Nuestro Secreto [KenpachiXUnohana]

Raro en ellos...

[Aclaración de la Autora: El capitulo anterior había sido un Recuerdo Flashback, ahora regresamos al presente]

~Fin del flash back~

Zaraki seguía inconsciente, desplomado en el suelo y parecía no reaccionar de manera alguna aun. Unohana se alejo a unos metros para sentarse de espaldas a él. Voltea para darle una mirada más para cerciorarse de que no despertaría y luego, sintiéndose más segura, desliza su uniforme de shinigami por sus hombros para descubrir algunas heridas menores en su torso y espalda baja. Traía un sostén negro al que había sido cortado una tira en medio de la pelea en conjunto con un corte en su hombro derecho.

Para evitar quedar descubierta, sostenía con una mano uno de sus pechos a fin de que el bra no se deslizara. Llevo su otra mano a la espalda para poder curarse y se inclino hacia adelante. En un descuido de esa postura, Zaraki despierta y la observa en silencio. Solo puede apreciar su espalda totalmente descubierta mientras un resplandor en su mano acariciaba la parte baja.

Zaraki: Que agradable vista para despertar… –Sonríe sonando aquello como una broma. Se incorpora quedando sentado en el suelo dando un quejido leve de algún dejo de dolor.

Unohana disimulo su sobresalto cuando le sintió hablar, no iba a dejarle creer que la sorprendió, mucho menos con sus expresiones vulgares.

Unohana: ¿Tan pronto despiertas ya eres así de “inapropiado”..? –Su voz sonaba un poco burlona en tanto seguía concentrada en su labor sin importarle demasiado que viera.-

Zaraki: Tú no eres la más indicada para hablar sobre “inapropiados” aquí…-sonrió con una pequeña risa.-

Unohana: Urusei…

Flash Back~

Días luego de lo sucedido, Unohana se encuentra en su despacho organizando el papeleo. Pero hacía varios días se encontraba distraída, se la pasaba en su despacho y sus rondas se hicieron menos frecuentes. Sus subordinados se cuestionaban entre si y hablaban bajo del tema en los corredores del hospital. 

Enfermera: -Suspiro apenado.- Unohana-taicho no ha salido hoy de su despacho…¿Crees que estará bien?

Enfermero: No lo sé, ha estado así desde hace dias. Ayer apenas salió un momento y fue para pedirle a Isane que le diera el reporte. Es muy raro en ella. –Decía aquel muchacho con una notoria preocupación en la cara.-

Hanataro: D-disculpen por interrumpirlos…-con timidez se asomo a sus compañeros al escucharlos hablar.- No creo que deberíamos preocuparnos por la Capitana, estoy seguro de que cualquier cosa que la este perturbando pronto se le pasara. –hablaba en su típico tono adormilado y tranquilo. Aunque en el fondo dudara de muchas cosas, jamás de su Taicho.-

Dentro de su despacho, Unohana echaba unos vistazos al papeleo pero había algo extraño en su mirada. Se notaba distraída, algo más pensativa de lo usual. Algo le molestaba, algo le picaba en su mente que no le dejaba pensar con claridad.

Recordaba aquel beso tan extraño, su corazón se aceleraba y se ponía inquieta cada vez que lo rememoraba. Una y otra vez…llegaba un punto en que no quería pensar en ello porque sus mejillas comenzaban a ponerse calientes. (“¿En que estas pensando…? Saca eso de tu cabeza ahora mismo.”) se decía a si misma mientras negaba con la cabeza y trataba de concentrarse en el papeleo.

Mientras tanto, del otro lado del sereitei, en el escuadrón 11 los miembros se hallaban juntos en el patio bebiendo sake. El capitán Zaraki había estado del mejor humor toda la semana y se le había antojado una noche así con sus subordinados. Entre copas y chistes, algunos comenzaron a hablar de sus experiencias y el tema favorito de muchos: Chicas.