~Engaño Diurno~ HyunIn

Visitas Sorpresa

Un auto iba a toda velocidad por las calles de Seúl que parecían extrañas para los personajes dentro del vehículo.

Luego de su trabajo en Rusia los hermanos Bang no dudaron en tomar su avión privado para volar directamente hasta Seúl, había pasado ya una semana desde la última vez que hablaron con Hyunjin, desde entonces habían enviado hombres desde su sede en Busan para buscar a Lee Minho más no habían tenido éxito encontrándolo, lo cual se les hacía muy raro porque tenían el récord que en menos de 12 horas cualquier blanco ya estaba a sus pies, a punto de ser ejecutado, pero al parecer Minho se tomó muy enserio el papel de rata traicionera pues no se le encontraba rastro por ningún lado, tal cual una rata.

Dejaron todo en manos de sus confiables empleados pues sabian que lo encontrarían tarde o temprano, pues de eso dependían sus vidas.

Dejando de lado el tema de ese hombre, apenas pusieron un pie en tierra coreana JB tomó su auto con Rosé como su copiloto y emprendieron camino hacia los alrededores de Incheon, específicamente hasta la dirección donde vivía actualmente Hyunjin, lo único que sabían era que se había mudado ahí con el amorío actual de Chris desde que la mansión fue tomada por la policía.

-¿Crees que esté bien que lleguemos sin avisar?- dijo Rosé con la mirada en la ventana, apreciando como la ciudad había cambiado después de tantos años sin visitarla.

-Que más aviso que tocar antes de entrar- dijo JB de manera desinteresada haciendo que su hermana soltara una pequeña risita, el mayor sonrio con sus labios sellados, no le gustaba ver a su hermana estresada o con sentimientos negativos reflejados en su rostro.

Sabía que ella tenía preocupación en su corazón por todo lo que estaba pasando con respecto a Chris, su hermano menor siempre fue un inmaduro que no pensaba en las consecuencias de sus acciones, y si debía ser sincero, no le sorprendía mucho que hubiera terminado en la cárcel por las babosadas que hacía, sabía que Rosé tampoco se sorprendió mucho cuando supo la noticia, el sentimiento que los invadió en ese momento fue el de "sabíamos que esto pasaría", si no ella hubiera actuado como una loca histérica igual que su madre cada vez que se arriesgaban a ser descubiertos por el público.

Cuando el GPS del BMW les aviso que estaban muy cerca de su destino buscaron un lugar cerca para aparcar el auto y para su fortuna frente al edificio donde, se supone, vive Hyunjin habían un espacio libre, cuando el auto estuvo estacionado ambos salieron notando las miradas de los peatones cerca, y era de esperarse pues un BMW Vanta Black prácticamente imperceptible a la vista humana no se veía todos los días, menos en el lugar donde estaban, aunque literalmente no se puede ver.

Como si fueran los dueños del lugar, Rosé y JB, con ropas tan pulcras, tomaron camino hacia el edificio, el guardia les abrió la puerta asombrado de ver tanta elegancia junta, con una reverencia les pregunto en qué podía servirles.

-Buscamos a Hwang Hyunjin, ¿Vive aquí?- dijo JB de manera respetuosa aunque con un tono de voz fuerte y grave.

-S-si señor, vive en el quinto piso, la primera puerta a la derecha- respondió el joven guardia algo nervioso.

-Muchas gracias- respondió esta vez Rosé.

El guardia dio una última inclinación hacia los hermanos que se dirigían al desgastado elevador, presionaron el botón y no tardó más de 1 minuto en abrir sus puertas, como si de robots se tratarán los hermanos entraron al elevador al mismo tiempo, JB presionó el botón número cinco, el elevador cerró sus puertas y comenzó su camino hacia arriba, dejando a un guardia con la boca tan abierta que la quijada llegaba casi al piso.

-¿Crees que él tenga idea de dónde está?- hablo Rosé tras unos segundos de silencio, ese elevador era el más lento que había usado en su vida.