❄️«Ride»❄️

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Sentía la nicotina viajar por su cuerpo, avivando poco a poco la calma. Inhaló y siguió caminando, acababa de salir del aereopuerto, estaba nerviosa y asustada de lo que iba a venir, se sentía extraña de estar tan cerca del origen de su sufrimiento, de lo que era ahora. Se distrajo cuando escucho la bocina de un auto, giro la cabeza y vio como una camioneta un tanto vieja bajaba la velocidad y se mantenía a su lado.

- ¿A dónde vas?- el conductor era un señor canoso de mirada amable.- te puedo llevar.- le propuso.

Usui se quedó pensativa y sin pensarlo tanto, tiro lo que quedaba del cigarrillo y con una sonrisa asintió mientras abría la puerta del auto.

-Eres de por aquí ¿verdad?- Preguntó.

- Algo así, soy del pueblo que sigue.- El señor asintió.

- Creo que si te he visto antes, bueno, hace un par de años.- Sonrió otra vez. La chica le devolvió la sonrisa y acomodó su pequeña maleta en las piernas.- ¿Cuál es tu nombre?- La chica dudo un poco en contestar.

- Eira, Eira Raskolnikov.-

...

Agradeció el viaje y continuo con su camino. Extrañamente recordaba como llegar a su casa y cuando la vio a lo lejos quiso salir corriendo pero se mantuvo firme y siguió caminando hasta que llegó a la puerta.

La casa se veía descuidada y abandonada, tocó la puerta y no hubo respuesta del otro lado. Repitió la acción hasta que una señora la encaro y le aseguro que nadie vivía ahí desde hace muchos años.

Se quedó helada cuando escucho eso y por más que pregunto la señora no supo contestarle.

...

Volvió a la ciudad un tanto decepcionada, sin embargo ese sentimiento se convirtió en decisión y se apresuró a ir a varios hospitales y estaciones de policía esperando a que alguien pudiera ayudarla.

No pensó que fuera a perder tanto tiempo y dinero, no obstante le habían facilitado una dirección, era en un conjunto de departamentos muy cerca del centro, el lugar estaba a nombre de su padre y eso le dio un poco de esperanza.

...

Tocó la desgastada puerta de madera, que casi de inmediato se abrió un poco dejando al descubierto a una mujer rubia algo mayor.

- ¿A quien buscas?- Le dijo en tono desconfiado y cortante.

- Vladimir Raskolnikov.- contestó.

-¿Quién eres?- La mujer la miro con más curiosidad y abrió los ojos asombrada.-¿Eira?- Pregunto abriendo la puerta en su totalidad con una mueca de tristeza y confusión.- Pásate.- Le dijo y se hizo a un lado.

La jovencita entro y se encontró con un pequeño departamento con una cocina y una mesa con un par de sillas, al fondo solo había dos puertas.

- ¿Quieres agua o café?- La senora pregunto abriéndose paso por su hogar.- Siéntate donde quieras niña.- Le dijo mientras sacaba una botella de vino y una copa.- ¿Quieres algo?- volvió a preguntar solo que esta vez con un tono un tanto molesto. La chica solo negó y pronto la mujer estaba sentada frente a ella bebiendo de su botella.

- ¿Que eres de mi padre?- Se animó a hablar primero, la mujer suspiro cansada.

- Su mujer.- Le enseño su mano destacando con un suave movimiento un anillo plateado con un corazón en el centro.- Bueno, lo fui un día.- encogió su brazo y volvió a beber.- Yo se tú nombre pero tu no sabes el mio.- Sonrió de lado.-Me llamo Deniska Volkova.

Eira asintió sin saber que decir.

Deniska rodó los ojos ante el silencio de la chica y rebusco en la mesa una cajetilla de cigarrillos y encendió uno. La joven se le quedó mirando atentamente, la rubia le ofreció uno y la chica lo acepto.

- Eres igual que tu padre, nunca rechazo uno.- Dijo con sorna mientras ponía el tabaco entre sus labios, Eira repitió la acción.- Tuvo un accidente y lo deje en un hospital.- La chica quedo notablemente confundida.- No podía con el, quedó inválido y preferí llevarlo con alguien que lo cuidara mejor que yo.- Le dio un golpecito a su cigarro.- No lo he visitado desde entonces y no tengo teléfono, no se cómo este.

La jovencita inhaló profundamente y siguió en silencio. Deniska se levantó y rebusco en un pequeño mueble junto a ella, anotó en un papel algo y se lo estiró.- Aquí lo interne, ahora largo.- Eira sostuvo el papel y aún con el cigarrillo en la mano camino hacia la puerta. La mujer se adelantó y la abrió.- No fue un gusto conocerte y no vuelvas.- Dicho eso cerró la puerta.

Eira se quedó en medio del pasillo, tiro el cigarrillo sobre el tapete de bienvenida y le dio un pisotón. Se dio la vuelta y comenzó a correr hacia el elevador, presionó los botones desesperada y en cuanto estuvo dentro, quedó en calma sintiendo su corazón acelerado y pronto todo el dolor se le vino encima. Gritó y sintió las lágrimas hirviendo fluir por su rostro, pensó que se estaba quemando por dentro.

...

YA LES JURO QUE TERMINO ESTE FIC SI O SI

𝐖𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭 ❄︎ 𝑌𝑢𝑟𝑖 𝑃𝑙𝑖𝑠𝑒𝑡𝑠𝑘𝑦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora