Junto a Sana, HyunJin organizaba todos los pedidos y contratos que le llegaban a Chris.
Eran tantas cartas, tantas amenazas, que necesitaba ayuda.
Estaba cansado de todo. No sólo de la falta de humanidad de la agencia, ya que todas las empresas eran así; parecían sanguijuelas con Chan, lo explotaría hasta que no puedan sacarle ni un centavo más.
Pero se lo guardaba; no podía dale más cosas en las que pensar, sabiendo de su situación con Felix y que todos los medios morían por sacarle una entrevista.
La puerta de la oficina se abrió, y Sana rápidamente hizo una reverencia, para salir del lugar.
HyunJin alzó su vista; el presidente Hwang.
El presidente Hwang era un hombre que ocupaba la posición encima de la de C.E.O.
—Presidente— se levantó.
—Silencio— lo calló—. No quiero que digas nada, HyunJin, nada. ¿Sabes todos los problemas que nos provocaste con ese estúpido descanso?
—¿Que las acciones de las antiguas escenas hayan aumento, es un problem-
—Cuando te pida opinión, la darás. No puedo creerlo, te lo he dado todo; la posición más alta, dinero, mucho dinero, ese rostro de muñeco que te cargas y una vida llena de lujos. ¿Por qué lo arruinas todo?
—Yo-
—Y ahora eso de que llevas hombres a tu apartamento. ¿Homosexual? Eres una vergüenza, HyunJin, no quiero ni saber cuántos penes tienes metidos en la cabeza. Sólo no te sirven. Tú no sirves.
—Si me dejas expli-
—No vas a explicar nada— bufó—. Repito. Te lo he dado todo y lo echaste a perder.
—Eso le dijiste a mamá, antes de que subamos al vehículo. ¿Te acuerdas? Una pena que no haya sido ella la que sobrevivió. ¿En qué crees que voy a convertirme si sigo tus consejos? Soy un chico de 23 años, pero tengo la vida de un viudo de 40, sin nadie que le quiera, pero con dinero... Aguarda, te estoy escribiendo a ti— sonrió—. Qué casualidad.
—Ríete. Eres igual a ella. Se reía de todo lo que decía-
—Es que eres ridículo, papá, muy ridículo. Agradezco que haya salido a ella; y este hermoso rostro, ni en otra vida lo hubiese heredado de ti. Olvídalo.
—Está bien. ¿Sabes qué haremos? Haré circular una lista de firmas, para que veas que todos quieren que te vayas. Entonces aprenderás, que sin mí, no eres nadie. Disfruta de tu último semana, HyunJin— volteó, para irse.
—¿Y por qué te adelantas tanto?— hizo que se detenga—. Ni siquiera tienes un reemplazo.
—Tienes razón, no es un reemplazo, es alguien mucho mejor que tú. Yang— dijo con una sonrisa—. Yang JeongIn ha demostrado que se preocupa por la empresa como tú no. Espero que no te importe que use ese escritorio de ahí.
HyunJin quiso contenerse, pero su risa tan característica salió a flote.
—¿Yang JeongIn? Ah, papá, no te preocupes— se quitó la corbata y el saco—. No tienes que esperar una semana, dejaré esta estúpida agencia ahora mismo— dejó lo que se quitó en las manos de su padre—. Y por cierto, JeongIn está familiarizado con este escrito, no tienes idea de cuántas veces lo hice en gemir mi nombre encima— guiñó un ojo—. Nos vemos, papá. ¿Querías que haga las cosas bien? Mira.
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