12

247 19 0
                                    

ILENA.

su teléfono vibró sobre la mesa de noche, ella se estiró perezosamente para alcanzarlo, suspiro y su aliento que aún olía a alcohol chocó contra su rostro, ella había llegado tan cansada anoche a su casa que lo único que hizo fue quitarse los zapatos y tirar se a la cama sin cambiarse, sin desmaquillarse, ni lavarse los dientes.

-hola- dijo con voz adormilada.

-hola, te desperté?- ella sonrió al reconocer la voz de su mate.

-mmh si, es muy temprano todavía- informo ella.

-son las 10 -le informo el.

-Las 10? Que dices - dijo con tono incrédulo.

-pero si son la 10 - insistió el.

Ella alejo el teléfono de su rostro y a duras penas abrió los ojos y miró la hora 10:47 para ser exactos - ahh si son las 10- afirmó ella.

-tan mal te deja beber? - preguntó el divertido.

-bueno, cargar con un hombre de 70 kg borracho no te deja especialmente renovada, vaya forma de pagar un favor eh? - se burló ella (bonita forma) pensó ella.

-ay por dios - se escucho del otro lado de la línea - así que a eso te referías con "me debes otra".

Ella rio con malicia al recordar la nota que le había dejado anoche. Anoche... Pensó

Ellos habían terminado de cenar y estaban esperando la cuenta, la charla había sido amena durante la cena e incluso se llevaban mejor como amigos de hace años, eso era un logro para Ilena puesto a que su mate estaba Constantemente tentándola a cosas y eso le encantaban

-su cuenta - informó la despreciable cucaracha, aún no había superado su rencor contra ese hombre.

- gracias-dijo su mate, ella se inclino para mirar la cifra.

-mitad y mitad? - preguntó ella.

-no, yo pago, yo invite- dijo y llamó al mesero, a quien tomó la cuenta con el dinero adentro y se retiro- vamos- dijo levantándose, acto que yo invite.

El me ofreció su brazo el cual tome y Caminamos hasta la recepcionista quien le tendió nuestros abrigos a Tom que se puso el suyo y se posiciono detrás mío para ayudarme a ponerme el mío, su aliento acarició mi cuello haciendo que mi piel se erizara.

-brazo- dijo.

-gracias.

-no es nada, vamos - dijo volviendo a ofrecerme su brazo.

Caminamos a la salida y salimos del restaurante. El frío seco chocó contra nuestro rostro haciendo que a mi mate le diera un escalofrío que lo hizo estremecerse, instintivamente me pegue a él para calentarlo cosa que hizo que el bajara la miraba hacia mí.

-tienes frío? - preguntó.

-aprovéchate de la situación, dile que si para que te abrace y manoséalo.

-eso no se hace luna.

-El se estaba ofreciendo, si la carne se ofrece tomarla no es pecado - dijo haciendo que sonreirá.

-sólo un poco-le informe a mi mate, el sonrió y pasó su brazo sobre mi hombro pegando me a él.

-yo sí tengo frío - me informo, envolví su cintura con mis brazos.

Los Deseos de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora