CAP 25: Como tú y mejor

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Gritos, llantos y muchas personas con miradas oscuras, interesadas en el beneficio que obtendrían del daño de los demás. La madre que nunca existió, que no quiso existir y ser parte de la triste vida de su hijo. Una Omega tan débil e interesada, que no le importo ser comprada por una familia adinerada, pero el aborto de diferentes pequeños por no ser lo suficientemente adecuado, o el indicado, fue lo que termino volviéndola loca.

Nunca alcanzaba sentir amor por los bebes que temporalmente estaban en su interior, solo eran decepciones, desperdicios y objetos que nadie querría criar, asimismo los consideraba seres que le quitarían toda la atención que recibía en ese pequeño lugar que consideraba su mundo. Pero nadie podría predecir que luego de 5 años intentando fallidamente en tener al Alfa que sería el orgullo familiar, este por fin se le concedería... un completo error.

Xiao Zhan nunca logro sentir odio, por esta inexistente madre que no alcanzo a conocer. Solo vagas imágenes en la casa, de una desnutrida señora junto a su padre, era lo que en su mente podía considerar como un recuerdo cálido y hermoso de aquella extraña dama, que decidió acabar con su vida por sí misma, una noche de viento y lluvia.

-¿Por qué los adultos les hacen "eso" a los niños?-

Las palabras de un pequeño niño de 6 años, siempre son inocentes a los oídos de los adultos que los cuidan, sin embargo esa regla nunca corrió para el pequeño Xiao Zhan, esas 10 palabras de convirtieron en motivo de odio y desprecio por su padre, un hombre poderoso e influente, sus ganancias siempre fueron en base al dinero que pagaban sus clientes por una noche de pasión con esos diminutos seres.

Caras suaves, cuerpos delgados y una excitante expresión de temor en sus rostros, era todo lo que esos ejecutivos necesitaban, era un placer que no se les permitía en ningún otro lugar, pero para un niño como Xiao Zhan, más que una noche agradable y reconfortante, como contantemente su padre le decía, parecía más una tortura.

A diario lo sentaban frente a los monitores, para que adquiera conocimiento respecto a que le gustaba a sus proveedores, algo que lo intimidaba demasiado. Sus rostros llorosos, sus gritos y las suplicas que nunca parecían detenerse, fueron cosas que lo marcaron de por vida, algo que sin darse cuenta lo llevo a sentir miedo cada vez que entraba en esa desolada habitación. Sus piernas comenzaban a temblar descontroladamente, quería huir y escapar de ese escalofriante mundo que lentamente lo estaba consumiendo.

Luego de un tiempo, el mismo pudo notar como sus emociones comenzaban a desaparecer, sus sentidos se alteraron y esos gritos de transformaron en gemidos, mientras que sus suplicas por pedir auxilio, se convirtieron en gritos por más y más. Nunca llegaría su salvación, si esos niños no eran escuchados ¿Quién escucharía sus propios gritos de ayuda? Sin embargo Yibo lo fue, su suave voz, la ternura de su rostro y su mirada suplicante, le recordaron todo su pasado, las cosas que deseaba borrar y eliminar, volvían a él como estrellas fugases, no se irían ¿Entonces que debía hacer?

La solución fue simple, tras ayudar al pequeño Yibo, su misma alma fue liberada, las sonrisas que guardo por tanto tiempo, al fin pudieron salir y el cielo que siempre fue negro para él, parecía haber sido coloreado de todos los colores que podían haber existido.

-¡Despierta!-

La fuerte voz de un hombre hizo que el "Alfa" despertara de golpe, estaba recostado en una colchoneta, en un cuarto de paredes de cemento, encadenado a la misma por unas gruesas y duras cadenas. Su cabeza dolía ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? Y ¿Dónde estaba Yibo?

-¡Come maldita sea!- Volvió a decir la voz del mismo hombre, era un tipo alto, encapuchado, quien no soporto la mirada desorientada de Xiao Zhan y termino lanzándole la bandeja con alimentos que traía, para luego abandonarlo nuevamente en el frio del cuarto, que era iluminado por una pequeña ampolleta.

-¿Qué sucedió?- Pregunto Yibo observando a través de una ventana como Xiao Zhan lentamente levantaba la comida que había caído al suelo –Creo que dije que no le dieran nada bueno ¿Por qué veo manzana, leche y un trozo de pan? ¿Acaso tan bien los alimentaron en sus "colegios"?

-Lo lamento señor, fue mi error- Dijo de inmediato el alto hombre que antes había estado con Xiao Zhan –Es imperdonable, debo ser castigado...

-No sea tan extremista, está bien, pero luego de esto, está prohibido que le den nada, sin que yo lo diga, este recluso está bajo mi cargo, nadie lo puede tocar a menos que sea yo ¿Entendieron?- Dijo la voz firme de Yibo

-Si lo dices de esa forma, todos aquí creerán que te lo quieres coger- Dijo Seung Youn sonriendo

-¿Y quién dice que no quiero eso? Ese tipo solo ha vivido una vida de placeres y lujos, mientras que nosotros, fuimos sus peones, ya no quiero verlo feliz...-

El sonido de la puerta abriéndose, hizo que Xiao Zhan levantara la mirada. Frente a él, ahora estaba su razón de vivir, la luz de sus ojos, su otra mitad y quien lo observaba con un enorme desprecio, habían muchas cosas que quería decir, pero las palabras no deseaban salir, su cuerpo pareció congelarse al ver como el "Omega" se ponía en cuclillas para estar a su nivel.

Sus ojos cafés no habían cambiado, su piel continuaba siendo hermosa, así como la primera vez que lo había visto, era extraño, no le importaba donde estaba, porque lo tenían encadenado o porque Yibo parecía ahora más un militar que una persona, solo necesitaba saber si su "Omega" estaba bien.

-Yibo...-

Antes de que pudiera terminar de decir la frase, fue lanzado bruscamente al suelo, un fuerte golpe en el rostro lo dejo medianamente noqueado, ahora Yibo se encontraba sobre él, sus ojos brillaban y una malévola sonrisa se dibujó en su rostro.

-Veamos ahora cuanto aguantas tú sin correrte ¿Lo recuerdas Xiao Zhan?

Suave y Delicioso (ZhanYi) (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora