Bienvenidos

601 28 0
                                    


El plan de los eldianos funciono. Se encontraban en Marley sanos y salvos. Era de noche y las calles iluminadas de la ciudad mostraban una hermosa vista. El grupo de jóvenes deambulaban disimuladamente buscando el hotel donde debían hospedarse hasta encontrar algún lugar fijo que garantice estabilidad en estos próximos tres largos meses.

-Aquí es, el hotel que consiguió Hange-san, deprisa entremos- advirtió Eren al grupo.

El lugar no era tan agradable como imaginaban, un ambiente de luz tenue con olor a alcohol y cigarros, hombres sentados jugando a las cartas y una música extraña sonando de una rocola.

-Buenas noches, tenemos reservadas dos habitaciones a nombre de "Rumiko Sanjio" - exclamó el morocho hacia el sujeto que se encontraba detrás del mostrador.

-Mmm, déjenme ver... si, acá están las llaves.- Respondió con cara de pocos amigos.

-No se permite deambular pasada la madrugada ni tampoco invitar personas ajenas a los figurados en la reserva - el sujeto extiende los dos juegos de llaves.

-Disculpe, el desayuno está incluido en el paquete?- Exclamó Sasha con desesperación.

Todos alrededor hacen una mueca. Mikasa la empuja y la hace caminar en dirección al pasillo donde están las habitaciones.

El sujeto de la recepción mira con disgusto y sigue fumando su cigarrillo. -Extranjeros...- Resopla con repugnancia.

-Bueno, es el momento de dividir habitaciones. Supongo que la mejor opción es que Sasha y Mikasa duerman juntas- Todos asientan y aceptan la propuesta de Armin.

(...)

En la habitación de los hombres, Eren no para de dar vueltas en la cama con el ceño fruncido y los ojos cerrados. Tiene una capa de sudor en la frente como si estuviera dentro de una pesadilla.

Al lado de la habitación, Mikasa se despierta intranquila. Su cara demuestra preocupación.

- Eren... - suspira.

_________________________________________________________________________

Al otro día en el centro de la ciudad por la mañana, un grupo de jóvenes debaten en un salon muy elegante.

-Reiner ya paso mucho tiempo, es hora de ir a buscar a Annie. Necesitamos noticias de ella, saber si murió y de ser así, saber quien es el portador del titán hembra- dijo aquel joven de cabellos castaños de una manera bastante impaciente.

-Basta, no tienes ni idea de lo que es adentrarse en esa isla - a Reiner se le nublaba la vista cada vez que recordaba Paradis, aquel lugar donde perdió la noción del bien y el mal.

-Podríamos ir los tres! ¡Estamos preparados para cualquier misión!. No nos subestimes. - insistió Porco.

-Ustedes no están preparados para ir a ese lugar. Si alguien debe traer a Annie, ese soy yo...

-Tu mirada dice que no podrás hacerlo solo. ¡Deja tu orgullo de lado y vamos los tres! - Porco se separó de su asiento y golpeó la mesa con ímpetu.

-Tranquilizate Pocco... Reiner sabe lo que dice, recuerda que él ya fue a ese lugar-

La morocha tocó el brazo del joven tratando de calmarlo. El la miró y se ruborizó por el contacto.

-Como sea Reiner, pero trae a Annie viva o muerta, ya paso mucho tiempo - el chico se sienta y mira el suelo con frustración.

Reiner sigue con la mirada perdida pensando en cómo abandonó a su compañera de misión por huir como rata de aquella isla. Tembló al recordar.

Naciones SeparadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora