Habíamos terminado los tres en una especie de arena dentro del bosque. Cuatro gradas en lo alto estaban formadas en círculo, a orillas de un área de tierra completamente vacía. Ésta estaba delimitada por un círculo hecho de colchonetas que estaban demasiado sucias y aplastadas. Distribuidos alrededor se alzaban pedestales, así como los que estaban en la sala de entrenamiento. Alcancé a ver que éstos estaban llenos de agua y de fuego.
Cuando llegamos, la gente ya se estaba acomodando en los asientos, la región de en medio ya estaba casi llena, me imaginaba que era el mejor. Por suerte Frank encontró un lugar no tan lejos de la arena que no estaba tan llena.
—¿Qué hacemos aquí? —pregunté algo preocupado. No me gustaba estar tan expuesto y mucho menos cuando no sabía qué hacer.
—Vinimos a ver a la legendaria de Brenda. —La respuesta de Frank me hizo sonreír. Agradecido de que no fuera yo, emocionado por lo que me contaban.
—Muy pocos han logrado derribarla, y en todo su tiempo en el Campamento nadie ha logrado vencerla. —Jared se inclinó para verme por enfrente del otro, sus ojos brillaban con una gran sonrisa—. Ver cómo los destroza es nuestro entretenimiento.
Hice un pequeño gesto. Aquello no sonaba muy agradable.
—Ellos se lo buscaron —agregó Frank al ver mi cara—. Brenda se ganó la fama de ser muy buena en enfrentamientos, por eso mismo hay gente estúpida que cree que puede contra ella. Y luego están los que elegimos con lo seguro.
—Frank tiene razón. —A mi izquierda Sophie apareció, con su cabello amarrado en una coleta inflada—. ¿De qué grupo serás tú Max? Conozco a alguien que fue del grupo de los idiotas. —También se inclinó hacia el frente y le dedicó una sonrisa a Jared.
En cuestión de minutos las gradas ya estaban llenándose. En las gradas del frente, había un chico moreno con el cabello al ras. Estaba de pie junto a la pared, hablando con un par de chicos en los primeros asientos. Algo impaciente, buscaba por todos lados. Me supuse que era aquél que lucharía y Sophie me lo confirmó.
—Ese es Dean —Sophie se inclinó para que pudiera escuchar ante todo el barullo que había—. Es de los más recientes, consiguió estar en el elemento Tierra conmigo.
Cuando dijo aquello una curiosidad creció en mi acerca de los elementos que controlaba cada uno con los que había hablado. Podía asumir que Jared también controlaba Tierra, pero de los demás... mi mente estaba en blanco. Tendría que preguntar después.
—¿A él estamos apoyando? —Sophie sacudió con la cabeza entre risas.
—Puede intentarlo, pero todos sabemos quién va a ganar.
Sophie siguió hablándome sobre los diferentes enfrentamientos que Brenda ganó. Había llegado hacía casi tres años y parecía que había una gran cantidad de gente que quería luchar contra ella. Me contó sobre un chico que había llegado a estar inconsciente por largas horas, y al final él se disculpó por haberla molestado. Qué poca dignidad.
Le pregunté sobre James. Ella explicó que había sido inteligente sobre su decisión y no había peleado con ella.
—No lo excluye de los idiotas, como quiera.
Minutos después, la arena se quedó en silencio. A lo lejos, por donde habíamos llegado, Brenda caminaba lentamente. Como si fuese una persona importante, todos esperaron a que llegara al centro de la arena. Tenía el cabello sujeto y llevaba ropa deportiva como Dean. Noté también que su mano izquierda estaba vendada.
—Parece que la cosa se va a poner fuerte —comentó Frank. Él también había visto el vendaje, aunque más que nada se refería a su cara. Ella no estaba mirando particularmente a nadie, pero mientras se alistaba, por su rostro parecía que cualquier inconveniente y ella estallaría de rabia.
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La Espada de Oro (Elegidos #1) (EDITADA)
Fantasy"La Tierra. Siete mil millones de personas en ella, o algo por ahí. Siete mil millones de historias que contar. Y una de ellas involucra mi vida, la de mi amigo, mis padres y un montón de gente loca que dice contar habilidades mágicas que no todas l...