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ILENA 

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ILENA 

—jaque —volvió a repetir la morena.

—otra vez — pregunto Syrma indignado —haces trampa, Bels — protestó.

—sería menos fácil ganarte si Lesath dejara de murmurarte los movimientos atreves de su vínculo —dijo con una sonrisa haciendo que Syr se ruborizara y se encogiera en su silla.

una sonrisa se dibujo en mi rostro, era algo que Lesath hacia todo el tiempo y habían veces en las que se apresuraba tanto en guiar al menor que se olvidaba de que los tres compartíamos un vinculo.  mi mirada se mantenía fija en las verduras que estaba cortando, escuchaba a mis espaldas la discusión entre Bels y Lesath, el día había estado tranquilo a pesar de que la tensión en mis hombros no disminuía, mañana era la primera luna llena de primavera por lo que mi celo llegaría en cualquier momento lo cual era atemorizante, suspire, necesitaba tranquilizarme, Bels era perfectamente capaz de mantenerme a raya si las cosas no salian de acuerdo a lo planeado y también estaban los chicos, todo iba a salir bien.

coloque las verduras pulcramente en un recipiente y deje la ensalada en el centro de la mesa.

—dejen eso —ordene — la cena ya esta lista.

Los tres se levantaron de la isla y caminaron hasta la mesa todavía discutiendose, la discusión era principalmente protagonisada por Lesath y Belsabed quienes parecían ser incapaces de estar en una habitación juntos. La situación podría parecer graciosa pero llevaba soportando lo mismo desde hace dos semanas y los nervios ya me temblaban, me trone el cuello y suspiré.

Tome mi planto a medio comer y lo lleve al lavaplatos. Salí de la cocina en silencio, subí las escaleras, me adentre en mi habitación y me senté al borde de la cama. Me sentía más cansada de los usual, no estaba segura de lo que me pasaba, pero si tenia una idea.
Suspiré, estaba aterrada, no iba a mentir, me asustaba pensar en la posibilidad de que no funcionara, pero me tranquilizaba el hecho de que Bels estuviera aquí ya que estaba segura de que si había alguien capaz de mantenerme a raya era la morena.
Me encargue de asearme antes de prepararme para dormir, me recosté en mi almohada, sentía la cabeza abombada. Cerré los ojos, en mi mente le rogaba a la luna que todo saliera según lo planeado.

Dejé que él sueño me atrapará.

 Dejé que él sueño me atrapará

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Los Deseos de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora