dijo ella.
Llegamos al sitio donde bajé las escaleras, era cierto, no había ninguna otra planta.
-pero si yo he bajado por aquí- dije angustiada.
-cual es su nombre señorita?-
-summer Greengrass- dije.
Ella me miró con cara de despreció y miedo.
-lleváosla- dijo en alto a algunos guardias que pasaron por ahí.
-YA- dijo muy alto.
La gente que pasaba por allí estaba muy extrañada y no sabían lo que pasaba.
-noo- empecé a gritar.
-ayuda- dije muy alto-
-no sé lo que me pasa- chillé.

Desperté en la camilla, olía el mismo olor que olía antes.
-que será ese olor tan bueno- dije en mi pensamiento.
Levanté la cabeza, fue de mi sorpresa que una increíble persona estaba allí. Mi abuela, la persona con la que he pasado los mejores momentos, a la que siempre me llenó de alegría mis días malos, a la que más quiero en el mundo.
-hija tápate que te vas a congestionar- dijo dándome una manta tejida por ella.
-abuela...- dije cortante.
-dime hijilla- dijo con una gran sonrisa en la cara.
-que es lo que me pasa?-dije.
-es un secreto- dijo ella cortante.
-abuela- dije con los ojos cristalizados.
-dime- dijo ella.
-es verdad?- dije, empezaron a caer lagrimas por mis ojos.
-Alicia, tú amiga, desapareció, llevas aquí un mes, no salías de tu habitación, un día no te despertabas y te decidimos traer aquí, llevas varios días despertándote, pero hoy se ve que estás mejor- dijo ella sincera.
Yo sin más, le miré a los ojos y le di un fuerte abrazo mientras mis lagrimas caían.

Escritos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora