my bf is a pornstar ✧ chanlix

➳ 2O: Arrival

—Coger, casar o matar— HyunJin llevaba su tercera taza de café—. HyunJin, Jinnie Swagg, y yo.

—¿En en serio?— JeongIn bufó.

NaYeon rió—. Ustedes son los mejores compañeros de vuelo. Luego se Sana.

La misma sonrió al escuchar su nombre, mientras leía un libro.

NaYeon se levantó de su asiento, llevándose la sorpresa de que Chan no estaba en el suyo.

—Eh... Chicos, ¿y Chan?

—Revisa el asiento de Lixie— dijo JeongIn, sin problema alguno, leyendo una de sus revistas.

La chica quedó recalculando unos segundos, para luego ir hacia esos asientos.

HyunJin la observó irse, suspirando.

—Ella no tiene ni puta idea, ¿cierto?

—Creo que no— respondió JeongIn.

—Nop, ni puta idea— habló Sana desde su lugar, sacándoles una que otra sonrisa.

Al ver las cortinas cerradas, NaYeon sólo recordaba esas dos situaciones luego del baile, hace años.

Situaciones que necesitaba hablar con ambos, por separados.

Al correrla, vió como Felix leía algún libro, apoyado en el hombro de Chris, quién lo abrazaba y leía igualmente con él.

—Buenos días, lectores— rió—. ¿Están cómodos?

—Muy— asintió Chris.

—Bien... En una hora aterrizamos, así que, prepárense para la cuidad del amor.

—Tendré una cámara a mano, para WooYoung— dijo Felix.

—Y por cierto, probablemente hayan fans y tal, sólo actúen normal, ¿quieren?

—¿Por qué nos dices eso a nosotros, si es HyunJin el adicto a la cafeína?— Chris cruzó sus brazos, escuchando la voz de HyunJin.

—Porque está en modo Jinnie Swagg, no HyunJin— rodó sus ojos, volviendo a su lugar.

—¿Estás listo para París?— preguntó el mayor, una vez solos.

—¿Alguien está listo para París?— devolvió.

—Yo lo estoy. Te voy a recuperar, Felix, y no podrás evitarlo.

—¿Y si quiero que lo intentes?

—¡Llevo intentándolo-

Antes de que siga gritando, Felix lo calló con un beso.

—¿Por qué me haces esto?

—¿Hacerte qué?— acarició sus mejillas.

—Ponerme débil, cuando intento ser fuerte y recuperarte.

—¿De qué hablas? Eres el fuerte, yo... yo soy el débil.

—¿En serio? Veamos— mirando para todos lados, evitando que los atrapen, en un movimiento rápido, la mano de Chan se perdió entre las mantas y terminó en la entrepierna de su “amigo”.

—Mierda, Christopher— jadeó.

—Sí, sí lo eres— sonrió—. Ahora, ¿quieres que la quite, o...?

—Estamos en un maldito avión.

—¿Y?

—¡¿Cómo qué-?! Está bien, está bien. Espera a llegar al hotel, ¿sí?

—¿Y serás mi novio?— masajeó la zona.

—Christopher...— suplicó.

—Bien— rompió el agarre—. Ya está, sin presión. Llegamos al hotel, en tu habitación, ¿y qué va a pasar?